E62 Ser una celebridad en la China rural, valores y hombres feministas con Lucía de Erre que ELE
- César

- Sep 25, 2024
- 25 min read
Updated: Oct 1, 2024
Lista de vocabulario (leer antes de escuchar el episodio):
Vocabulary Flashcards: Ser una celebridad en la China rural, valores y hombres feministas
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Episodio 62 - Ser una celebridad en la China rural, valores y hombres feministas con Lucía de Erre que ELE
Estudiante, te doy la bienvenida a un episodio más de conversaciones reales en español, el podcast de Nivel Avanzado, Spanish Language Coach. Soy César y una semana más te traigo una conversación para que escuches en español completamente natural, a velocidad normal, sin adaptar. Y si quieres usar los recursos gratuitos que te ofrecemos, lo puedes hacer en la página web www.spanishlanguagecoach.com. Allí tienes, además de la transcripción, una guía de vocabulario que te ayudar a entender la conversación que estoy a punto de tener con mi compañera Lucía. Lucía, gracias por tu tiempo.
Hola. Muchas gracias a ti, César, por la invitación. Estoy superencantada y con mucha curiosidad por el tema del que vayamos a hablar hoy.
Ya me decías: No sé lo que me vas a preguntar, no hay ningún tema específico. Y te decía: Bueno, la verdad es que este podcast es un poco experimental, porque hay un poco de todo. Hay temas más específicos, pero contigo me apetecía charlar. Tener una conversación relajada como si nos estuviésemos tomando un cafecito. Nos conocemos virtualmente, pero no en persona. Y lo primero que te preguntaría, si te conociera en un café, en este café virtual o té virtual que tengo yo aquí, es yo antes de empezar a hablar contigo de forma online, seguía ya tu contenido en YouTube, especialmente, también en Instagram, y dije: ¿Y esta chica qué hace en China? ¿Qué está haciendo en China? ¿Por qué está pasando la pandemia en China? Luego me di cuenta de que habías vuelto a España y luego te fuiste a China otra vez. No sé, tengo mucha curiosidad con este tema, ¿qué hace una española en China? ¿Cómo acabaste ahí?
Bueno, la historia es un poco larga Y empezó por responsabilidad mía indirecta. Quiero decir, mi marido y yo somos muy aficionados a viajar, a tener experiencias nuevas, diferentes, originales y en el extranjero, por tanto. Entonces, el primer país que, al que nosotros nos fuimos juntos a vivir fue Inglaterra, que no es lo más original, porque todo el mundo se va a Inglaterra, todos los españoles que han vivido fuera en algún momento se han ido a Inglaterra. Pero yo lo elegí porque sabía que iba a encontrar un trabajo, que me iban a dar un trabajo allí como profe de español. Entonces, le dije: Venga, este año elijo yo, elijo Inglaterra. Esto fue en 2017. Este año elijo yo y el año que viene eliges tú. A mí me daban trabajo en Inglaterra y a él le daban trabajo en China, así que al año siguiente eligió él y nos fuimos a China. Y ese fue el principal motivo por el que nos fuimos. Yo al principio no tenía demasiadas ganas de ir a China, digo: ¿Qué se me ha perdido a mí en China? No conozco el idioma, la cultura es radicalmente diferente y además no se vende muy buena publicidad de China en Occidente. Los medios de comunicación no son muy pro China, pero empecé a ver vídeos cuando estábamos todavía en Inglaterra, empecé a ver vídeos sobre China, informarme sobre China y empecé a tener todavía más ganas que mi marido de ir a China. Total que allí acabamos.
Ostras. O sea, vamos a ir por partes. Primero, ¿trabajaste como profesora de español en un cole o instituto en Reino Unido?
Sí, en Inglaterra, en un instituto.
Esto me interesa porque yo di el primer paso, hice una semana de observación para ver si quería convertirme en profesor de español en un instituto. Me fui una semana a un instituto en Londres, en el este de Londres, y decidí que no era lo mío, que no me atrevía. Literalmente no me atrevía, lo veía como un desafío muy grande para mí. Entonces, quiero saber, quiero que antes de entrar en tema China, quiero que me cuentes cómo fue tu experiencia, porque ser profesor en un instituto ya es un desafío. Hacerlo en un país que no es el tuyo, con un idioma, que aunque lo domines, no es el tuyo, es incluso un desafío mayor, imagino.
