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E87 Reinventarse, LA crisis y una experiencia au-pair inesperada con Learn Spanish with María

Updated: Oct 15


Lista de vocabulario (leer antes de escuchar el episodio):


Ejercicio de comprensión (para después de escuchar el episodio):



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Episodio 87 - Reinventarse, LA crisis y una experiencia au-pair inesperada


María, mira, esta semana justo he recibido el mensaje una respuesta de otra compañera nuestra a la que yo invité hace unos meses a este podcast. Como no me respondió, yo volví a insistir porque hay que insistir. Y me dijo: Mira, César, no te lo tomes como algo personal, pero no me apetece. Y no es algo que quiera hacer por hacerlo. Entonces, primero pensé: Qué guay tener tanta seguridad en uno mismo para decir: Oye, mira, no voy a ponerte una excusa, simplemente no me apetece, no es por ti, no es porque me caigas mal. Y de hecho, de verdad lo siento así, pero no me apetece ir a tu podcast o ir a ningún podcast y no lo voy a hacer. De hecho, se lo conté a mi prima Estefanía y le dije: Mira, tenemos que aprender de esta compañera nuestra. Y esta es la primera pregunta que te quiero hacer, María. ¿Para ti es fácil decir no?


Pues estoy entrenándome para aprender a decir no. Conforme lo estabas diciendo, he pensado, es verdad, ¿cuántas veces hacemos cosas que no nos apetecen y no damos de nosotros lo mejor de nosotras mismas o de nosotros mismos por hacerlo en ese momento o con esa persona. Y qué fácil sería el decir: Mira, no, como esta persona te ha dicho.


Sí, sí, sí, sí.


Estoy en ello.


A ver, es que es difícil, porque normalmente cuando no quieres hacer algo, pones una excusa o algo así. Pero a veces ser honesto, yo te juro que no me sento mal. De hecho, el primer sentimiento que percibí en mí fue admiración. Luego me sorprendió un poco, pero lo primero que pensé es, qué guay poder ser así y tener esa seguridad en una misma y decir: Pues es que no me apetece y no pasa nada por decírtelo. Y eso no quiere decir, de hecho me lo dijo, que en el futuro quizás sí o lo que sea, pero no tuvo que poner ninguna excusa. Bueno, hemos empezado fuerte, María.


Sí, sí, sí.


Perdón por este atropello así, repentino. Estudiante, antes de escuchar esta conversación con María, que veo que va a ir fuerte, te recomiendo que uses la guía de vocabulario, la transcripción si la necesitas, el ejercicio de comprensión, todos estos recursos gratuitos que tienes a tu disposición en la web spanishlanguagecoach.com, y que te ayudarán a aprender mucho más. Ya sabes que este podcast es el podcast de nivel avanzado de Spanish Language Coach, conversaciones reales en español, sin adaptar. Y ahora María, volviendo a ti, antes de empezar a grabar me has dicho... ¿Cuál ha sido la frase que me ha gustado mucho? Sí, la reinvención.


La reinvención.


La reinvención, porque le estaba comentando a María que antes de entrevistarla hemos hecho un poco de investigación para saber quién era María, para tener más información de ella. Y una de las cosas que no habíamos descubierto es que tú te has reinventado varias veces. Tú eres profe de español ahora, que luego hablaremos de tu proyecto al final, pero hasta llegar a ser profe de español, ¿cómo te has reinventado? ¿Por qué fases has pasado?


