E74 La política desde dentro con Daniel González
- César

- Feb 19
- 26 min read
Updated: Mar 3
Lista de vocabulario (leer antes de escuchar el episodio):
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Episodio 74 - La política desde dentro con Daniel González
Hola estudiante, te doy la bienvenida a un episodio más del podcast de Español Avanzado de Spanish Language Coach. Sabes, conversaciones reales en español. Hoy tengo a mi amigo Dani y vamos a hablar de política, porque él ha vivido la política desde dentro, ha trabajado muchos años en ella y va a ser una charla muy interesante. Tenía muchas ganas de tratar este tema en el podcast de nivel avanzado. Antes déjame recordarte, si vas a escuchar el podcast, pero no lees la guía de vocabulario, quizás tienes alguna dificultad más para entender lo que vamos a decir. Así que yo te recomiendo que leas al menos la guía de vocabulario que tienes disponible en la web de forma gratuita spanishlanguagecoach.com. Si además tienes un poco de dificultad para seguir el episodio porque hablamos un poquito más rápido de lo habitual, no nosotros, me refiero más rápido al resto de podcast de Spanish Language Coach, lo que puedes hacer es también leer la transcripción del episodio. Y si quieres aprender ya lo máximo, puedes también utilizar las flashcards de vocabulario, todo en la web. Y ahora sí voy a empezar a hablar con Dani, que es un nuevo amigo, la verdad, porque nos hemos conocido hace unos meses cuando nos mudamos a Valencia, coincidimos también en la gimnasio y le dije a Dani: Oye, Dani, me parece súperinteresante tu carrera profesional, porque ahora ya no estás en política, pero has estado muchos años.
Sí, lo de interesante lo dices tú, veremos si es interesante o no, pero sí, he estado unos ocho años en un gobierno, sí.
¿Y cómo llega uno a la política? O sea, ¿cuál es el germen que tú identificas para decir: Oye, es posible que acabe dedicándome a esto durante un tiempo de mi vida.
Yo nunca pensé que me iba a dedicar a ello. Fíjate, yo creo que empieza todo un poco por tu inquietud. Yo cuando estaba en el colegio tenía inquietud por la cuestión política, me gustaba mucho la política, yo me fijaba en lo que pasaba en el mundo político. Y además de ello, en el sistema escolar español, que yo creo que en eso es bastante diferente a otros sistemas escolares, hay una parte de participación estudiantil. Entonces, en lo que era el movimiento asociativo estudiantil, no me involucré. Desde el colegio, instituto y universidad. Entonces, yo siempre tenía una vinculación con el tema del movimiento asociativo, sindical, asociativo estudiantil, como quieras llamar. Y en eso es lo que me metí desde el principio. De hecho, yo tardé mucho tiempo en entrar a militar en un partido, aunque sí que es verdad que siempre he tenido vinculación ideológica con ese partido.
O sea que no empezaste, porque yo pensaba que habías empezado en la universidad. Empieza en el colegio siendo delegado, imagino.
Siendo representante en el Consejo Escolar del Colegio y en el Consejo Municipal, porque hay un consejo que es el máximo órgano de decisión de los colegios, en función de la ley que rige en cada momento tiene más fuerza o menos fuerza. Y a su vez, a nivel de municipio, a nivel de localidad, a nivel de pueblo o a nivel de ciudad, existe un consejo municipal que están representados los estudiantes representantes de los colegios. Entonces, yo estuve tanto en el Consejo Municipal, en este caso de un pueblo llamado Bétera, porque mis padres, por cuestiones de la vida, se fueron a vivir ahí en un momento determinado, vivíamos en Valencia y pasamos a vivir ahí en Bétera, y en el Consejo Escolar del mismo instituto de Bétera.
Fíjate que yo he hecho toda mi educación primaria y secundaria, y el bachillerato y la universidad también en Valencia, y no tenía ni idea de... Y en esos primeros años de carrera política, siendo menor de edad todavía, ¿qué logros conseguiste o qué cambios promoviste?
Pues era curioso, pero fíjate, yo creo que ya no era una cuestión de promover nada, así como alguien puede esperarse de repente que haya un proyecto X, no. Era un poco el que el profesorado, al ver una persona que tenía cierto interés por participar, me escuchaban. Entonces, eso era muy importante, porque de hecho, incluso en alguna historia de estas típicas que hay en los colegios de típico, que alguien ha roto algo y tú estás por allí, tu palabra tenía un valor que normalmente a un estudiante no se le da. Y yo eso sí que lo viví de primera mano en este instituto, lo viví de primera mano como a mí se me daba una autoridad que no tenía el resto de los compañeros del colegio, del instituto, y que me nivelaba un poco, incluso con los profesores, en cuestión de opinión. Entonces, ya no es que llevara un proyecto, pero sí que es verdad que mi opinión sobre lo que hacían en el instituto pesaba bastante. Entonces, en ese sentido, pues podías hacer siempre una mirada un poco más reflexiva desde la postura del estudiante. Parecen cosas muy mundanas, pero que al final son cosas que solo desde la perspectiva del que es el consumidor, en este caso el estudiante, se puede cambiar y se puede ver de otra forma, porque el que está allí y lo ve desde otra perspectiva, lo va a ver siempre desde esa perspectiva, es imposible que lo pueda poner desde la otra.