Sí, pero yo tenía la suerte de que no era profesora titular. Yo estaba de apoyo, de conversación. Yo tenía mis grupos apartes, grupos más reducidos, no tenía que llevar toda esta carga lectiva que llevan los profesores en Reino Unido, que me parece una locura, yo estaba con grupos reducidos. Entonces, iba trabajando toda la parte de conversación, de preparación a los exámenes, ayudándoles con vocabulario, con gramática, y sí, principalmente conversación y preparación de este examen. Y aparte, estaba dando clases privadas en la casa en la que vivíamos. Compartíamos con la dueña de la casa, pero teníamos nuestros espacios aparte y teníamos una sala exclusiva para nosotros y ahí es donde yo daba clase. Entonces, por una parte trabajaba en este instituto como profesora auxiliar y, por otra parte, estaba dando clases privadas. O sea que un poco estresada, porque al mismo tiempo estaba haciendo un máster a distancia en la UNED de investigación en literatura. Entonces, iba bastante estresada, pero bien, sobrevivía.
Madre mía, muy bien. Vale, vale. A ver, es que efectivamente, como tú has dicho, en este país, y creo que en muchos países es similar, la carga que tienen los profesores, no solo de la enseñanza, del currículum y todo esto, sino también un montón de tareas administrativas, creo que de verdad no está bien pagado ser profesor de instituto en este país para toda la carga y el trabajo que conlleva. Y lo sé bien porque mi pareja, Oliver, es profesor en un instituto. Entonces, empezáis a ver la opción de ir a China. Tú dices que no estabas muy convencida por un poco la publicidad o cómo los medios de comunicación hablan de China, los medios de comunicación occidentales. ¿Cuáles fueron las principales diferencias? Una vez llegas allí y os empezáis a adaptar y empiezas a decir: Oye, pues esto no está tan mal o no es como lo pintan o sí es como lo pintan o es peor. Háblame un poquito de esto.
A ver, para un occidental que llega a China, es muy importante un periodo largo de adaptación y también depende muchísimo de la ciudad a la que vayas. No es lo mismo si vas a Pekín, a Shanghái, a Tzendú, a ciudades más desarrolladas, que si vas a la China profunda, la China más rural. Y ese fue nuestro caso. La primera ciudad en la que estuvimos juntos en China fue Tsinzhou, en la misma... Muy cerca de Wuhan, donde empezó aquella historia, a tres horas en coche de Wuhan, que eso para China es distancia corta. Entonces, era la China más rural, profunda, más tipo pueblo, aunque tenía millones de habitantes esta ciudad, no sé si cinco millones o una barbaridad así, era pueblo, muy poco desarrollada, no habían visto un extranjero en su vida, te puedes imaginar. Los que nos estén escuchando, quizás se pueden imaginar cómo puede ser la China más rural, por ejemplo, matando serpientes en la calle o gente vendiendo serpientes en la calle, matándolas ahí en vivo y en directo con una tabla y un clavo. Vas al mercado y te encuentras ranas y sapos dentro de sacos y el pescado ahí en el suelo, matándolo en vivo y en directo. ¿Os podéis imaginar a lo que me refiero? Entonces, la adaptación para la China rural no es la misma que Pekín. Vas a Pekin y estás de lujo, estás de maravilla. Y no es tan difícil adaptarse. Pero esa primera ciudad en la que yo estuve, estuvimos viviendo casi un año allí, fue complicado, muy complicado al principio. Primero por la comunicación, era muy difícil comunicarse, hacerse entender, porque como decía, no habían visto un extranjero en su vida, porque no estábamos cerca tampoco de ninguna zona universitaria, porque a las universidades sí que van extranjeros, que son sobre todo de África, entonces en las zonas de universidades están más acostumbrados a ver algunos extranjeros, pero de África. Y en China, por algún motivo, tienen muchísima afición y muchísima admiración por la gente blanca, cosa que me parece extremadamente racista, pero a mí me veían superblanca y además en aquellos tiempos tenía el pelo superlargo, pelirrojo. Pues iba por la calle, me iban haciendo fotos, me iban haciendo videos como si fuera, qué sé yo, una actriz, alguien famoso, en absoluto, pero no estaban acostumbrados a ver a nadie nadie tan blanco, con los ojos tan grandes, tan redondos, y esto suena muy extraño, pero te juro por mi vida que es la verdad. Entonces, fue muy difícil al principio por la comunicación y por este casi acoso de montarme en un taxi y que el taxista se me pusiera a hacerme fotos, hacerme videos. Yo he ido en taxis y los taxistas se han puesto a hacer videollamadas con sus familiares para enseñarles que iba con Con una lauae, con una extranjera. En fin, entonces te puedes imaginar, yo nunca, jamás en mi vida, jamás había dicho: Viva España, pero en los primeros meses en esta ciudad dije: Viva España, porque la echaba mucho de menos. Pero una vez superé esa fase de adaptación, ya me enamoré de China. Ya me encantaba la comida, una maravilla. Me encantaba esta vida callejera, pasar mucho tiempo en la calle, como hacemos en España, entrar en los subterráneos, que ahí tienen una vida subterránea muy desarrollada, con un montón de tiendas y de puestos. Me encantó viajar por todo el país. Y bueno, volví varias veces después y estuvimos viviendo más años. Así que te puedes imaginar que aunque me costara mucho al comienzo, me gustó muchísimo China.