Pues ha sido un proceso de muchos años. Yo creo que hay un factor importante y es el que yo no sentía una vocación y envidiaba muchísimo a las personas que tenían una vocación. Tengo amigas que son artistas o médicos, abogados, y desde siempre habían sentido: No, es que yo quiero ser, es que me gustaría ser esto. Entonces, era algo que envidiaba muchísimo y que creía que no iba a aparecer en mi vida, sino que tenía que trabajar buscando el vivir lo mejor posible, pero sin buscar que fuese una vocación. Y un día apareció. Pero antes de esto, lo típico, eres niña, ¿qué quieres ser de mayor? ¿Qué quieres ser de mayor? No tengo ni idea. Y a los 16 años empecé a trabajar en hostelería y me gustó, o sea, me fascinó. Descubrí como todo un mundo de cuidar de la gente, mimarles y empecé a soñar. Ahí empecé a soñar por primera vez y dije: Ostras, qué bonito sería tener un restaurante. Además, empecé a cocinar en casa, porque a mi madre no le gusta mucho cocinar. Nos ha alimentado siempre bien, tengo que decirlo, porque sino se enfada. Pero gustarle no le gustaba mucho cocinar y mi padre estaba bastante ausente por trabajo. Y entonces empecé a cocinar en casa y es como que me gustaban todas las facetas de la hostelería. Pero yo creía que eso no era una vocación. Creía que era algo que no podía hacer, que no me estaba permitido hacer como... No podía soñarlo a lo grande. Porque mis padres siempre decían: Tienes que estudiar una carrera, tienes que estudiar una carrera. Y cuando llegó el momento de estudiar la carrera, dije: Madre mía, ¿y ahora yo qué hago?. Si no tengo esa vocación, si yo seguiría trabajando en restaurantes. Y entonces dije: ¿Qué es lo que mejor se me da en el insti? La historia del arte. Pues me metí en historia del arte.


Eso sí que lo sabía. En Valencia, además.


En Valencia, sí. Fueron unos años interesantes allí.


¿Por dónde vivías? ¿Vivías en Valencia, ciudad?


Sí, vivía en Valencia, viví en la zona del Cabanyal, en la Plaza El Cedro, los primeros años. Después, un poquito más arriba por Manuel Candela y los últimos años viví en la calle Pizarro, súper afortunada.


¿En el centro?


En el centro, sí.


¡Guau!


Sí, una amiga que tenía un piso vacío y me dijo: Si te lo pintas, si te lo apañas tú, tuyo.


Qué suerte. Muy bien. Bueno, María, creo que tenemos varias cosas en común, además de ser profes de español. Ambos somos de la comunidad valenciana, tú eres de Castellón, que es la provincia que está encima de Valencia. Y también ambos hemos trabajado en hostelería. Yo empecé a trabajar...


¿También?


Sí. Yo empecé a trabajar con 15 años en hostelería. Toda mi familia paterna se ha dedicado siempre a la hostelería y mi padre en ese momento estaba de encargado en un restaurante, en un bar, era de tapas y tal, y un día me dio un plato y me dijo: Llévala a esa mesa. No me preguntó: ¿Quieres trabajar de camarero?. De hecho, a mí no me gustaba trabajar de camarero en lo que hacía de camarero, que me función era los fines de semana trabajar de extra, de los 15 a los 18, de extra, llevando los platos a las mesas y recogiendo los platos, ni tomaba órdenes ni nada, era solo... ¿Cómo es en español? Tomar órdenes, no.


Sí, coger comandas.


No cogía las comandas, solo llevaba los platos. Y no me gustaba porque me daba la sensación de que no se me daba bien y había que interactuar mucho con la gente y era supertímido, entonces no me gustaba. Y además tenía que trabajar cuando todo el mundo estaba de fiesta. Pero sí que me gustaba poner cafés, esa parte sí que me gustaba mucho, o incluso poner lavaplatos. Pero bueno, me dices que a ti sí que te gustaba trabajar en hostelería y tu sueño...


Es que me gustaba esa parte.


¿Te gustaba la interacción con la gente?


Sí, me gustaba esa parte de yo ser una persona introvertida y de momento para mí era como un show. Yo no era María María, era María la camarera o María la barista. Era así, como adoptar esa faceta que me ayudó muchísimo a desarrollar mis habilidades, comunicativas con gente. Que sin embargo, en otras situaciones, yo estaba en un rinconcito, calladita y ya está.


Vale. Sí, a ver, es verdad que el trabajo te ayuda mucho cuando eres del espectro más introvertido, te ayuda a performar una parte más social de ti.


Sí.


¿Verdad?


Sí, exacto.


