E111 ¿Puede una persona cambiar realmente?
- César

- Nov 3, 2022
- 9 min read
Updated: Jul 15, 2024
Flashcards de vocabulario: https://quizlet.com/gb/742507983/episodio-111-puede-una-persona-cambiar-realmente-flash-cards
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Episodio 111: ¿Puede una persona cambiar realmente?
Hola, estudiante. Te doy la bienvenida al episodio número ciento once: uno, uno, uno.
Charles Darwin dijo: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”. Hoy vamos a hablar de cambios, pero no de cambios en las especies, sino de cambios a nivel individual. ¿Podemos realmente cambiar nuestra forma de ser? Todos tenemos algún rasgo de personalidad que no nos gusta. ¿Es posible modificarlo? Hoy vamos a hablar de esto.
Recuerda que puedes usar la transcripción gratuita y memorizar las flashcards de vocabulario. Estos dos recursos los encontrarás en la página web www.spanishlanguagecoach.com
Bueno, espero que estés muy bien. Por aquí por Londres los días se van haciendo más cortos conforme entramos más en el otoño. Yo he empezado a escribir un libro. Era una idea que llevaba unos años en mi cabeza; quería escribir un libro de ficción, un libro para estudiantes de nivel intermedio. Aunque he tenido muchas ideas, la semana pasada me vino una que me entusiasmó especialmente. Primero me vino a la cabeza el mundo en el que quería que se desarrollara la historia, un lugar muy específico y muy peculiar. Es un lugar que amas u odias, pero que no te deja indiferente. Cuando ya tenía el mundo donde se iba a desarrollar la historia me vinieron los personajes y la historia, la trama. De momento no te puedo contar nada más, es todavía pronto para darte más detalles. Además, seamos honestos, corre el riesgo de que no lo acabe nunca.
Ahora mismo estoy muy ilusionado por los dos proyectos que vienen para el 2023: el curso online para estudiantes de nivel avanzado y el libro. No sé si eres una de esas personas, pero yo necesito algo de novedad para motivarme, desafíos profesionales nuevos.
Hablando de desafíos, quiero recomendarte, si estás preparado para uno, escuchar también el último episodio de mi pódcast para estudiantes de nivel avanzado: Advanced Spanish de Spanish Language Coach. Hablo con Fernando de Córdoba un experto en branding, experto en marcas. Disfruté muchísimo haciendo esta entrevista, y espero que tú también lo hagas escuchándola.
Y continuamos hablando de desafíos. ¿Qué mayor desafío para una persona que el cambio, verdad? Cambiar de trabajo, cambiar de casa, cambiar de hábitos… Y es que el cambio es todo un desafío. En el episodio de hoy vamos a hablar de nuestro propio cambio y vamos a responder a la pregunta de si como personas podemos verdaderamente cambiar. Vamos a ver qué dice la ciencia de esto también y de si factores como la edad afectan a este cambio.
Antes de buscar información sobre este tema yo parto de una premisa: yo creo que es posible cambiarnos a nosotros mismos, creo que es posible, aunque complicado. Hay una canción muy famosa de la cantante Alaska que dice: “yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré”.
¿Cuántas veces hemos oído a alguien a quien queremos o a nosotros mismos decir algo como: “yo soy así”, resistiéndonos al cambio?
Además, en mi opinión, lo que creo que no es posible es cambiar a otra persona, para mí esto es como pegarse cabezazos contra la pared, es decir, intentar conseguir lo imposible.
Hace tiempo una persona de mi círculo me contó que estaba conociendo a una chica, que llevaban varias semanas quedando y que la relación estaba fluyendo muy bien. Yo me alegré mucho por él obviamente. Después de contarme esto empezó con los “peros”. Me gusta mucho ella pero es un poco “así”, me encanta estar con ella, pero no me gusta que haga esto o aquello. Luego empezó a justificar estos “peros” diciendo que eran cosas que se podían cambiar. En ese momento yo le interrumpí y le dije que era posible que esas cosas fueran modificables, pero que en todo caso no era su misión ni responsabilidad cambiarlas. Que la única que puede cambiarse es ella misma, y que si realmente estos rasgos de personalidad de esta chica chocan tanto con lo que busca él, no debería empezar una relación con ella con la esperanza de que un día cambie.
Como ves tengo una opinión bastante fuerte sobre la posibilidad de cambiar a otras personas. Como he dicho antes para mí es como pegarse cabezazos contra la pared, una misión que acaba en frustración. Lo que sí que pienso es que podemos influir en el comportamiento de alguien, pero el cambio real depende de cada persona. Ese es mi punto de vista.
Todos sabemos que si empezamos a ir al gimnasio de forma regular y cambiamos nuestra alimentación, con tiempo empezaremos a cambiar de nuestro cuerpo dependiendo de nuestros objetivos; ganar músculo, perder peso, tonificarnos…
Pues algo similar pasa con nuestro cerebro.
