top of page

E81 Mi manifiesto del aprendizaje de español



Ejercicio de comprensión (para después de escuchar el episodio):



¿Quieres estudiar conmigo? Echa un ojo a mis cursos online:


Is this podcast too advanced for you? Check out the Intermediate Spanish Podcast 


Follow Spanish language Coach on Instagram and YouTube 


Episodio 81 - Mi manifiesto del aprendizaje de español


 Hola, estudiante. Me pillas en el aeropuerto de camino a valencia, desde Londres y te explico, este episodio es un poco diferente, porque en realidad es un featuring del podcast de nivel intermedio. Es un episodio que compartí con los estudiantes de nivel intermedio hace unas semanas y también quería compartirlo contigo, porque aunque tú seas estudiante de nivel avanzado, pues igualmente me gustaría compartir contigo este manifiesto del aprendizaje de idiomas.


Como siempre tienen los recursos en la página web spanishlanguagecoach.com. Y por cierto, también verás que he decidido posponer el lanzamiento de mi curso de pronunciación Español Camaleón, una semana. Vale, las inscripciones abrirán el día 16 de junio al final. Y ahora sí, te dejo con el episodio. Espero que lo disfrutes.


Cha chao.


Y ahora sí, empezamos con este manifiesto. Primero: ¿Por qué creo que es necesario un manifiesto? Pues porque, muchas veces, las expectativas en el aprendizaje están mal colocadas. Así que, con este manifiesto, además de contarte mi filosofía, quiero que juntos fijemos expectativas realistas en este camino, en este periodo largo que es aprender un idioma.


Punto 1: El idioma se aprende con constancia, no con intensidad. Este es, para mí, el punto más importante. Muchas personas quieren aprender rápido. Como quieren perder peso rápido, ganar músculo rápido o encontrar el amor rápidamente. Pero en el aprendizaje de idiomas, eso casi nunca es posible. De hecho, el marketing lo sabe muy bien, y por eso hay tantos métodos que prometen resultados milagrosos en tres o seis meses. Yo creo que no se trata de intensidad ni de fijarse un plazo corto. Puedes tener metas, sí, pero el dominio de una lengua no se alcanza en unos meses.


Hay una cita de Baltasar Gracián que me encanta: "Nada sustituye a la constancia. Ni el talento ni la educación. Solo la constancia lo consigue." Si puedes estudiar 10 minutos al día, eso es mejor que estudiar dos horas solo un día a la semana. Como pasa con el ejercicio o la música: lo importante es la repetición frecuente, no la cantidad en un solo día.


Y hablando de repetición, quiero insistir en esto porque ya lo he explicado en un episodio completo del pódcast titulado "La importancia de la repetición". Ahí decía que repetir no es aburrido si sabes por qué lo haces. Nuestro cerebro necesita la repetición para consolidar lo aprendido. No basta con entender una palabra o una estructura una vez. Es necesario verla, oírla y usarla muchas veces en diferentes contextos para que se quede.


La repetición no significa hacer siempre lo mismo, sino exponerte muchas veces a las mismas estructuras o al mismo vocabulario, pero en contextos variados. Por eso, escuchar varias veces un episodio del pódcast, o releer un texto que ya conoces, no es una pérdida de tiempo. Al contrario: es una forma de solidificar tu base.


La repetición convierte lo desconocido en familiar. Y lo familiar, con el tiempo, se convierte en automático. Y cuando algo se vuelve automático, entonces puedes empezar a jugar con el idioma, a expresarte con más libertad. Por eso, la constancia diaria y la repetición variada son las herramientas más poderosas que tienes.


No subestimes el poder de escuchar lo mismo dos, tres, cinco veces. Cada vez que repites, ves algo nuevo, captas un matiz diferente. La repetición no es un castigo, es una técnica. Y es una de las claves del aprendizaje real.


Punto 2: El input comprensible es tu mejor amigo (junto a la gramática). Este pódcast está diseñado como input comprensible. La idea es que entiendas el mensaje, aunque haya palabras nuevas. Si entiendes al menos un 80 o 85%, tu cerebro puede deducir el resto. Y eso es muy potente. El input comprensible puede ser en formato audio, vídeo o texto. Pero no basta solo con input, no es suficiente. La gramática, bien explicada, puede ayudarte a entender por qué se dicen las cosas de cierta forma. Los niños aprenden solo por exposición, pero tardan años en dominar la lengua. Como adultos, tenemos la ventaja de poder combinar la exposición (el input) con el aprendizaje estructurado.


Punto 3: La motivación no es mágica. Se construye. Muchos estudiantes me dicen que no tienen motivación. No es que no tengan tiempo, es que no tienen ganas, no sienten motivación. Pero la motivación no es algo que llega por arte de magia. No es una emoción que aparece un día por sorpresa y te acompaña durante semanas. La motivación es como un músculo: se entrena, se alimenta, se construye.


¿Y cómo se construye? Con pequeños logros, pequeños objetivos que consigues. Imagina que hoy decides escuchar este pódcast durante cinco minutos. Lo haces. Mañana, repites. Y luego, un día, entiendes una frase completa sin traducirla mentalmente. Ese es un logro. Ese tipo de logros alimentan tu motivación. No es una gran explosión, es un fuego que se enciende poco a poco.


Hay una idea equivocada muy común: pensamos que primero necesitamos sentirnos motivados para empezar a hacer algo. Pero en realidad el orden natural es el contrario: primero tomas acción, luego ves resultados, y entonces aparece la motivación. La motivación no es la causa. Es la consecuencia.