A mí, eso me pasó también cuando luego trabajé de los 18, durante toda la carrera, trabajé en una tienda de móviles y al final es verdad que de alguna forma no eres la versión real de ti mismo, sino una versión más profesional y que tiene que ser de una determinada forma. Y bueno, ¿cumpliste tu sueño de tener un restaurante?


Sí, sí. Cuando acabé la carrera, obviamente el arte me gusta muchísimo. Estudiando la carrera, además, hice las prácticas en Bancaja, en la fundación Bancaja, en la exposición de Sorolla  itinerante, que fue una oportunidad súperchula.


Bueno, qué fuerte. Luego te cuento algo de eso.


Y cuando acabé la carrera, fue como una casualidad. Hice el último examen, salió la nota de aprobado, estaba yo: ¿Ahora qué hago, ahora qué hago? Y mi hermano me llamó y me dijo: María, ¿sabes qué se alquila este local en El Grau? Y es un local que tenía toda una zona habilitada para exposiciones. O sea, era un restaurante en su momento que tenía exposiciones temporales y yo dije: ¡Guau!. Pues todo lo que yo he estado soñando desde los 16 años, hasta que acabé la carrera, que era tener un restaurante, porque yo seguí trabajando en hostelería todos estos años y haciendo algún que otro cursillo. Y dije: Lo que yo he soñado, lo puedo hacer realidad. Y cogí este local y monté un restaurante con galería, donde teníamos exposiciones mensuales cada mes, yo buscaba artistas locales para promocionarlos y de esa manera, pues cada mes, el restaurante lucía diferente y podía promocionar a esos artistas y a esos artistas.


Qué guay. ¿Y qué tipo de restaurante era? ¿Era algún tipo de cocina en particular?


Sí. En un principio yo no quería estar en la cocina, pero sí que quería diseñar la carta porque tenía muy claro que algún día quería estar en la cocina. Entonces, lo enfoqué en el tipo de cocina que me gustaba a mí hacer, que era toda... Se nutrían las diferentes influencias mediterráneas, española, italiana, marroquí. A mí me gusta muchísimo la comida marroquí. Y entonces como que fusioné un poquito esto. Y lo que sí que tenía claro es que quería que hubiera opciones vegetarianas, que la carta vegetariana fuera más allá de una ensalada. Vegetariana y vegana. O sea, que hubiera opciones para para vegetarianos y para veganos. Y eso es lo que hice. El plato estrella, por ejemplo, era el cuscús y la musaka.


Sí, que no sé de qué año estamos hablando, pero a lo mejor no eran...


2010.


Vale, ya hace un tiempo.


En Castellón era el segundo restaurante vegetariano.


Claro. ¿Pero era vegetariano exclusivamente o también había.?


No. No era exclusivamente.


Con opciones.


Sí, con opciones. Pero era una opción...


Que era algo novedoso, ¿no? Que era algo novedoso. Sí, porque aún a día de hoy, a veces es difícil en Valencia ir a restaurante donde la única opción vegetariana o vegana es simplemente una parrillada de verduras, que claro, sí está buena, pero no tiene a nivel nutricional, no tiene las proteínas, por ejemplo, suficientes o la grasa también, que la grasa es necesaria, que está muy mal vista, pero la grasa sana es necesaria. Porque vengo de una familia, por parte paterna, que ha trabajado en hostelería, sé que la hostelería quema muchísimo. Como he dicho antes, todo el mundo trabaja, todo el mundo está de fiesta cuando tú estás trabajando, es muy sacrificada. No sé si me quieres responder a la pregunta, ¿por qué el restaurante continúa o lo dejaste, lo traspasaste?


Lo cerré, perdón.


Lo cerraste.


Sí. Yo no me quemé de la hostelería, me había quemado previamente. Y un día le di el delantal a mi jefe y le dije: Busca alguien, porque ya no puedo ser la mejor versión de mi misma trabajando en hostelería. Y tuve que hacer otra cosa para poder volver, pero cerré el restaurante por la crisis. Los fines de semana funcionaba bastante bien, pero entre semana yo me nutría de los menús diarios. La mayoría de clientes trabajaban en el puerto, estibadores, agentes portuarios y demás, hicieron una reducción de jornada en estas empresas, en el puerto, por lo tanto las empresas que trabajaban para ellos también, y acabé teniendo que cerrar porque el menú decayó muchísimo. La gente trabajaba hasta las tres y se iba a comer a casa.