Claro.
O sea que no eras visto como el pesado de la clase, sino que los profesores te respetaban, e imagino que también dentro de los alumnos también acudían a ti, porque sabían que tú eras resolutivo y podías...
Sí, yo también tenía mi carácter también de estudiante con su cierto gamberrismo. Es decir, no era tampoco... No creo que ahora vaya a pasar yo aquí como ser el típico friki de la clase, que era el representante de estudiantes, al que nadie ni era un empollón ni nada por el estilo, simplemente yo me metí en esto porque me gustaba y tal. Entonces, entre mis compañeros, yo tenía relación con mis amigos, que eran mis compañeros, y por otro lado, con los profesores, no tenían esa visión porque yo tampoco tenía ese comportamiento tan de molesto ni nada por el estilo, era un comportamiento mucho más cercano.
Estaba pensando en este podcast he hablado muchas veces de la aversión al conflicto que yo tengo. A veces hablo de mí porque para eso la foto está...
Que es lo más importante que hay, ¿no?
Para eso lo he creado yo. Entonces, muchas veces hablo con los invitados de un tema que me interesa mucho, que es la aversión al conflicto, que tenemos muchas personas que no nos gusta el conflicto. Estoy pensando, para vivir esto, siendo tan joven y luego ya en el gobierno autonómico donde estuviste bastantes años, claro, te tienes que sentir cómodo en el conflicto, en la confrontación, porque la política, quizás no a los niveles tan tóxicos que vemos ahora, pero la política siempre hay un cierto grado de conflicto.
Sí, a ver, evidentemente, pero yo creo que en la vida en general lo que pasa es que es verdad que el nivel de confrontación que puedes tener en un trabajo, vamos a decir, ordinario, en una empresa y demás, no es público, no tiene una presión mediática, no tiene un tal. Y evidentemente en la política sí que tienes esa presión mediática. Por ejemplo, lo que tú decías ahora, yo he estado en un gobierno autonómico que era un gobierno autonómico de coalición, lo cual era, para que nos hagamos generar, tres partidos, yo era del mayoritario, de la coalición y evidentemente cada uno con sus tiras y aflojas de querer cada uno llevarlo hacia su crédito electoral o hacia su programa, porque a pesar de que eran partidos muy similares en la cuestión ideológica, o ser del mismo espectro político, es verdad que en ese sentido hay veces que discrepábamos también. ¿Qué pasa? Que toda esa discrepancia es muy pública. Entonces, la crispación se ve en cada momento. Si ves que una cosa no va por un buen un camino, puede ser que se acabe filtrando en prensa y tal. Es verdad, vives en la crispación diaria, pero a veces es más la que sale en los medios, es más la que se visualiza que la que es real.
Y hay otras veces que en las medios no sale lo que sí que es más real. Yo no Nunca he tenido problema a confrontar, porque entiendo que el mundo al final no es blanco, ni negro, ni gris, es muchos colores. Cada persona tenemos una forma de ver las cosas y es muy difícil que todos estemos de acuerdo. Y justamente lo que hace bonito, y lo que hace bonito a la política, es el arte de poder llegar a acuerdos entre todos. Entonces, en el mundo que vivimos ahora, no en España, sino en el mundo en general, Donald Trump en Estados Unidos, con las elecciones que ha habido, que evidentemente se ha visto claramente una confrontación entre dos... Si siempre en Estados Unidos ha habido dos frentes, demócratas y republicanos, justamente ahora se ha visto mucha más confrontación que nunca, pero en Francia también se está viendo, en Inglaterra también se puede ver, en España en concreto, que es lo que yo más vivo diariamente, se ve más confrontación. Es verdad que estamos en tiempos que parece que eso es como lo último, el diálogo, el entente, el comprender al otro, el ponerse en el lugar al otro, intentar buscar un acuerdo, un lugar intermedio entre los dos.
Pero es lo bonito de la política, llegar a acuerdos. Nunca he vivido mal en ese lado de la confrontación, en ese lado del no estar de acuerdo, porque creo que es posible ponerse de acuerdo. Yo confío mucho en que al final la responsabilidad de la gente que gobierna, la responsabilidad de la gente que está en los partidos, nos llevará a eso, a acuerdos. Al final, la vida son acuerdos y son acuerdos desde la adversidad, desde el no estar de acuerdo. La vida es así.