Hombre, es que te traten como un alien, casi, que acaba de llegar a la tierra y te hagan un foto y te graben eso. Pero ahora me está picando la curiosidad, porque fíjate, no es una cosa que tengamos a largo plazo pensado ni nada, pero mi chico sí que vivió en China un año, se fue a aprender chino, un año, y siempre me dice: Pues a lo mejor alguna vez podemos irnos un tiempo a vivir a China. Y yo un poco como tú, no digo: ¿Pero a mí qué se me ha perdido en China? La verdad, no me llama muchísimo la atención. Sí que me gustaría visitarlo, como turista, pero me da un poco de miedo irme a vivir allí y que no me guste o que tenga choques culturales demasiado fuertes. Así que después de hablar contigo un poco me siento como: Bueno, pues igual, ¿por qué no? Puede ser una opción. Hablando de China y de gobiernos y de la idea que tenías tú por lo que habías leído y escuchado de los medios de comunicación occidentales antes de ir a China, una de las cosas que al menos yo percibo de China es que el gobierno muy democrático no es, que hay muchas dudas sobre el tipo de gobierno y de democracia. Tú que eres una persona que además te he visto en redes sociales que no te callas y has verbalizado a veces problemas de España, especialmente, ¿cómo viviste vivir en un país como China y si de verdad percibías que había limitaciones en determinadas libertades y todo esto?
Yo no percibí limitaciones de ningún tipo. Yo nunca me he sentido más segura en ningún otro país, aparte de China. Bueno, me he sentido segura, por ejemplo, en Emiratos Árabes, en Dubái. En Dubái, no en otra ciudad, que creo que allí como mujer no me sentiría especialmente cómoda, aunque tampoco me sentí muy cómoda por algunas cosas en Dubái, no quiero entrar en ese tema. Pero China, para mí, es el país más seguro del mundo, con muchísimo capitalismo, tanto que se dice comunismo, ¿comunismo dónde? Si son más capitalistas que nosotros. El comercio allí está superdesarrollado, las ventas. Allí son muy emprendedores, algo que me parece muy envidiable, ojalá lo fuéramos más en España. Y esto de restringir libertades, si es que la gente hace lo que le sale de las narices en China. Muy probablemente, lo que haya de restricción de libertades es algo que no se ve, que no veo yo como extranjera. Por ejemplo, de algunos grupos sociales, seguro, problemas con los uigures, qué tanto se dice. Y eso no lo sé, no puedo afirmar si es cierto que hay campos de concentración de uigures, probablemente sí, no lo podría afirmar ni lo podría negar. Pero hay un montón de musulmanes, de restaurantes musulmanes. Por ejemplo, en Pekín hay muchísimos restaurantes musulmanes que tienen sus mezquitas allí, tienen sus templos, también hay alguna Iglesia Católica. O sea, tanto que se dice de la restricción de las religiones en China. La gente hace lo que le da la gana, va a la mezquita, reza, hacen sus llamadas desde la mezquita, tienen sus restaurantes donde se relacionan los musulmanes entre ellos, los católicos entre ellos, los budistas entre ellos, los taoïistas. Se critica mucho esta parte de la religión de libertad, de que tienen la libertad restringida para expresarse, para rezar. No, lo que pasa es que no se le da tanto, tanta fuerza a las religiones como en otro país. Ya me gustaría a mí que en España no se le diera tanta fuerza a la Iglesia Católica ni se le permitieran tantos derechos de exención de impuestos, etcétera. Eso a mí no me gusta. Tienen que pagar, deberían podían pagar como todos. Y no veo a los chinos sufriendo. De hecho, el Gobierno chino ha hecho barbaridades. Un ejemplo es lo que pasó en la Plaza de Tiana men. Ha hecho auténticas barbaridades, pero también ha sacado a no sé cuántos cientos de millones de la pobreza. Ha avanzado... Bueno, las ciudades de China, los pueblos de China, han avanzado una bestialidad, mientras que hace pocos años estaban muriendo de hambre, ahora los ves y viven mejor que nosotros, es impresionante. Ves un vídeo de cualquier ciudad de China de hace cinco años y hoy es completamente, radicalmente diferente. Por ejemplo, uno de los sitios últimos a los que viajamos, antes de volver a España, el año pasado. No me acuerdo el nombre, pero era una ciudad de la que habíamos visto un vídeo de 2014 o algo así, que habían pasado nueve años y era casi un descampado, no tenía ni las calles asfaltadas, era un descampado con algunas casas viejas. Fuimos nueve años después y era una ciudad espectacular, completamente desarrollada, con sus bajos, los bajos de los edificios llenos de comercios, con muchísima vida, con las calles asfaltadas o adoquinadas, radicalmente