Claro.


Y entonces, antes de que fuese peor, decidí cerrar.


Claro, es que esa crisis de los años 2012, por ahí, ¿no?


Sí, entre el 2009-2014, más o menos.


Sí, fueron varios años donde además de la tasa de desempleo alta, la gente gastaba menos dinero o no tenía trabajo y, por tanto, no comía fuera de casa. Y era el efecto cadena que la falta de trabajo en una industria provocaba que otras industrias se vieran afectadas también. Hoy, justamente, he pasado por un sitio al que yo voy a comprar bastante frecuentemente en mi barrio y he visto que ha colgado el cartel de se traspasa. Y he pensado: Joder, qué putada. Imagino que fue complicado lidiar con algo que había sido tu ilusión, que habías hecho crecer durante un tiempo y que tuviste que cerrar la persiana. Y no sé cómo ese tipo de duelo de algo que es un proyecto tuyo, ¿cómo lo gestionaste? Y sobre todo, ¿cómo lo superaste para luego volver a emprender otra vez haciendo otras cosas? ¿Cómo recuperas la ilusión?


Fue mitad de 2013 hasta que me vine a Inglaterra en marzo del 2014, fue un año muy complicado porque yo sentía como que me habían arrancado algo de dentro, muy de dentro. Empecé terapia de nuevo, medicación incluso, porque me puse muy malita del estómago. Al final, somatizamos y me puse muy mal. Y fue curioso, porque después de hacerme todas las pruebas para descartar lo más malo, el médico digestivo me dijo: Cambia radicalmente de vida y se te irán todos los problemas. Y eso es lo que hice. Dije: ¿Qué es lo que quiero hacer ahora con mi vida? Porque me ofrecieron llevar dos cocinas, en Benicassim y una en Castellón. El sueldo era miserable. Y dije: Si ya he llegado al tope y lo he hecho de la manera que lo quería hacer, necesito realmente reinventarme. ¿Qué hay en mi vida que falta o que me gustaría abordar, que me gustaría conocer? Y dije: Necesito aprender inglés, es lo que siempre he querido, ha sido como siempre esa espinita ahí. Y entonces, con 131 libras, me fui a Londres de au pair. Después de que lo he vendido todo.


¿Eso es con lo que te fuiste en tu cuenta bancaria, 131 libras, o lo que te pagaban al mes como au pair?


En la cuenta bancaria tenía cero y tenía 131 libras en cash, que cambié en la estación de Victoria, y con eso es con lo que empecé.


Que seguramente eran... Madre mía.


Sí, 150 euros. Llevaba 150 euros y me dieron 131 libras.


Y te fuiste de au pair a una familia a aprender inglés.


Claro, era la única manera en la que podía empezar, porque había vendido absolutamente todo lo que podía para pagar proveedores e irme limpia. Y empecé de au pair con una... Además, yo creía que iba con una familia mixta, medio italiana, medio española, medio inglesa, pero resultó ser que Alfred, no era Alfred, era Alfred, catalá de toda la vida.


O sea, ¿hablaban español en casa o catalán?


Sí.


O sea, que no aprendiste mucho inglés en la casa.


No.


Jolín. Menudo chasco, ¿no?


Y dije: ¡Ah! Cuando él me abrió la puerta, más joven que yo, porque yo ya tenía 30 años, entonces. Y cuando él me abrió la puerta y vi que era un chiquillo y que me hablaba español perfecto, le digo: Pero tú no eres. Y claro, y me dice: No, no, yo soy catalán, yo no hablo inglés a la niña, y la niña habla mucho inglés, pero yo soy catalán, y yo digo...


Ostras.


Pero bueno, bien.


Pero por cosas de la vida, Reino Unido funcionó porque te has quedado allí, llevas más de 10 años allí.