Eso es cierto. Y en estos dos años, ¿vives mejor o vives más tranquilo desde que no estás en política?
Tengo vida personal. Sí, la política, al menos en España, no está reconocida. Y cuando digo que no está reconocida, no lo digo desde la perspectiva económica, aunque la gente se piensa que aquí la gente viene a forrarse en la política y eso no es así. No está tan bien pagada. Yo creo que no está bien pagada, de hecho, pero bueno, eso es una valoración mía y seguramente habrá gente que no está de acuerdo conmigo. Pero no está reconocida, que eso es peor. Porque al final, en mi trayectoria, yo no me he dedicado a la política por una cuestión de tener un ego desmedido ni por querer que haya una placa con mi nombre en ningún sitio. Yo me he dedicado a la política porque toda la vida me ha llamado mucho la atención el presentarte a unas elecciones para representar unas ideas, que esas ideas se puedan llevar a cabo, que puedas cambiar las cosas a través de ese trabajo que tú haces, que la gente confía en ti para que tú puedas llevar a cabo e impulsar cambios. Entonces, Yo no me he dedicado por una cuestión de un interés especial en estar ahí, sino porque creo realmente en ello.
Yo creo que tengo capacidades para poder hacerlo y me pongo a disposición de unas personas que pueden confiar en mí para hacerlo. Dicho esto, yo estudié mi carrera de derecho, siempre me gustó el derecho. Es verdad que al final no me dediqué al derecho, pero durante un tiempo sí que he trabajado de profesor y sí que he estado haciendo cosas del mundo del derecho. Pero esto era una dedicación secundaria para mí, no era mi profesión. Entonces, yendo ya a lo concreto, cuando tú pasas por la política, hay como un cierto componente de que la gente piensa en general que tú estás ahí sin hacer nada, cobrando demasiado, viviendo muy bien. Y no, todo lo más contrario a ello. Es decir, la política es un mundo muy exigente en el que tienes un foco permanentemente encima tuyo, en el que tienes además muchos frentes abiertos dentro de tu casa, o sea, a nivel de un partido, tú estás en un partido, tú eres representante de un partido, estás en un gobierno y tienes presiones también dentro de tu partido, tienes presiones con los partidos en los que tienes una coalición, tienes presiones por la oposición que está delante, tienes presiones porque hay una burocracia administrativa que muchas veces te complica el querer llegar a un proyecto a su fin, pero evidentemente por el cumplemiento normativo, ya sea por legalidad, ya sea por transparencia o ya sea por lo que sea, no es todo tan rápido como parece.
Entonces, con todas estas cuestiones que hacen tu día a día complicado, adverso, tú intentas navegar e intentas hacer lo mejor posible. ¿Qué es lo que pasa? Que nadie reconoce que mi tiempo disponible 24 horas al día era para ello. Yo me levantaba por la mañana con un móvil y me acostaba todas las noches con un móvil. Y no era con un móvil de que estuviera ligando por él. Era un móvil porque tenía en permanente contacto con mis diferentes jefes, con mis diferentes compañeros, con asesores, con tal, para seguir trabajando y había noches de no dormir. Yo, por ejemplo, estuve en el Gobierno autonómico en Hacienda. Entonces teníamos noches...
¿Puedes explicar, Dani, qué es Hacienda? Porque dependiendo de la variedad del español.
En Hacienda, no sé cómo sea en otros países, pero vamos, Hacienda es el departamento del Gobierno, que lo que hace es, primero, el tema impositivo, todo el tema de taxes, de impuestos. Luego también a nivel estatal, sabéis que en España hay diferentes ámbitos competenciales. Luego, a nivel de Gobierno, es el que hace una propuesta de presupuesto para el Gobierno, es decir, todo lo que se entiende que ingresa un Gobierno o que tiene como ingresos un gobierno para poder tener gasto, es el que hace el presupuesto de ingresos y el presupuesto de gastos. Tiene que acordar con todos los departamentos restantes, esto es como la economía de cualquier casa, no puedes gastar más de lo que tienes y si gastas más de lo que tienes, tienes un déficit. Entonces, con esto, Hacienda, es esto en grandes rasgos. Claro, nosotros teníamos noches de no dormir, cuando hay un incidente, por ejemplo, como la Dana, que ha ocurrido hace poco en Valencia, pues Hacienda es una de las primeras que tiene que empezar a trabajar, a recopilar crédito, dinero, para poder hacer frente a las ayudas que van a venir, etcétera. Eso nos convertía, a mí, en este caso, junto al resto del equipo que había en la Consejería de Hacienda, nos se convertía en un continuo equipo de estar hablando y acordando con todos los miembros del Gobierno a todas horas.