diferente. El Gobierno chino tiene muchísimas cosas malas, pero como digo, ha sacado a cientos de millones de... Bueno, no sé si cientos de millones, pero millones de personas de la pobreza más absoluta. Creo que lo ha hecho muy bien y aunque no tiene un sistema de salud muy bueno que cubra todas las necesidades de la población, sino que tienen que pagar algunas cosas, aunque sea poco. Esas cosas sí que son malas, pero se preocupa... Lo veo como un padre cuidando de sus hijos, que hay que poner ciertas limitaciones y de hecho tienen las limitaciones y les da alas para que crezcan y monten sus negocios, etcétera. Pero sí que los protege en el sentido de la educación es pública, gratuita para todos, invierte muchísimo en el mundo rural para que los campesinos puedan tener casas y no vivan en la máxima pobreza. O sea que de verdad cuida a sus ciudadanos y creo que se debería criticar menos a China de lo que se la critica. Y probablemente no, no es una democracia, por supuesto que no, es una dictadura, por supuesto que es una dictadura, pero probablemente otros países a los que se llama democráticos y alardean de ser los países de la libertad, tienen bastante menos libertad que China, en muchos aspectos.
Sí, se utilizan otros métodos para restringirla. Y si al final nos mudamos a China o pasamos un tiempo en China, te llamaré, Lucía, para que me hagas un briefing de recomendaciones, porque veo que estás superpuesta en este tema y habéis estado viviendo allí años. Y ahora, cambiando de tema, cuando me has dicho lo de que vosotros erais de vivir en otros países, pasar temporadas largas, trabajar. Ahora estoy en un momento donde, por casualidad, varios amigos y amigas tienen algunos problemillas con su pareja. Entonces, estoy teniendo muchas conversaciones con ellos sobre las relaciones de pareja y al final siempre la conclusión es la misma, que independientemente de los gustos y de los trabajos que haga tu pareja comparado con el tuyo, de todo esto, al final los valores son parte fundamental para que una relación funcione. Compartir unos valores fundamentales en la relación. Y para mí uno de ellos es esta necesidad de conocer cosas nuevas, tener experiencias nuevas. Hay personas que no quieren salir de su pueblo, de su ciudad de nacimiento y no tiene nada de malo, porque eso también tiene cosas muy buenas. Echar raíces y poder desarrollarte en el lugar donde vives, pasar más tiempo con tu familia. Pero quiero que hablemos un poquito de esto, porque es un tema que estoy hablando últimamente mucho. Para ti, ¿qué valores fundamentales tiene que compartir tu pareja contigo?
Qué pregunta más profunda, César, que te digo. Valores. Primero, que... Bueno, es que esto es tan básico que no lo tendría ni que decir, pero hay que decirlo.
Bueno, pero es que a veces las cosas básicas son las que más se descuidan.
Sí, sí, sí, sí, sí. Yo antes de tener pareja, ya llevamos muchos años juntos, ya no sé ni cuántos años llevamos juntos. Antes de empezar con él, yo tenía clarísimo que tenía que ser alguien, una persona que no me hiciera esclava. Bueno, primero porque yo no me iba a dejar hacer esclava. Entonces tenía que ser alguien que fuera feminista, y cuando digo feminista es la definición de feminista, es la definición de feminista, es igualitario. Que no quisiera a una chica a su lado para que fuera básicamente su chacha, la que le hiciera la comida, la que se encargara de los hijos, por supuesto que no, ni que tuviera más carga en casa, más tareas domésticas que él. Eso era para mí lo básico, que me respetara y que hiciera el 50% de la casa, de la casa y de todo lo relacionado con lo doméstico, incluido la familia. Entonces, para mí es básico, como en mi pareja lo que hace, que es que cuida de nuestro hijo igual o más que yo, porque yo trabajo muchas más horas, entonces él se encarga de muchas más cosas que yo en cuanto a la crianza de nuestro hijo y en cuanto a la casa. Y por otra parte, el respeto mutuo, por supuesto, que tiene que ser superbásico, nada de relaciones tóxicas, porque experimenté muy de cerca una relación tremendamente negativa y tóxica y yo sabía que eso para mí no. Y las ganas de conocer cosas nuevas, alguien que tuviera cultura, que tuviera ganas de aprender, que tuviera ganas de moverse, de conocer cosas nuevas, lugares nuevos. Para mí eso era superbásico. Respeto, cultura, 50% y 50% en la crianza en la casa y ganas de conocer una persona con iniciativa, eso era lo que yo quería en una pareja y es lo que tengo, por suerte. Bueno, por suerte construida, que yo siempre hablo de la suerte construida.
