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E126 Sexo, vergüenza y moralidad

Updated: Jul 15, 2024




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Episodio 126: Sexo, vergüenza y moralidad


Hola, estudiante. Te doy la bienvenida a un nuevo episodio de Intermediate Spanish Podcast. Recuerda que si lo necesitas puedes usar la transcripción gratuita y las flashcards de vocabulario en la página web www.spanishlanguagecoach.com


¿Cómo estás, estudiante? Espero que hayas entrado en la primavera con buen pie, si es que vives en el hemisferio norte claro. Yo estoy muy contento porque mañana viajo a Valencia, mi ciudad en España, desde Londres donde vivo. Voy a quedarme allí unos días. Y alguna vez que he ido me he llevado la cámara para grabar un vídeo sobre la ciudad para compartirlo contigo en YouTube, pero siempre acabo pensando: “uff, ¡qué vergüenza”, no voy a ir con la cámara grabándome a mi mismo por la calle, es muy ridículo, etc…” Y como en el episodio de la semana pasada estuvimos hablando del saboteador y me hizo reflexionar un poco, pues lo voy a hacer, así, si visitas mi ciudad ya tienes algunas recomendaciones.


Alguien que ya ha visitado Valencia ha sido Stuart. Stuart es un estudiante que ya ha completado mi curso online Español Ágil. Le pedí que compartiera su experiencia con el curso, y como estás a punto de comprobar no es incompatible ser un estudiante de español con conservar tu sentido del humor. Vamos a escuchar lo que dice:


Hola César y a todos. Muchas gracias, César, por el curso. Admito que soy un poco crítico en momentos y antes del curso pensé que quizás el curso iba a ser un poco una estafa, un "scam", que no vale el dinero. La verdad, lo opuesto. Todo eso quiere decir que las lecciones son concisas, precisas y fáciles de entender. El curso cubre toda la gramática de intermedio: desde pronombres al subjuntivo de manera eficaz e interesante. Emplea métodos intuitivos de aprendizaje que funcionan para mejorar tu español. Solo necesitas seguir la estructura de las clases. Cuanto más pones, más obtienes. El curso funciona. Si quieres dominar el nivel B de español, no te arrepentirás. Pero atención, hay un poco de propaganda en el curso y si no tienes cuidado, quizás, como yo, vayas a terminar el curso visitando Valencia.


Gracias, Stuart por tu honestidad y tu sentido del humor. Veo que mi estrategia propagandística ha tenido efecto y has acabado visitando Valencia. Me alegra también que pienses que el curso no es una estafa, y estés satisfecho. Hay una cosa muy importante que ha dicho Stuart: cuanto más pones, más obtienes. Esto quiere decir que necesitas un compromiso con tu español, yo recomiendo hacer por lo menos dos lecciones a la semana para crear el hábito y seguir la estructura del curso. Como ha dicho él es para estudiantes de nivel B, es decir, de nivel intermedio.


Puedes inscribirte hasta el 31 de marzo, día que cierran las inscripciones. Y esto no quiere decir que no lo puedas empezar después; puedes empezarlo y acabarlo cuando quieras, ya que tienes acceso ilimitado de tiempo.



Y antes te decía que hasta ahora no había hecho un vídeo de Valencia porque me daba vergüenza ir con la cámara por la calle. Vergüenza es una palabra interesante, es polisémica, tiene varios significados en español.


El primero, que seguramente ya conoces es el del sentimiento. Sentirse inadecuado, humillado o incómodo por algo que estamos haciendo. Este sentimiento nos viene porque alguien nos dice o nos ha dicho alguna vez que eso que estamos haciendo es algo humillante, incorrecto, inadecuado.


Yo recuerdo muy claramente la primera vez que sentí ese tipo de vergüenza. Y no hablo de la vergüenza que expresamos cuando somos pequeños y tímidos escondiendo nuestra cara con las manos, hablo de la vergüenza que te hace sentir mal. Recuerdo estar en la playa con cuatro o cinco años, jugando en la orilla y hacerlo desnudo, sin bañador, lo que es bastante habitual en España. Un grupo de niños más mayores se dieron cuenta de que iba desnudo y empezaron a señalarme y a reírse de mí por esta razón, así que fui rápidamente a mi toalla y me puse el bañador.


Lección aprendida: no puedes ir desnudo, César, no puedes ir enseñando tus vergüenzas, y si lo haces tienes que pagar el precio. Y es que es este otro de los significados de la palabra, puedes referirte a los genitales como tus vergüenzas. Interesante…


Hay muchas razones por las que podemos sentir esta emoción y que dependen de nuestra edad, cultura, género y otros factores. Algunas de las cosas que más vergüenza provocan son cometer un error en público, ser rechazado, sentirse juzgado o expresar emociones.