Entonces, hay un nivel de exigencia temporal y de trabajo muy grande. Y volviendo a lo que decía, es que todo esto ha pasado como que un tiempo después, yo le digo a la gente que está en política y la gente piensa esa cuestión como lo pueden pensar de otras profesiones, como por ejemplo que los empresarios son todos malos o que los sindicalistas son todos unos vagos o que los médicos viven mucho mejor de lo que dicen.
Ya, son generalizaciones que molestan, claro. Sin embargo, te tengo que decir algo que cuando yo me mudé a Reino Unido en 2012, te lo juro, era increíble. Cuando hablábamos de España, todo el mundo me sacaba el mismo tema.
¿Cuál?
Año 2010. Me hablaban de corrupción. No sé si es porque en el Reino Unido sacaban muchas noticias de corrupción sobre España. Tú ya estabas trabajando en 2013, ¿no?
Yo empecé en 2015.
Ya era un momento un poquito mejor, ¿no?
Sí, yo creo que esto puede ser... Primero, la Comunidad Valenciana tuvo una muy mala etapa de corrupción de muchísimos casos y es verdad que en España yo creo que los años 2000, finales de los 2000, principios de los 2010, que encaja perfectamente con lo que dices, fue una mala época. Pero pasa, por ejemplo, ahora con la Dana. Yo creo que con la Dana, la visión que tienen la gente de la comunidad valenciana es un poco como de desastre, por cómo se ha desarrollado todos los acontecimientos que fueron alrededor de este fenómeno atmosférico que nos comimos.
Sí, la Dana, es que no sé cómo, a lo mejor se conocerá fuera de España. Fueron las inundaciones que hubo en Valencia en octubre, noviembre.
En octubre.
En octubre del año pasado.
La incapacidad que parece que manifestaron, y digo que parece porque yo no quiero juzgar a nadie ya, y sobre todo uno cuando deja la política no tiene que juzgar, pero la incapacidad que parece demostrar los que tuvieron que haber gestionado esta crisis, sin entrar ni en colores, ni quién ni qué tocó, no voy a hacerlo, yo tengo mi pensamiento, pero no lo haré, ha dejado como un pozo de que, en cierta manera, en la Comunidad Valenciana las cosas salen mal y se hacen mal. Que es un poco como pasaba antes con el tema de la corrupción. Como hubo tantos casos de corrupción, la gente también hacía la visión de la Comunidad Valenciana como una... Se va a entender lo que voy a decir ahora, como una especie de sur de Italia, como que aquí tuviéramos como una Camorra una cosa que no tiene nada que ver, porque no es así, y tampoco el sur de Italia es tampoco el que se decía. Pero es verdad que la generalización, respecto a lo que va ocurriendo, hace que también incluso las empresas sufran por ello, porque es una marca reputacional.
Claro, claro.
Que eso hace que te lleve por delante.
Entonces, tanto empresas, ciudadanos, todo.
De hecho, ahora que comentas esto, cuando he estudiado con estudiantes de España los estereotipos regionales o de cada comunidad en España, por ejemplo, en Cataluña son tacaños. Normalmente son estereotipos negativos, en Madrid son chulos. Y yo pensaba: ¿Cuál es el estereotipo de la comunidad valenciana? Y lo busqué y se nos asocia un poco el ser muy despreocupados.
Bueno, sí, nos puede quedar un poco así.
Es que me sale una palabra en valenciano que es arreu.
Sí, somos un poco así, arreu.
¿Cómo describirías arreu?
Descuidados. Es que hay otra que es melsifot. Los melsifot, que es como algo que... O sea, como que nos da igual todo. Sí, es un poco eso. Pero no sé.
Creo que hay parte de verdad, porque, por ejemplo, utilizamos mucho el término pensat i fet, que es pensado y hecho, de improvisar la vida. Y creo que a lo mejor la política también se asocia a ese estereotipo, ese cliché de un poquito de improvisación, no planear las cosas demasiado.
Yo a lo mejor, porque como soy valenciano, es difícil que yo mismo me pueda valorar negativamente, nadie lo quiere hacer. Pero sí que es verdad que tenemos una forma de actuar que es muy... Los andaluces yo creo que son todavía más, quiero decirte, pero sí que es verdad que somos como muy de... No te preocupes, mañana será el problema. Ahora céntrate en pasarlo bien y ya mañana tendrás el problema. Es verdad que puede ser que seamos un poco así, lo cual es bueno, quiero decirte, los mediterráneos también tenemos algo que envidian, seguro, gente que escucha este podcast y que lo ve. Y es que tenemos la suerte de vivir en una zona en la que nos hace todo como mucho más feliz. El Mediterráneo, la luz, nos lo hace todo más feliz y eso es así. Y le pasará seguramente a Cataluña, le pasará a Murcia, le pasará a la Comunidad Valenciana, le pasará a Andalucía e incluso a Italia, a Grecia. Somos países que tenemos otra filosofía de vida mucho más tranquila y mucho más... No la gente piense vagos, la gente piensa, tiene que pensar que tenemos una forma de vivir que nos permite hacer lo que tenemos que hacer y a la vez disfrutar de la vida, que es importante.