Sí, llevo...


Y ahora ya sabes inglés.


Sí, ahora ya sé inglés. Sí, sé inglés, me enamoré de mi profesor.


Vale, muy bien, mira. Una buena forma de ahorrar dinero en clases.


Sí, después de siete meses dije: Oye....


De tu profesor de inglés, imagino, ¿no?


Sí, de mi profesor de inglés.


Vale, vale. Y tú tenías 30 años, vamos a aclarar.


Sí, nadie era menor.


Ni era profesor universitario ni nada. Porque eso ya hubiese sido bastante más problemático. Qué fuerte. Y María, ahora que ya hemos hablado un poco de reinvención, sí que tenía interés. Ya has medio respondido a la pregunta que quería hacerte de por qué estudiaste Historia del Arte. Creo que no conozco nadie que haya estudiado esta carrera. Exactamente, ¿cuál es el objetivo de esta carrera? ¿O qué tipo de conocimientos obtienes al acabarla?


Es una muy buena pregunta, porque cuando yo digo que estudié Historia del Arte, mucha gente me dice: Ay, ¿serás buena pintando? Y digo: No, eso es bellas, son las bellas artes. Yo no tengo ningún tipo de habilidad para el arte. Siempre digo que mis manos, en lugar de manos, son muñones, si me tengo que poner a pintar o a dibujar.


Bueno, cocinas bien, cocinas bien.


Sí, sí, sí.


Que también es un arte.


Eso sí, claro.


Sí, sí, también es un arte. No vamos a quitarle mérito. Pero estudiamos toda la historia, desde la prehistoria hasta la actualidad del arte. Es una carrera muy bonita que le recomiendo a cualquier jubilado o jubilada.


¿Por qué a jubilados?


Porque... ¿Cómo te diría? De todas las personas con las que mantengo relación hoy en día, que estudiaron conmigo, nadie se dedica a lo que soñaba dedicarse.


¿Y a qué soñaban dedicarse?


Miento. Guías de exposición, guías en museos y demás. Había sí, había gente que le interesaba la enseñanza, pero las salidas son la enseñanza, bien sea en un instituto o en una universidad, si luego haces un doctorado y demás. También guías, como en exposiciones y en museos. Y guías turísticos también, te puedes dedicar a eso. Pero los estudiantes de turismo también pueden hacerlo, por ejemplo. Entonces, las salidas son limitadas. Y una de las personas que de hecho salió adelante trabajando de lo que ella quería hacer, vive en Londres y tiene una empresa de visitas guiadas en español en Londres.


De todos modos, esto es algo de lo que hablé hace poco en el podcast de intermedio. Hablaba de titulitis, de esa necesidad que tienen muchas empresas y muchas personas en España de acumular de títulos para mejorar, no su profesionalidad, obviamente, sino para mejorar las posibilidades de encontrar un trabajo, pero que tener muchos títulos no siempre equivale a saber más o hacer mejor tu trabajo. Y también hablaba de la rigidez de los estudios en España y cómo te limitan, que si estudias Historia del Arte tienes que ser o guía o curador en un museo o algo así. Cuando en realidad puedes estudiar historia del arte y acabar trabajando en marketing o estudiar derecho y ser periodista, excepto ciertas carreras que sí que exigen una titulación para poder llevarlas a cabo, como las sanitarias o ingenierías o demás, creo que el resto de carreras hay cierta flexibilidad con las cosas que puedes hacer, que la universidad te da una base muy buena, pero luego... De hecho, para muestra un botón, tú estudiaste Historia del Arte y has sido empresaria en la hostelería, ahora tienes tu propio proyecto en la enseñanza de idiomas donde llevas más de siete años, que al final esa rigidez, que yo por eso... Al ver en Reino Unido que la gente, esa rigidez no existía. Eso me encantó. De hecho, la mayoría de gente no trabajaba de lo suyo, de lo que había estudiado. Y eso me encantó.