Como dice el psiquiatra canadiense Norman Doidge en su libro El cerebro se cambia a si mismo, durante mucho tiempo se ha pensado que el cerebro, una vez formado por completo, permanecía sin cambios hasta empezar a deteriorarse por la edad. Hoy se sabe, gracias al estudio de la neuroplasticidad, que esto no es así.
La neuroplasticidad es la habilidad de nuestro cerebro de cambiar constantemente. El prefijo “neuro” hace referencia a las neuronas, las células de nuestro sistema nervioso, y plasticidad significa maleable, algo que cambia. La neuroplasticidad nos dice que el cerebro cambia su estructura y funciones nerviosas a través del pensamiento y de la actividad.
En cuanto a la generación de nuevas neuronas la ciencia ya ha demostrado que el hipocampo es un lugar donde se generan nuevas neuronas constantemente. El hipocampo está relacionado con la percepción del espacio y la afianzación de la memoria. Afianzar algo es reforzarlo. Muchos investigadores afirman que trabajar nuestra memoria, ponerla a trabajar, estimula la creación de nuevas neuronas en esta zona. Aprender un idioma extranjero es una muy buena forma de trabajar tu memoria como sabes. Si no tenías suficientes motivos para aprender español, ahora tienes uno más; mejorar tu memoria y crear nuevas neuronas.
Ya sabes que cuando empezaste a aprender español, una de las lecciones habituales es aprender a definir la personalidad de alguien. Aprendiste adjetivos como divertido, tímido, espontáneo, malpensado o bienintencionado. Todos estos son adjetivos que describen la personalidad de las personas.
Y ahora vamos a responder a una pregunta clave: ¿podemos cambiar nuestra personalidad?
La respuesta corta es no, pero esta respuesta tan tajante tampoco es correcta del todo. Vamos a verlo con detalle, y porque la respuesta es no, pero con matices.
La personalidad se define como la diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.
Hay una parte de personalidad que está marcada genéticamente. Otra forma de hacer referencia a la personalidad de alguien que se usa mucho en español es hablar de su forma de ser, y esta forma de ser puede ser separada en dos dimensiones:
La primera es el temperamento, la parte más instintiva, y que está determinada biológicamente cuando nacemos, está en nuestro ADN (DNA en inglés) y es por eso que a veces tenemos rasgos de personalidad similares a nuestra madre o nuestro padre. Podemos heredar la nariz de uno de ellos, pero también su templanza, alegría o nerviosismo.
La segunda es el carácter, relacionado con nuestra educación y ambiente, es decir, relacionado con lo que aprendemos de nuestro contexto.
Por otro lado, de la misma forma que nuestro cuerpo está compuesto por huesos, músculo y órganos, la personalidad también puede dividirse en tres elementos relacionados con nuestro cerebro. Estos tres elementos determinan quiénes y cómo somos, nuestra personalidad. Es algo con lo que nacemos.
Vamos a ver cada uno de los elementos, y sus opuestos:
El primero es la extroversión, y su opuesto: la introversión. Tenemos a personas muy introvertidas o muy extrovertidas en los extremos, y luego personas que se mueven en puntos intermedios. No voy a definir estos dos adjetivos porque todos sabemos los rasgos característicos de este tipo de personas. Por cierto, te recomiendo, si eres introvertido escuchar el episodio número 28 de este pódcast, titulado El poder de los introvertidos.
Lo interesante es saber que detrás de estos comportamientos hay una actividad diferente en nuestro cerebro. Una persona introvertida tiene una mayor actividad en el córtex cerebral. Esta parte controla, entre otras cosas, las habilidades sociales. Los introvertidos generan por defecto más movimientos de neuronas con muy poco estímulo. La configuración de un extrovertido es diferente y necesita más estímulos como luces, ruidos y experiencias. Por eso, un mismo nivel de estimulación puede ser satisfactorio para un extrovertido, pero muy agobiante para un introvertido.
El segundo elemento de nuestra personalidad es el neuroticismo y su opuesto extremo: la estabilidad emocional. Estos rasgos están vinculados con el sistema límbico, el cual regula algunos estados emocionales como la atracción sexual, el miedo o la agresividad. Las personas neuróticas pueden vivir en un estado de tensión continuo, mientras que las más estables lo viven todo de forma más plana, sin altibajos. Podríamos pensar que esta es la mejor situación, aunque en realidad las personas con un nivel muy bajo de neuroticismo viven la vida con menos colores, no experimentan ciertos estímulos y las relaciones con otras personas pueden ser menos intensas. Un nivel de neuroticismo adecuado hace que tengamos una mayor riqueza emocional.
Y por último, el tercer elemento de la personalidad es el psicoticismo, y su extremo opuesto: el autocontrol. Estos están regulados por hormonas como la testosterona y enzimas como la monoamino oxidasa. Cuando el psicoticismo es bajo la persona tiende a tener más miedo y huye del peligro. Además son más empáticas.
En el opuesto extremo tenemos a las personas con un alto grado de psicopatía, personas muy independientes y frías, que en casos muy extremos pueden llegar a disfrutar del sufrimiento ajeno, es decir, de otra persona.