Sí. Porque fíjate, yo me considero un hombre feminista, pero es verdad que creo que de la misma forma que, a pesar de ser homosexual, he sido homófobo, he tenido homofobia interiorizada y probablemente todavía me queda un poquito, creo que todos moriremos, desafortunadamente, un poquito homófobos, un poquito machistas, un poquito racistas. Que la deconstrucción completa no va a llegar, al menos a la gente de nuestra generación, aunque sí que se hacen esfuerzos e intentamos hacer esfuerzos. Pero, ¿qué es para ti realmente un hombre feminista? Porque esto es algo que me gusta preguntarlo a las mujeres, es alguien que... No sé, ¿qué es para ti la definición de un hombre feminista? Porque luego también hay, he escuchado que un hombre no se puede considerar feminista porque es hombre. Entonces, puede ser un aliado feminista, pero no feminista, ni puede liderar, obviamente no liderar, pero como que no tiene que haber demasiada... No debe tener demasiada voz con temas relacionados con el feminismo. Entonces, siempre me gusta preguntar a las mujeres este tipo de cosas porque me parece interesante.
Sí, es un tema muy controvertido y a mí me toca profundamente las narices. Ambas partes enfrentadas, las dos, me tocan las narices para muchas cosas. Hay muchas cosas que se dicen dentro del machismo, bueno, todo dentro del machismo me jode, me tocan mucho las narices y hay algunas cosas dentro del feminismo, de algunas voces feministas, algunas, que me molestan. Esto de que he escuchado algunas veces que no puede haber hombres en las manifestaciones feministas, perdón. O sea, los hombres no pueden luchar por los derechos de las mujeres, por supuesto que sí. ¿Y qué es un hombre feminista? Yo creo que sí se les debe llamar hombres feministas, porque feminismo y el sustantivo y el adjetivo feminista simplemente define a personas que creen en la igualdad entre hombres y mujeres, nada más. Entonces, un hombre feminista para mí es un hombre que te respeta como mujer, como a una igual, como a una persona igual que tú, con los mismos derechos y las mismas obligaciones. Punto pelota. Si es que no hay mucho más. Escucho a algunos hombres, porque como tú también escucho un montón de podcast de emprendimiento, negocios y eso, evidentemente, porque los dos tenemos un negocio. Y sabes que en este mundo del emprendimiento hay muchísimos hombres, cada vez hay más mujeres, pero hay un gran monopolio de hombres en las empresas, en el emprendimiento, y entonces escucho a muchos hombres. Y me molestan comentarios que hacen del estilo de que las mujeres una vez tienen a sus hijos, parece que se les activa un chip y ya no quieren más emprender o se tienen que dedicar más a la crianza. Hombres que supuestamente, abogan por la igualdad. A mí, yo a los dos meses de tener a mi bebé tenía ganas de hacer proyectos nuevos dentro de mi empresa, tenía ganas de comprar un piso para reformarlo, tenía ganas de hacer un montón de cosas. ¿Qué pasa? Que yo no soy mujer o hay algo mal en mí. Cada mujer es diferente y no hay que decir en absoluto que las mujeres para la crianza y que ya después de unos años de criar a sus hijos, ya pueden volver a trabajar. Que cada mujer haga lo que le parezca bien. Si se quiere quedar en casa a cuidar a sus hijos, que se quede. Y si quiere volver a trabajar, que vuelva a trabajar.