Por eso, lo importante es crear un pequeño hábito, aunque sea mínimo. Cinco minutos al día pueden ser suficientes para empezar. Un día escuchas, otro día escribes una frase, otro día revisas vocabulario. Esa consistencia crea progreso. Y el progreso te da energía para continuar.


Además, es importante aceptar que la motivación no siempre será alta. Hay días en los que tendrás muchas ganas y otros en los que no. Y está bien. Lo importante es no depender de la motivación para actuar. Lo importante es tener una estructura, una rutina, un compromiso contigo mismo.


Punto 4: No necesitas ser perfecto. Necesitas comunicar. Hay una compañera, Silvia, que dice que aprender un idioma es como aprender a nadar. Al principio nadas como puedes, como un perrito. Flotas, te defiendes. Pero no eres un nadador olímpico. En el idioma pasa lo mismo. Primero necesitas comunicarte, que el mensaje llegue. Eso es lo más importante: que otra persona te entienda y pueda responderte. Cuando eso ocurre, ya hay comunicación, ya hay conexión. Y eso es un éxito.


Después, poco a poco, mejoras tu técnica: usas mejor los tiempos verbales, amplías tu vocabulario, pronuncias de forma más clara. Pero no puedes esperar perfección desde el primer momento. Ni siquiera desde el segundo o el tercero. La perfección, si llega, es el resultado de mucha práctica y de muchos errores.


Obsesiónate con comunicarte, no con hablar perfecto. No tengas miedo de equivocarte. Porque equivocarte no es fracasar, es avanzar. Cada vez que te expresas, aunque cometas errores, estás entrenando tu capacidad de comunicar. Y eso, estudiante, es lo que realmente cuenta.


Punto 5: Cada persona necesita su propio método. No existe un método universal para aprender un idioma. Algunas personas aprenden mejor con imágenes visuales. Otras necesitan escuchar y repetir. Algunas necesitan entender toda la estructura gramatical antes de empezar a hablar, y otras prefieren lanzarse desde el principio.


Además, tu lengua materna influye. Si hablas una lengua parecida al español, necesitarás estrategias distintas que alguien cuya lengua es muy diferente. También influye tu personalidad, tu tiempo disponible, tus intereses, tu estilo de vida.


Por eso, tu método ideal es solo tuyo. Es una combinación de herramientas, rutinas, tipos de ejercicios, actividades que haces cada semana. Puede incluir pódcasts, clases en vivo, leer novelas, ver series, escribir un diario... La clave está en observar qué te funciona, ajustar y repetir. El aprendizaje no es estático. Tu método tampoco debe serlo.


Punto 6: La frustración es parte del proceso. Te vas a frustrar. Es inevitable. Aprender un idioma implica momentos en los que te sientes incapaz, confundido, cansado. Días en los que escuchas una conversación y no entiendes nada. O lees una frase y no sabes por dónde empezar. O te sientes bloqueado, como si no avanzaras nada.


Y eso, estudiante, es parte del proceso. No es un error. No es una señal de que deberías rendirte. Es una parte natural del camino. De hecho, suele ser una señal de que estás saliendo de tu zona de confort. La frustración es lo que sientes cuando estás enfrentando un reto real. Y enfrentar retos es la única forma de crecer.


Por eso, en vez de evitar la frustración, te animo a aceptarla. A reconocerla como una compañera del aprendizaje. No siempre es cómoda, pero sí útil. Y recuerda: la paciencia y la tolerancia contigo mismo son esenciales para superar esos momentos.


Punto 7: Comparte tu proceso con otros. Estudiar solo puede ser eficaz, sí. Pero compartir tu proceso con otros lo hace más humano, más divertido y más sostenible. Puedes apuntarte a una clase, participar en una comunidad online, escribir un comentario en este pódcast o simplemente contarle a alguien que estás aprendiendo español.


Cuando compartes, te das cuenta de que no estás solo. Que hay otras personas con las mismas dudas, miedos y también las mismas ganas. Y eso te da energía. Además, explicar lo que has aprendido o lo que te cuesta también es una forma de consolidar tu conocimiento.


Y quién sabe, incluso podrías encontrar el amor. Yo, por ejemplo, conocí a Oliver hace años, gracias al inglés. Él quería practicar español y yo quería mejorar mi inglés. Y aquí estamos, muchos años después. Compartir tu proceso abre puertas. A veces, puertas inesperadas.


Punto 8: El aprendizaje no es lineal. No esperes avanzar como una flecha recta hacia arriba. Aprender español o cualquier idioma es más como una montaña rusa. Hay días en los que todo fluye, en los que entiendes frases completas, en los que hablas sin pensar demasiado. Y hay otros días en los que sientes que has olvidado todo, que retrocedes.


Esto es totalmente normal. Hay semanas buenas, otras lentas. Momentos de mucho progreso y momentos de estancamiento. Incluso puede que dejes de estudiar durante un tiempo y, al volver, sientas que has dado un paso atrás. Pero recuerda: un paso atrás no borra todo el camino que ya recorriste.


Me gusta usar la metáfora del bambú. Esta planta crece durante mucho tiempo bajo tierra antes de que puedas ver sus primeros brotes verdes. Pero cuando aparece, crece rápido y fuerte. Así es también el aprendizaje profundo. A veces no ves los resultados, pero están ahí, bajo la superficie. Y un día, de repente, todo hace clic.


Y nada más, estudiante. Espero que este manifiesto te haya hecho reflexionar. Dime en los comentarios si crees que debería añadir algún punto más. ¡Me encantaría hacer un manifiesto con todas las personas que escuchan este pódcast!


Nos vemos en el próximo episodio.


Un abrazo muy grande. Chao, chao.


Descarga el episodio en PDF:



Flashcards de vocabulario: Mi manifiesto del aprendizaje de español




Comments


bottom of page