Es importante decir que la vergüenza es una emoción natural y que sentir vergüenza no es necesariamente algo malo o negativo. Es decir, tiene varias funciones como la regulación social. Nos ayuda a mantener el orden social y la cohesión en un grupo evitando comportamientos inadecuados. También aprendemos con ella las normas sociales y nos ayuda a corregir nuestro comportamiento en el futuro.


A nivel individual también actúa como un mecanismo de autoregulación emocional. Sentirla puede ser una señal de que hemos violado nuestros estándares morales o nuestros valores.


Dicho esto, de lo que me gustaría hablarte hoy es de cómo se ha usado la vergüenza a lo largo de la historia en la sexualidad humana, en el sexo. La sexualidad se refiere a cómo las personas experimentan, expresan y se relacionan con su sexualidad, y también a las normas y valores culturales que rodean la sexualidad.


Hablemos un poco de la historia de la sexualidad humana y de su evolución, de forma resumida porque la historia es muy larga, claro.


En la prehistoria la sexualidad se basaba principalmente en la reproducción y la supervivencia del grupo.


En la Antigüedad las prácticas sexuales eran en gran parte reguladas por las normas religiosas, culturales, sociales…


En la Edad Media la Iglesia Católica tenía un gran control sobre la sexualidad y se ponía mucho énfasis en la importancia de la castidad y la abstinencia.


En los siglos XVII y XVIII se desarrollaron nuevas teorías sobre la sexualidad y la importancia del placer sexual.


En el siglo XIX aparecen nuevos movimientos como el feminismo, que luchaban por la igualdad sexual y el derecho de las mujeres a controlar su propia sexualidad.


En el siglo XX aparecen más movimientos como como la revolución sexual y la liberación sexual, que promovían la libertad y el placer sexual. La tecnología también ha tenido un gran impacto en la sexualidad desde entonces.


En este repaso a lo largo de los siglos vemos que desde la Antigüedad se ha intentando reprimir la sexualidad humana.


La pregunta es: ¿cómo y por qué se ha hecho?


El cómo está claro: se ha inculcado la vergüenza en el sexo para conseguir varios objetivos.


En algunas culturas, se ha utilizado como una forma de controlar la sexualidad de las personas, especialmente de las mujeres, con el fin de mantener el control social y con la excusa de asegurar la paternidad de los hijos.


Además, algunas religiones y filosofías han asociado la sexualidad con el pecado o la inmoralidad, lo que ha llevado a la creencia de que el sexo debe ser reprimido y controlado para evitar la tentación y el mal. En algunos casos, la vergüenza en el sexo se ha utilizado como una forma de reforzar la idea de que el sexo sólo debe ser practicado dentro del matrimonio y como una forma de desalentar, es decir, de evitar la promiscuidad sexual.


Este tema puede dar para mucho porque en cada cultura e incluso en cada país el caso puede ser diferente. Voy a centrarme en el caso de España. Un país de tradición católica y que especialmente durante los cuarenta años de la dictadura franquista (desde la década de los 30 hasta los 70) tuvo a la religión católica como uno de sus pilares.


La Iglesia tuvo un papel clave en la promoción de la moralidad y la disciplina en la sociedad española. La Iglesia promovió la abstinencia sexual antes del matrimonio, el control de la natalidad y la prohibición del divorcio y del aborto. La homosexualidad y otras formas de comportamiento sexual que no estaban en línea con la moral católica también fueron prohibidos.


Como he dicho para Franco la religión era un elemento clave del régimen autoritario que buscaba mantener el orden social y controlar a la población. Sin embargo, también generó críticas por su falta de tolerancia hacia la diversidad y por limitar la libertad individual en cuestiones personales y sociales, cuestiones en las que nadie, ni siquiera el Estado deberá estar involucrado.


Después de la muerte del dictador y la llegada de la democracia en España, hay un cambio hacia la separación de la Iglesia y el Estado y un aumento de la libertad individual y la tolerancia hacia la diversidad en general.


Poco a poco la sociedad española se ha ido desprendiendo, ha ido eliminando esa moralidad impuesta respecto a nuestra sexualidad. Pero claro, esto no se consigue de la noche a la mañana. De hecho todavía hay mucho camino por recorrer. Y viviendo en otro país me he dado cuenta de que los españoles, hablando en términos generales, somos ligeramente más puritanos que los británicos. Son en cosas muy sutiles que lo he notado, e imagino que ese pasado de una moral sexual limitada tiene todavía efecto en generaciones jóvenes, aunque sea en menor medida.