Claro, pero es verdad que el tema es complejo, porque al final creo que tú y yo somos de la misma generación, incluso generaciones jóvenes como la nuestra, todavía nos hemos criado en un ambiente donde si una niña tenía un perfil más de líder, era marimandona. Un adjetivo que no se usaba para un niño. El niño era líder, era estratega, la niña era marimandona, era controladora. Entonces, al final, ese tipo de educación y de sesgos de género o de educación sexista tiene un impacto también a la hora de luego imagino como mujer, en algunas mujeres decir: Bueno, es que han ido aniquilando esa semilla de emprendimiento o de liderazgo que yo tenía. Y yo de hecho, aquí estuvo Laura, que tiene un podcast que se llama Yo emprendedora, que es un podcast para cualquier persona que emprende, pero está en clave femenina y yo le dije: Fíjate, me gusta tu podcast y no soy mujer, y obviamente no es un podcast para mujeres solo, pero sí que entiendo que si como la mayoría de nosotros hemos vivido en una sociedad más o menos sexista, que en algunas mujeres haya crecido esa semilla y se la hayan intentado cortar cuando salían los brotes. Y lo relaciono mucho también con la clase. Es decir, si tú vienes de clase trabajadora donde no has visto a nadie emprender o las personas han vivido de su sueldo y no han tenido como esa... No esas ganas, pero ni siquiera la posibilidad de emprender su propio proyecto, al final crees que no es posible para ti. Y esto a mí me pasó cuando hice el Erasmus, yo era el único chico que hizo el Erasmus en Londres de mi grupo, de clase trabajadora. El resto, que era un grupito de Madrid, eran personas con familias de muchos posibles que se dice... O sea, familias bastante adineradas. Sus padres y madres tenían trabajos en consultorías, eran dueños de empresas bastante tochas, bastante grandes. Y yo les escuchaba hablar con 20 años de sus proyectos de futuro, de lo que querían hacer con la vida, y yo decía: ¡Guau!. O sea, todo lo veían posible. Y para mí, lo único que veía posible era ir a la universidad, que era la primera persona de mi familia que iba a ir a la universidad, y con suerte encontrar un trabajo en un banco. Y eso para mí hubiera sido increíble, pero no me atrevía a pensar en nada más allá de eso. Y creo que con el sexo también pasa esto, que al final la clase, el sexo hay un montón de factores que hacen que ni siquiera nos demos la oportunidad de pensar que podemos hacer algo.
Yo he ido paso a paso con eso. Yo no me veía emprendiendo. De hecho, mi madre es autónoma, tiene una tienda de calzado desde... Ella empezó a trabajar en esa tienda, no era suya, era de mi abuela paterna y ella empezó allí con 14 años y estudiaba por las noches. Y se hizo, hacia el instituto por las noches, formación profesional y se hizo la dueña del negocio cuando murió mi abuela, cuando ella tenía 16 años, creo, 16 años, y desde entonces sigue con la misma tienda y es suya ya. Quiero decir, aunque esté separada, divorciada de mi padre, de su exmarido, la tienda es suya porque ella lleva ahí... ¿Cuántos años? Casi 40 años, algo así, una barbaridad. Y es suya, se llama Calzados Lucía, por mi abuela paterna, ahora es como se llama Calzados Lucía por mi hija. Muy bien, coño. Calzados Lucía por su hija. Entonces, yo a ella la he visto desde pequeña tenía que pasarlo muy mal económicamente porque incluso tenía que pedirse préstamos para pagar a los proveedores porque no tenía ahorros. Entonces, a mí me pasaba lo mismo de no veía el emprendimiento como una posibilidad. Esto qué dices, que muchas familias, niños o hijos de familias adineradas, que se ven un montón de oportunidades. Ahora me voy a ir a Estados Unidos a emprender a esta ciudad porque tiene no sé cuántas aceleradoras de negocios, bla bla bla. No, o sea, esas cosas ni pasárseme por la cabeza. Yo iba a meterme de funcionaria, que es lo que me decían muchísimo, profesora de castellano para nativos en los institutos o en la universidad y ya está. Porque teniendo el modelo de mi madre, viéndola sufrir todos los meses para pagar a los proveedores con el préstamo, ni se me pasaba por la cabeza. Y yo misma he tenido muchísima iniciativa, también igual, no me pude ir, me habría encantado durante el instituto irme a hacer intercambios a otros países, porque siempre me ha llamado la atención, pero mi madre no me lo podía pagar, así que no me pude ir. Y durante la universidad, lo mismo, trabajaba los fines de semana para pagarme la universidad. Entonces, siempre he ido como paso a paso y ese sentimiento, esas ganas de emprender y además como mujer que no se espera tanto, que se monte un negocio, o por lo menos un buen negocio, yo creo que me ha ido viniendo poco a poco y sobre todo ahora que con el internet y con las redes sociales y en el mundo de los idiomas, lo veía mucho más factible para mí. Y vamos que...