Y yo creo que en ese sentido sí.
No vivimos para trabajar, no vivimos para trabajar, sino trabajamos para vivir.
No, y eso vamos, no me mueves aquí de Valencia bajo ningún concepto, solo te lo tengo clarísimo.
De hecho, a veces que he comentado en esta etapa en España ahora y le he comentado a Lydia, que es una de las profes que trabajan para Spanish Language Coach, y le he comentado: Mira lo que nos ha pasado. Digo: Es que España a veces... Dice: César, esto en Zaragoza no pasa. Esto que me estás contando es muy Mediterráneo. Eso en Zaragoza no. Yo creo que sí que hay como subculturas dentro de la cultura española.
Y nos envidian todos los españoles, quiero decirte que el resto de españoles envidian a la Comunidad Valenciana sin ninguna duda.
De hecho, ¿qué ciudad es la mejor ciudad para vivir, según Forbes?
Yo lo tengo clarísimo. A mí no hace falta que dijera nada la revista Forbes ni ninguna otra. Valencia, sin ninguna duda.
Has mencionado algo que me ha llevado por la calle de la amargura en los últimos meses.
Burocracia.
¿Burocracia? ¿Por qué España es un país tan burocrático?
Yo creo que es un sistema garantista en el que al final también, por intentar dar garantías al procedimiento, al procedimiento administrativo, se genera mucho papel intermedio, mucho informe intermedio y tiempo de espera. ¿Injustificado en algún caso? Sí, yo creo que en algún caso, porque vinimos con pequeñas manías, vicios de otros momentos en los que se actuaba de otra forma. La digitalización debería haberse implantado en la administración de una forma más eficiente y yo creo que ha tardado mucho. Es verdad que la administración parece que siempre va como uno o dos pasos por detrás. Y ahí hubo un gap muy grande de la administración en cuestión de digitalización. Pero sí, es verdad que funcionamos. Pero yo creo que si preguntas y podrías aprovechar tu podcast, que lo ve gente de afuera, para que te digan también qué piensan de la burocracia en otros países. Y yo creo que casi seguro que todos van a opinar que también hay mucha burocracia en su país.
A ver, yo es que en Reino Unido, de verdad, quizás es especial por la eficiencia de esos procesos, pero te pongo un ejemplo. Cuando creé la empresa en Reino Unido, lo hice desde mi casa una tarde, me metí en una página web, creé la empresa, creé la cuenta bancaria para la empresa desde casa, todo en una tarde. En España he tardado como dos semanas. He tenido que ir a un notario, he tenido que ir al banco y le dije a mi asesora: Pero ¿Por qué es tan complicado aquí? Dice hombre, es que lo que me dices como se plantea en Reino Unido no es nada seguro.
Claro, es que es lo que te iba a decir. Yo creo que simplemente es la falta de confianza.
Sí, sí, sí.
Ese es el principio básico. A mí, hay cosas que he ido al extranjero y me ha sorprendido porque me acuerdo una vez que fui a Nueva York, por ejemplo, y compré... No me acuerdo qué exactamente de la cámara. Y cuando llegué a casa, abrí la cesta que me llevé y había una cosa que no estaba. Y claro, dije: Ostras, tenía que haber mirado antes. Y un amigo mío que vivía en Nueva York me dijo: No, tú vas mañana, y dije: ¿Qué no estaba?. Y yo: No se lo van a creer. Y fui al día siguiente, dije que no estaba y me lo dieron. Entonces, no quiero pensar que hay más gente que se aprovecha del sistema o se aprovecha de la confianza del resto para aprovecharse del sistema, aquí en España, respecto a otros países. Pero es verdad que el sistema intenta ser muy garantista para evitar que la gente se pueda aprovechar de él. Y en muchos procedimientos, de hecho, llevábamos un tiempo, y esto sí que lo viví yo de primera mano del Gobierno, en el que se empieza a confiar cada vez más en la declaración responsable.
Eso adelanta mucho, porque entonces ya no tienes que estar esperando que alguien te diga que cumples, sino que tú mismo dices que cumples y ya después alguien lo revisará o no. Entonces, sí que es verdad que se está avanzando bastante en confiar en el ciudadano, en el administrado, en el consumidor. Pero yo creo que sí, en ese caso sí que podría decir que adolecemos de que el punto de partida es la desconfianza del que está delante. Puede ser que ese sea el problema. Pero en lo que es burocracia como tal del funcionamiento de la administración, todas las administraciones son burócratas, son burós, no es de otra forma.