La proporción de extroversión, neuroticismo y psicoticismo viene de nacimiento, y se mantiene estable, aunque es verdad que cambia con la edad.
Los adolescentes y jóvenes tienden a tener niveles máximos de extroversión, reactividad e independencia. Es por esto que cuando somos más jóvenes solemos buscar más estímulos y peligros, no nos gustan las normas, somos más egoístas y menos estables emocionalmente. Con la madurez esto se regula. ¡Afortunadamente!
¿Qué piensas de todo lo que te he contado hasta ahora? Parece bastante claro que estamos muy definidos y que no es tan fácil cambiar como nos hacen creer a veces.
Para la mayoría de expertos las personas no podemos cambiar nuestra personalidad, al menos no de forma voluntaria.
Algo que sí que puede modificarla, afirman, es vivir un trauma, y también podemos modelar nuestra conducta a través de la terapia. Otra cosa que también puede llegar a modificarla es una de las mayores motivaciones del ser humano: el amor, y el refuerzo tan positivo que este crea en nuestro cerebro.
Al principio del episodio te hablaba de neuroplasticidad, de cómo podía cambiar la estructura de nuestro cerebro gracias a los pensamientos y la actividad. Parece contradictorio con la afirmación de que la personalidad no se puede cambiar. Pero es que, aunque no se pueda cambiar, sí que aprendemos a adaptarnos al medio, a nuestro entorno, nuestro contexto. Todos los que hemos sido muy introvertidos de pequeños, hemos ido ganando habilidades sociales con los años, por ejemplo, pero nuestra esencia continúa siendo la misma: preferimos un café con un amigo que una fiesta con veinte, y nunca nos gustará llamar la atención.
Yo mañana tengo la fiesta de cumpleaños de un amigo, y él es la única persona que conozco, así que me voy a ver forzado a socializar, a hablar con gente que no conozco. Y al final, aunque no sea mi actividad favorita, como es algo que ya he hecho muchas veces, me genera menos estrés que antes, me pongo la máscara del César social y me adapto al medio.
Según la psicóloga Paula Casado en la adolescencia empezamos a adaptar nuestra personalidad a los diferentes contextos sociales. No hay personalidades mejores ni peores. Hemos visto que tener rasgos de uno u otro lado tiene ventajas e inconvenientes. Usa una metáfora que me gusta mucho: quien nace una bicicleta, es una bicicleta, y quien nace autobús, es un autobús. Ni mejor ni peor, simplemente están hechos para viajes distintos.
La verdad es que yo, después de haber leído sobre este tema en profundidad, pienso que quizás los cambios que había experimentado en mí mismo a lo largo de los años, no lo son como tal, sino que me he adaptado, he aprendido a moldearme mejor. No lo sé. En todo caso es una pequeña liberación saber que el cambio no es tan simple como a veces nos quieren hacer ver, y que aceptar quienes somos, nuestra esencia con sus claros y sus oscuros nos puede proporcionar mayor serenidad. Hablo, obviamente, de cuando estos rasgos de personalidad no sean demasiado perjudiciales para nosotros o los que nos rodean.
Esto de aceptarse a uno mismo es un tema complicado hoy en día. Decir: “yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré” como dice la canción, es toda una declaración de intenciones en un mundo obsesionado con el cambio. Nuestra pareja nos pide que cambiemos en la relación y nuestros jefes nos piden cambios en nuestro desempeño o actitud laboral. Aceptarse a uno mismo es de valientes.
Muchas gracias por estar aquí un episodio más, estudiante. Un placer haber pasado este rato contigo.
Si escuchas el pódcast de manera habitual ya sabes que la mejor forma de apoyar la continuidad del pódcast es recomendándolo a otros estudiantes y valorándolo en la plataforma de pódcast desde donde lo escuches.
Me despido hasta el próximo episodio. ¡Un abrazo grande! ¡Hasta la próxima!
Flashcards de vocabulario: https://quizlet.com/gb/742507983/episodio-111-puede-una-persona-cambiar-realmente-flash-cards
Fuentes:
Libro: El cerebro se cambia a si mismo - Norman Doidge
¿Quieres estudiar conmigo? Echa un ojo a mis cursos online:
Si no tienes claro cuál es el curso indicado para ti, puedes hacer el test de nivel.







Gracias 🙂
Hola César, Qué bien la información de que nosotros los introvertidos por defecto generan más movimientos de neuronas con muy poco estímulo. Eso explica perfectamente por qué yo siempre me dejo exhausto los museos 8-) Prefiero pasar un poco de tiempo con un cuadro u otro objeto que me interesa, no me importa que pagué la entrada por poder ver tantos cuadros y objetos más.
Espero que todo vaya bien con tus nuevos proyectos, los dos suenan fantásticos para nosotros los estudiantes y para ti.
😍
Esto podcast como todos los otros es muy interesante y tengo muchas ganas de escuchar al próximo. No voy a cambiar mi opinión. Muchas gracias.
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