Bueno, y de hecho, para muestra un botón. Con tu negocio, y fíjate que en nuestra industria, yo me atrevería a decir que el 80, 90% de las personas que enseñan español son mujeres. Y sin embargo, cuando vemos a las personas que crean formaciones o mentorizan a profesores, a profesoras de ELE, porque la mayoría son mujeres, casi siempre son hombres. Cuando se habla de estrategia, de liderazgo, de emprendimiento, son hombres los que están enseñando a mujeres en una industria que está formada, principalmente por mujeres. Y esto es muy interesante, por qué esto pasa así. Aunque hay mujeres que lo hacen y lo hacen muy bien, entre ellas, que han estado también en el podcast Silvia Cabello y Lola Gamboa. Es interesante ver como esto. Y te digo, antes te decía, creo que moriré un poco homófobo y un poco machista. Y a veces es importante, si de verdad te quieres deconstruir este verbo que parece muy woke, pero para mí sí que es muy importante, yo me noto como hombre, que muchas veces, a pesar de que me considere feminista y obviamente estoy super a favor, no solo de la igualdad real en la ley, sino de la igualdad en las situaciones diarias, y muchas veces me pregunto, por ejemplo, con mi hermana, tengo una hermana pequeña, me he tenido que preguntar durante su adolescencia muchas veces: ¿Actuaría igual si fuera un chico en lugar de una chica? ¿Le estaría diciendo lo mismo? O a lo mejor me he visto en un ambiente rodeado de mujeres donde de repente tomo el liderazgo de forma inconsciente y pienso: ¿Actuaría igual si fuesen hombres en lugar de mujeres?. Hay momentos donde si te haces esas preguntas, dices: Ostras, a lo mejor aquí hay un poquito de machismo. Pero claro, creo que hay que trabajarse también el ego, porque nadie es machista, nadie es racista, nadie es homófobo, nadie. Todos somos perfectos. No, si de verdad quieres trabajar en eso, y creo que es positivo trabajar en ello, hay que hacerse preguntas y decir: Pues igual no estoy haciendo las cosas bien. Y no pasa nada, no pasa nada. Pero creo que me ibas a decir algo sobre nuestra industria, donde a pesar de ser mujeres, las que lo forman.
No, yo cada vez veo más mujeres. Hay muchísimas mentoras, creo que hay muchas mentoras, aunque no sé dentro del mundo de los idiomas, aunque como bien has dicho Lola Gamboa, Silvia. La verdad es que dentro de los idiomas no sigo a mentores, pero fuera del mundo de los idiomas hay muchas emprendedoras que yo tengo como referentes, Vilma Núñez, Yudi Catalá. Antes, Elis Romero también era mentora para emprendedoras y emprendedores que querían entrar, aunque ella hablaba sobre todo para mujeres. O sea que Laura, que has dicho que la entrevistaste. También hay otra, Laura Rivas, creo, me suena. O sea que hay cada vez más. Lucía Jiménez-Vida, creo que se llama. Hay muchas y cada vez más, y yo confío que progresivamente el monopolio masculino irá igualándose y ganando fuerza el grupo femenino.
Esperemos que sea así, por el bien de todo el mundo, de la sociedad y de las futuras nuevas generaciones. Tú tienes, has sido madre hace relativamente poco. ¿Habéis pensado ya en qué tipo de educación le queréis dar a vuestro hijo? En el sentido de, no sé si le vais a inculcar determinados valores que tenéis muy claro que queréis trabajar en ello. Yo ahora que tengo a primos y primas que están teniendo hijos, lo veo. El tipo de colegio que han elegido, si les van a inculcar la religión católica o no, si el tema del deporte, si le fuerzan hacer deporte o no le fuerzan o les animan, pero si a lo mejor el niño no es demasiado deportivo, dicen: Bueno, pues quizás no es su cosa. No sé si habéis pensado en este tipo de cosas, pues todavía muy chiquitina.
No, desde antes de que naciera. Es que esto me parece como los valores que mencionabas, que buscamos en las parejas, de la misma manera, si tú quieres tener hijos, si alguien quiere tener hijos, primero que hay que hablarlo con la pareja, si uno no quiere, si uno quiere, si no, lo que sea. Y también, cuál es la educación y los valores que se les va a inculcar a los hijos, porque si no estás de acuerdo con tu pareja en los valores que le vas a inculcar, pues probablemente no es tu pareja ideal. Entonces, lo teníamos muy claro desde antes de que naciera. Uno de esos valores, primero, está en el mismo nombre, porque en España, en otros países, las mujeres pierden su... Que aquí hay gente que se va a enfadar, yo lo siento, pero es mi opinión, es un poco controvertida, pero es mi opinión. Creo que las mujeres cuando pierden su apellido y adquieren el apellido de su marido, están perdiendo parte de su identidad. Es como si pasaran a formar parte de su marido y donde está su propia identidad individual como ser humano con su propio apellido. Por suerte en España no ocurre eso, sino que tenemos dos apellidos, aunque también ha sido un sistema tradicionalmente machista, porque el primer apellido era el del hombre y el segundo secundario, el que luego se perdía con los hijos, era el de la mujer. Pues yo tenía muy claro que esta conversación la iba a tener con mi marido y le iba a decir que no por ser hombre tenía más derecho que yo a poner su apellido el primero. Ahora bien, tengo que decir que mi primer apellido es de mi padre y no tengo amor por ese apellido, entonces no tenía la necesidad de que mi apellido fuera el primero. Pero le dije: Como tú no tienes un derecho a que tu apellido sea el primero, te voy a permitir que tu apellido sea el primero, pero yo voy a elegir los nombres de nuestros hijos. Y tú, si quieres, puedes opinar, pero soy yo la que los va a elegir. ¿Por qué? Porque tú le vas a poner el primer apellido, pero no además vas a tener el derecho de ponerles el nombre.