El nombre lo dice. Y es un podcast de idiomas, además los estudiantes que lo escuchan tienen ya un nivel avanzado. Tú, a pesar de ser valenciano como yo, el idioma nuestro no lo dominabas. Imagino que lo habías estudiado como yo, pero no eras valenciano parlante. Y no sé si por obligación o porque tú querías tener un buen nivel del idioma de la región que representabas como figura política, lo aprendiste y tuviste que obtener el máximo nivel de un C2 o no tuviste que hacer examen. No sé cómo lo hiciste, pero tuviste que reaprender el idioma.
No hice ningún examen. Yo no hice ningún examen. De hecho, debería haberlo hecho porque estoy convencido de que tengo el nivel apropiado. Yo, como bien dices, más allá de darlo en el colegio valenciano como lengua cooficial en nuestra región, en la comunidad valenciana, yo no lo hablaba. Mis amigos mayoritariamente eran castellanohablantes. Mi padre es de Valladolid, que es una provincia de una región de Castilla-León que no está aquí, evidentemente, y por lo tanto no tiene el valenciano, de hecho no tiene ninguna lengua cooficial porque es castellano solo o español. Y mi madre sí que es de aquí, pero ya sabéis que desde el tiempo atrás, hasta ahora, desde principios del siglo XX hasta ahora, es verdad que el valenciano fue poco a poco en desuso por razones de la dictada de lo que vivimos en España, etcétera. Entonces, en casa de mi madre se hablaba valenciano, pero se hablaba en valenciano en el pueblo, no en Valencia. Digamos que hubo como una actitud muy de: Si vas a Valencia, no hablas valenciano, porque esto es como del pueblo, no se habla. Entonces, mi madre hablaba valenciano con sus familiares, pero con nosotros en casa no.
Entonces, ¿qué es lo que pasa? Que yo llego a la universidad y en la universidad empiezo a tener convivencia con más gente que me hablaba valenciano. Entonces, tú tenías dos opciones, o incorporarte a hablar con ellos o hablar castellano, que normalmente ellos tendían a cambiar el castellano. Era una cosa muy normal. Con esto también, como bien has dicho, me metí en representación estudiantil en la universidad y en la Universidad, la Universidad de Valencia, que es donde también has estudiado, es una universidad donde incentiva mucho el uso del valenciano como lengua vehicular para todos los trámites o todas las cuestiones de la propia administración, ya no para la docencia, pero sí para la que es el día a día de la administración. Al vincularme en la universidad donde estuve trabajando ocho años, ahí me di cuenta de una realidad, y era que la gente que tenía delante, profesores, personal de administración, incluso los representantes estudiantiles, que en su gran mayoría que eran más provalenciano, me iban a ver con mejores ojos si yo hablaba públicamente en valenciano. Y me empecé a esforzar, a nivel esforzarme de hablar en público. Entonces, me tiré directamente al ruedo hablando en el valenciano en público, cosa que evidentemente, por la cuestión de que no lo había tenido que desarrollar porque mi vida normal no lo hacía, me costó.
De hecho, soltaba muchas espardenyà, que es como se dice cuando haces una palabra, dices una palabra en valenciano, pero que realmente es en castellano, pero lo dices en el ámbito de hablar en valenciano. Y al final la cuestión es que esforzándome, esforzándome, esforzándome, hablando en público y diciendo alguna barbaridad que de entrar en público maldicha, pero teniendo también por delante que tenía la comprensión de los que estaban delante mío, que sabían que yo estaba haciendo ese esfuerzo. Entonces, era una cosa que se valoraba positivamente. Pues al final he conseguido hablar de una forma totalmente bilingüe, valenciano. Pienso en valenciano cuando hablo en valenciano y pienso en castellano cuando hablo en castellano, no tengo ningún problema, lo tengo ya muy bien hecho eso. Pero fue una decisión más bien política, más que una decisión de necesidad. Por lo que me preguntabas al principio. Es que fue completamente un componente que para mí me pareció que era... Primero, que además era una cuestión de orgullo, quiero decirte que también tienes una lengua más, es una señal de orgullo para el que tiene una lengua propia en un territorio, creo que eso siempre enriquece. Y luego, por otro lado, la exigencia de guión de saber que si yo hablaba valenciano, entraba en el sistema de forma correcta, porque era un sistema en el que se hablaba valenciano y, por lo tanto, se valoraba mejor el que tú te dirigieras en valenciano.