Sí, a mí eso... Esa apertura de mira es una de las cosas que me ha dado Inglaterra. Yo te estoy hablando qué salidas tenía, con qué soñábamos. Y era como que llevábamos el patrón aprendido de en cuarto de la ESO, o en segundo bachiller, que tienes las asesorías con tus tutores y te dicen: Vale, pues se te da bien esto, puede ser esto. ¿Sabes? Era como lo que tu dices, esa rigidez. Que yo ahora cuando voy a España y estoy con mis sobrinas y mi sobrino y demás, digo: Voy a intentar influenciarles al máximo para que simplemente que sepan ser, no cumplir esos estándares por la obligación de cumplirlos.


Aparte, se pueden ser muchísimas cosas. Que la vida profesional, con suerte, si tu vida es larga, tu vida profesional, lo general es que va a ser más larga cada vez más y tenemos tiempo de reinventarnos, de cambiar y de tener diferentes eras como Taylor Swift. Diferentes eras profesionales. Pero sí, esa rigidez no... Yo creo que está cambiando ya en España, está cambiando un poquito y la gente ya también se adapta más y sabe que... Sobre todo porque cuando estudias algo, eso no te garantiza que luego al haber acabado digas: Oye, no era lo que esperaba. Mis estudios universitarios son en Administración y Dirección de Empresas. O sea, estudié contabilidad, finanzas, management y todo esto. Y me veía al acabar la carrera trabajando en un banco. Era mi aspiración. Y luego, nada que ver con lo que ha acabado siendo mi carrera profesional. Y por todas las cosas que he ido pasando. Y cada cosa me ha llevado a la siguiente, más o menos. Entonces, teniendo un foco, dejarse llevar, creo que es lo mejor.


Y escucharse a una misma y a uno mismo. Porque no somos la misma persona cuando tenemos 18 años. Por ejemplo, cuando estábamos hablando de las salidas, cuando yo acabé la carrera, en mi familia era: Y ahora estudiarás una oposición. Y yo decía: Es que yo no quiero ser profesora. Y ahora es lo que más me gusta y lo disfruto muchísimo, pero mi madurez, o sea, mi camino, me ha ido llevando a este momento y he ganado esa madurez como para ponerme delante de mis estudiantes y tener que aportar. Y cuando tenía 21 años, 23 años, pues no sentía eso.


Claro, claro, claro, sí, totalmente. Bueno, y ahora estás en tu era profesora de español con tu propio proyecto y haces algo que es muy interesante y es que te llevas a tus estudiantes a Castellón a hacer inmersiones.


Nunca lo hubiera pensado, pero sí.


Háblame un poco de esto, María.


Sí, pues empezó este verano que acaba de pasar no, el anterior, en el 2024. Pues siempre que iba a España mis estudiantes decían: ¡Ay, me tienes que llevar contigo! Me tienes que llevar contigo, qué suerte, me tienes que llevar contigo. Y dije: ¡Ah, pues igual sí. Y aprovechando un poco todo ese background que tengo en hostelería, en arte y demás, dije: Es que puedo montar un viaje muy chulo en el que los estudiantes estén completamente inmersos en el idioma, en la cultura. Así que ya ha sucedido dos veranos seguidos. He llevado a un grupo de estudiantes a Castellón. Hacemos muchas actividades, desde gastronómicas, como aprender a cocinar una paella o una tortilla de patata o una tarta de queso, incluso carajillos, a visitas guiadas, taller de cerámica, taller de flamenco. Este año, por ejemplo, les contraté una guía, pero que hizo una visita guiada por Castellón enfocándonos en la cerámica. Y entonces, esa manera de conocer la cultura de la ciudad desde otra perspectiva. Y al acabar por la tarde, hicimos un taller de cerámica en el que plasmaron en un azulejo un poco lo que habían visto o lo que les apetecía. Y todo esto hablando español.


¿Y normalmente cuánto duran las inmersiones?


Cinco días.


Cinco días. Vale, o sea, están casi una semanita a full con el español.


Sí, sí, sí. Son cinco días de convivencia completa. O sea, vivimos juntos y no hay escapatoria.