Es un punto intermedio, que esto está muy bien hacerlo en pareja, negociar.
Claro, era o el apellido o el nombre. Y yo, no teniendo amor por mi apellido paterno, y además, siendo un apellido común que es Sánchez, el suyo es más guay y menos común, que es Gandía, le dejé poner su... Si no, lo habríamos echado a suertes, habríamos echado a suertes, si no hubiera sido el caso esta situación. Entonces, yo elegí el nombre de nuestro hijo y elegiré también los próximos, si es que tenemos más, porque muchas ganas ahora mismo no tengo, César.
Imagino, es muy chiquitín, ¿no? O sea, que requiere mucha de vuestra atención.
Tiene diez meses.
Ostras, bueno.
Y más valores. Bueno, por supuesto, el ambiente en el que se va a criar es completamente igualitario, feminista. Entonces, esperamos, deseamos y nuestra intención es que él no vea diferencia entre hombres y mujeres, vea a su padre cambiarle los pañales todos los días, de hecho, es él quien se los cambia siempre, quitando algunas excepciones. Es su padre quien hace la comida, quien pone las lavadoras, etcétera. O sea, no va a haber diferencia de roles entre nosotros. Por eso sabemos que va a ser feminista, que va a creer en la igualdad entre hombres y mujeres, le va a sonar extraño ver cosas raras fuera de casa, seguro que le parecerá extraño escuchar cosas que para nosotros han sido normales. Valores también. Religión, no, nada de religión. No creemos en el adoctrinamiento, aunque esto también sea una forma de adoctrinamiento, pero no lo vamos a meter en ninguna institución religiosa sin su permiso. Luego ya él, cuando tenga la suficiente madurez que haga lo que quiera. Y por supuesto, el deporte para nosotros es algo básico, porque si no hay movimiento, no hay vida. Si tú no te ejercitas, no te mueves, no haces deporte, vas a tener una salud terrible, vas a morirte antes, multiplicas tus probabilidades de tener cáncer, enfermedades cardiovasculares. Entonces, desde muy pequeño va a haber el deporte como algo que forma parte de la vida, porque si no te mueves, no eres una persona, eres una roca y te vas a morir joven. Por eso no va a ser no deportista, sino que va a concebir el deporte como lo natural y también la conexión con la naturaleza. Esperamos también hacer todas esas cosas bien, aunque eso es lo que se desea y luego ya veremos cómo sale.
Mi madre siempre dice: Lo más difícil del mundo es educar. Educar es lo más complicado del mundo. Y es verdad que al final se hace lo que se puede dentro de tus posibilidades. Pero a mí me encanta ver estas nuevas generaciones de padres tan involucrados, cuando digo padres, digo padres y madres, tan involucrados en la crianza de sus hijos. Y no porque nuestros padres y madres fuesen horribles, sino porque a lo mejor era otra época, se le daba importancia a otras cosas o no tenían la información ni las posibilidades en muchos casos. Y Lucía, vamos a dejarlo aquí, porque ya llevamos un rato largo hablando. Voy a estar también en tu canal de YouTube en unas semanas, pero dinos hasta entonces dónde te pueden encontrar las personas que nos escuchan.
Me pueden encontrar buscando Erre que ELE, que es como la expresión R que R, pero con el juego de palabras L, de español lengua extranjera, Erre que ELE. En mi página web, en YouTube, en el podcast, porque también tengo un podcast que se llama Erre que ELE para hablar español y sobre todo, como decía, en mi página web errequeele.com, donde se pueden suscribir a mis correos para aprender español en contexto.
Estupendo. Pues dejamos las notas en la descripción del episodio. Lucía, muchas gracias por esta charla. Me he acabado el té, así que perfecto, me ha venido perfecto. Y espero desvirtualizarte en algún momento y que podamos tomar un café de verdad. Aparte, como ahora sé que no vivimos tan lejos, yo no vivo en Valencia, pero como voy mucho a Valencia, no vivimos tan lejos el uno del otro, quizás pase. Y a ti estudiante, muchas gracias por estar ahí una semana más. Te espero en el próximo episodio. Si te ha gustado el episodio y te gusta el podcast, corre la voz, compártelo con otras personas o deja una valoración, unas estrellitas en Spotify o un comentario en Apple Podcasts, porque eso ayuda un montón con la continuidad del podcast. Muchísimas gracias por estar ahí una semana más y te espero en el siguiente. Un abrazo muy grande y un abrazo, Lucía.
Muchas gracias.
Chao. Chao.
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Vocabulary Flashcards: Ser una celebridad en la China rural, valores y hombres feministas
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