Fueron las dos. Pero sobre todo, yo creo que esa es importante, la primera de tener en cuenta que es una lengua propia, y eso siempre es algo bonito que no debe ser motivo de desunión, sino más bien motivo de unión. O sea, una lengua, una cultura, un regional, no puede ser motivo para separar o diferenciar respecto a otros, sino que lo que tiene que ser es motivo, justamente, para ser felices de lo que se enriquece.
El patrimonio cultural no entiende de ideologías o no debería entender, es de todos.
Totalmente.
Y es verdad que es mucho más honesto que yo, por ejemplo, abogo por la promoción de las lenguas cooficiales y demás, pero luego no hablo valenciano. Pero me voy a poner las pilas, te lo prometo.
Ahora nos ponemos tú y yo a hablar en valenciano.
Cuando haya completado toda la burocracia que necesite, allá para el año 2030, me voy a poner a tope con el valenciano.
Ya verás cómo será menos.
Me pondré a tope. Dani, última pregunta. Antes hemos pasado de refilón por el tema de la polarización de la política y se habla mucho de cuando ves a los políticos, a la clase plática, hablar en televisión y dices: Siempre están a la gresca en el congreso, qué maleducados, qué tal, qué cual. Pero yo pienso: ¿Y los ciudadanos qué?. Creo que nosotros tenemos el poder de decisión. ¿Cómo podemos hacer para que el clima político se rebaje, que se puedan llegar más acuerdos, que haya más consenso, que se haga, en definitiva, política? ¿Qué podemos hacer desde el punto de vista de la ciudadanía?
Pues sería tan bonito, tan, tan, tan, tan bonito que la ciudadanía tuviera mayor espíritu de pensamiento crítico, sería tan maravilloso, porque no compraríamos las cosas como las compramos. Creo que hay un problema muy grande y es que nos informamos como nos informamos. Entonces, el siglo XXI ha habido un avance muy grande digital de conexión de todo el mundo. Este podcast, por ejemplo, lo va a haber gente de todo el mundo, etcétera. Pero, por otro lado, ha permitido que la inmediatez de la información que se da no esté contrastada y sea veraz. Y eso es un problema, porque al final todos consumimos información y consumimos la información que un algoritmo quiere que consumamos. Y no somos críticos, no somos capaces de poner en duda lo que estamos viendo, no somos capaces. Yo hay veces que, y es que lo hemos visto todos con barbaridades auténticas, cuando el COVID o cuando cualquier otra situación que ha habido en la que se daban recomendaciones de lo más absurdo y que había gente que se lo creía. Pero porque no tenemos esa capacidad de criticar, criticar en el sentido de poner en duda lo que se nos está diciendo.
Si pusiéramos en duda lo que se nos está diciendo, a lo mejor nos seguiríamos a determinados fenómenos o a determinadas posiciones. Y con esto veía lo que tú me estabas preguntando, en concreto en la política. La política está muy polarizada, es verdad. Y es un reflejo de la sociedad, que la sociedad no sé en qué momento polariza a quién, si polariza la ciudadanía a los políticos o los políticos a la ciudadanía, pero la realidad es que en general estamos todos muy polarizados. Y el que tuviéramos un mínimo de espíritu de poner en duda lo que dice el partido al que votamos o al partido que nos sentimos que nos representa más, de decir realmente: Oye, pero tú estás proponiendo realmente qué ¿qué es esto? ¿Y esto por qué lo propones? Y ser críticos de saber lo que está diciéndose. Si en un momento dado todos pusiéramos en duda lo que se está diciendo, dejaríamos en ridículo a quién nos intente engañar. Entonces, ojalá la gente, y es lo único que me gustaría, incluso, aunque pusieran en duda a mi ideología, es que al final prefiero que cualquiera ponga en duda lo que sea, con tal de que al menos tengamos una opinión generada propia, basada en algo que sea más o menos cercano a la verdad, que la verdad es difícil, pero por lo menos que sea veraz.
Y con eso yo creo que cubriríamos gran parte de que los que piensen que somos ciudadanos tontos no nos tomen por tontos. Eso para empezar. Y yo creo que en ese sentido, si tu estiras de la cuerda, evidentemente llegará a un punto en el que los que piensan que somos tontos se dan cuenta de que no somos tontos, los dejamos en evidencia y entonces las cosas se tienen que empezar a hacer de otra forma. Ojalá fuera así. Pero para llegar a eso, la ciudadanía tendríamos que darnos cuenta de que es mejor creer en pensar las cosas mejor que creer a ciegas lo que nos cuentan unos porque son los que nos parecen mejores o los votamos porque nos parecen más creíbles o lo que sea.
Porque compras el pack completo, ¿no?
Sí.