Muy bien, no, eso está muy bien, la verdad. Pues María, dinos, porfa, ¿dónde te pueden encontrar? Si las personas que nos escuchan están interesadas en conocer un poco más tu trabajo y tus inmersiones futuras.


Me pueden encontrar en learnspanishwithmaria_, en Instagram. Y la página web se llama learn-spanish.co.uk


Es como el dominio de Reino Unido. De todos modos, lo pondremos por las diferentes canales donde se escucha el podcast para que sea más fácilmente clicable. Por cierto, María, que no te lo he dicho, te he dicho, luego te cuento una cosa. Me has dicho que hiciste tus prácticas en la fundación Bancaja, en Valencia. Bancaja, por poner un poco de contexto estudiante, era un banco de aquí, de la comunidad valenciana, que ya no existe. Con la crisis también desapareció, se fusionó. Y tiene una fundación que todavía se llama igual, aunque el banco ya no existe. Y en esa fundación, en ese edificio, había una sala de exhibiciones donde estaba la exposición del pintor valenciano Sorolla, Joaquín Sorolla. Pero también había una sala de estudio, no sé si recuerdas, en la última planta. En ese edificio había una sala de estudio y yo estudiaba ahí con mis amigos siempre. Los cinco años de carrera me los pasé ahí. Casi todos los fines de semana, los domingos especialmente por la tarde, estaba ahí y fui a ver esa exposición. No recuerdo el año exactamente.


Fue en el 2007. 2007, 2008. Y luego volvió.


Vale, sí. Quizás fue cuando volvió, que yo fui a verla, que me acuerdo perfectamente porque me tropecé. Los cuadros tenían una pequeña barrera, pero muy bajita, me tropecé y casi me caigo encima de un Sorolla. Se pusieron así todos un poco como: Ay. Sí, que es un cuadro muy caro, obviamente. Creo que venían de Nueva York, porque la exhibición de Sorolla está en Nueva York o repartida.


Sí, son los cuadros, pertenecen a una biblioteca. De hecho, en la biblioteca están en la parte alta. Entonces, fuimos superprivilegiados de poder verlos delante nuestra. El convenio era que iban a Valencia, se restauraban en Valencia y después circulaban por diferentes ciudades de España, porque en los cuadros, representaban las diferentes comunidades autónomas.


Vale, no recordaba esto, muy bien. Y otra cosa te diré, se hizo una película de Sorolla, interpretada por Pepe Sancho, el actor, si lo recuerdas, es un actor que murió hace unos años, y yo hice de extra con mi madre en esa película, que creo que fue mi primer papel como extra en España. Y fue horrible porque yo había salido la noche de antes, tenía 17 años, había salido de fiesta y me fui sin dormir al rodaje de esta película y estaba con resacón en Las Vegas. Sí, fatal, fatal. Sí, sí, sí, sí, pero salimos en esa peli.


Tenemos otra cosa en común. Yo cuando vivía en Madrid, porque también viví en Madrid.


Y en Zaragoza, ¿no?


Y en Zaragoza, sí. Mi padre es militar, entonces vivimos en diferentes lugares. En Madrid, mi madre nos apuntó a hacer castings. No salí de extra en ninguna parte, pero también he hecho castings.


Probaste suerte, probaste suerte. No, como extra, ni siquiera necesitas hacer un casting. O sea, simplemente te cogen porque necesitan a 500 000 personas y dicen: Pues este, este, este y este. Sí, sí, sí, es más fácil. Pues María, ha sido un placer charlar contigo este ratito.


Igualmente.


Y nada, gracias por venir.


Gracias a ti.


Y estamos en contacto. Que vaya muy bien. Te mando un abrazo al Reino Unido. Chao, chao. Y a ti estudiante, también muchas gracias por estar ahí, por escucharnos, si has llegado al final del episodio. Recuerda que la mejor forma de apoyar la continuidad del podcast es recomendarlo a otras personas o a tu profe de español también. Y te espero aquí en el próximo episodio con más conversaciones reales en español.


Chao, chao. Un abrazo.



Descarga el episodio en PDF:





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