Pero, ¿crees que la crisis de atención y el hecho de que además hay un montón de estudios que demuestran que cada vez perdemos más atención o que nos concentramos por una menor cantidad de tiempo, hace también que ese espíritu crítico se reduzca también en el sentido de que vemos una información y a lo mejor en otro momento de la historia hubiésemos dicho: Bueno, voy a informar un poco más, porque esto me suena raro, esto es así de verdad. Y simplemente nos dejamos llevar por el sesgo de confirmación de: Yo pienso esto también, dice que esto es así, pues bien, no voy a molestarme en ver o en defender a tu partido político o a tu político de turno como si fuese un jugador de fútbol o un partido. Un equipo de fútbol.
Sí, hay un déficit de atención que yo creo que todos tenemos. Es decir, no es una cuestión esto no vale el mirar el politicucho este, que viene aquí a decirnos lo que tenemos que hacer todos. No, yo también quiero decirte, yo también entro en redes sociales, yo también tengo muchas otras cosas que me parecen mucho más importantes en el mundo que preocuparme por ser más solidario o por la educación de unos niños que yo no tengo, pero que tengo que preocuparme porque son el futuro de esta sociedad o la sanidad de las personas mayores, porque a lo mejor también yo algún día necesito esa sanidad. Entonces, es evidente que yo también tengo otros focos que me restan mi día a día, preocuparme por lo que puede ser más importante o cuando entro a ver una información, por lo que tú estabas diciendo, es verdad que en dónde entras en Twitter, te aparece de repente, no sé, la última actuación de Beyoncé en vete a saber dónde. Pues te quedas al final con eso. Y no acabas viendo lo que querías ir a ver. Sí, esto pasa. Yo creo que se han esforzado mucho, justamente, en la línea de desprestigiar la política, de desprestigiar lo que a todos nos debía interesar, porque es nuestro día a día.
Hay determinadas poderes no sé si poderes, si personas que se encargan de decir: Esto solo lo hacen por su propio interés, esto no les interesamos para nada. Y de todo este descontento que se genera, lo único que hacen es que la gente al final no quiera saber tampoco. Entonces, vincular a la gente es importante, pero si además hay un cierto intento de desvincular a la gente para que así sigan comportándose como gente que no ponen en crítica nada de lo que hay porque creen en unos o en otros, en función, como tú decías, de un equipo de fútbol, pues a lo mejor para algunos es más fácil que para otros, el mundo. No sé, yo... Sí, imagino que promover esa desafección por la política, que ahora se habla mucho de esto, la desafección política, ayuda a partidos populistas de un extremo u otro a ganar popularidad, porque al final, si no entiendes mucho o no te interesa conocer más, aprender, pues tiendes a ir por la opción fácil, que es la opción populista, la que te vende una solución fácil a un problema complejo.
La que te dice lo que quieres escuchar.
Exacto.
Que eso es muy peligroso, porque en política nadie te puede decir lo que quieres escuchar, porque nunca va a ser todo 100%.
De hecho, yo como persona que integro dentro de un partido, milito dentro de un partido, evidentemente no todo lo que dice mi partido estoy de acuerdo, pero en un 80%, que me parece razonable. Partimos siempre de la adversidad, del contrario, de que no todos, cada uno tenemos una forma de pensar, de ver el mundo, y dentro de esa forma de pensar hay cosas que nos hacen común en nuestro pensamiento y eso es lo que tenemos que buscar. Y en ese sentido, nunca vas a encontrar nada que tú puedas seguir 100%. Y si encuentras alguien que te hace pensar que es 100% lo que tú quieres, algo falla, porque no es posible que alguien represente 100% todo lo que tú piensas.
Sí, pues es una muy buena reflexión. Vamos a hablar más de tender puentes dentro del partido, dentro de tu familia, dentro de las coaliciones y dentro de la política en general, que la política lo es todo. Gracias Dani, por tu tiempo.
Gracias a ti.
Se nota, te estaba diciendo antes porque se ha cortado la grabación varias veces. Que se nota, normalmente cuando viene alguien a casa a grabar, siempre me dicen: Estoy nervioso con los focos, los micros, pero tú tienes mucha experiencia.
¿Qué foco? No me había dado cuenta. Se nos ve así de bien por algo.
Este brillo.
Muchas gracias.
Gracias a ti. Y a ti, estudiante, muchas gracias por estar ahí, si has llegado al final del episodio. Y como siempre, te digo, lo mejor para la continuidad del podcast es que lo recomiendes a otras personas que estudien español o a tu profe, o incluso dejes una valoración o un comentario, cuéntanos. Puedes dejar comentarios en Spotify, en YouTube, en la página web, donde quieras, y así practicas también tu expresión escrita del español. Y te espero en el próximo episodio. Un abrazo muy grande.
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Vocabulary Flashcards: La política desde dentro
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