Yo me acuerdo por ejemplo de cuando era más joven y de las cosas que se decían cuando se hablaba de la masturbación, cosas como que hacerlo era ser infiel a tu pareja, que te podías quedar ciego o que provocaba acné en la cara. Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que es un acto normal y saludable para la mayoría de las personas, y no debe ser objeto de vergüenza o culpa, pero este tipo de mitos tenían o tienen un impacto en las personas.


De hecho, la población española ha podido sufrir la represión sexual durante décadas, pero hoy en día se ha puesto al día, y según un reciente estudio es el país del mundo que más se masturba. El 72% de los españoles considera que la masturbación funciona como una terapia de bienestar y el 80% está de acuerdo en que tiene un efecto positivo en sus vidas, que mejora la salud, el estado de ánimo, los niveles de energía, de productividad y las relaciones sentimentales.


Y no solo lo dicen los españoles, la ciencia avala los múltiples beneficios para la salud física y mental no solo de la masturbación sino del sexo en general.


Una de las conclusiones más sorprendentes e impactantes de estos estudios realizados por instituciones médicas muy prestigiosas es que que la práctica sexual mejora nuestra esperanza de vida, es decir, alarga la cantidad de años que podemos llegar a vivir.


Si pensamos en nuestra nutrición y en un alimento específicamente: el brócoli, todos sabemos de los muchos beneficios que esta verdura verde tiene para nuestra salud. Al brócoli nunca se le ha estigmatizado y nunca nos han hecho sentir mal o avergonzados por comer brócoli hervido o brócoli al horno, o como queramos. Sin embargo, nuestra sexualidad continúa estando llena de juicios.


En mi opinión, de la misma forma que el puritanismo sexual no es positivo, porque no nos hace libres, la hipersexualización de la sociedad tampoco lo hace.


Entiendo el puritanismo sexual como una actitud restrictiva y rígida hacia la sexualidad, que promueve la represión y la vergüenza en torno a la expresión sexual.


Por otro lado la hipersexualización de la sociedad se refiere a un fenómeno en el que la sexualidad se utiliza de manera excesiva en la cultura popular, la publicidad y los medios de comunicación, con el objetivo de vender productos, servicios y entretenimiento. Se promueve una cultura sexualmente explícita, que puede llevar a la cosificación especialmente de mujeres y niñas favoreciendo la idea errónea de que el sexo es un derecho, lo que refuerza la cultura de la explotación sexual y las interacciones sexuales no consentidas.


La sexualidad es un regalo de la naturaleza, una parte fundamental de nuestra existencia que nos permite conectar con nosotros mismos y con los demás de manera íntima y profunda. Sin embargo, durante demasiado tiempo, hemos estado sujetos a morales restrictivas y tabúes que nos han impedido disfrutar plenamente de esta maravillosa experiencia humana.


Es hora de que nos liberemos de esas cadenas y abracemos nuestra sexualidad de manera plena y sin prejuicios como parte de nuestra vida íntima. Para ello, necesitamos una educación afectivo-sexual que nos enseñe a comprender y respetar nuestra sexualidad, y a vivirla de manera sana y responsable cuando interactuamos con otras personas adultas, con el consentimiento y el respeto en el centro de todo.


La sexualidad debe ser una fuente de alegría y conexión, y nunca una causa de vergüenza o dolor. Debemos trabajar también en eliminar los tabúes que rodean a la sexualidad como el sexo en la vejez. Nunca somos demasiado mayores para reír, emocionarnos con un buen libro o saborear nuestro plato favorito. ¿Por qué si parece que haya una edad límite para disfrutar de la sexualidad?


Estudiante, te deseo un buen fin de semana. Nos escuchamos en el próximo episodio.


¡Un abrazo grande!






Fuentes:









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4 Comments


Kevin
Kevin
Mar 25, 2023

¡Hola, César! Antes que nada, muchas gracias por tu trabajo. He estado escuchando tu podcast durante unos cuatro o cinco meses y me gusta mucho. Acabo de empezar Español Ágil, y tengo muchas ganas de continuar estudiar contigo. Siempre hablas de temas muy interesantes y creo que casi siempre tienes razón. Por eso, me siento un poco mal por dejar mi primer comentario como una crítica. De hecho, incluso en este caso, estoy más o menos de acuerdo contigo. Como has dicho, el puritanismo sexual no es positivo, y la hipersexualización tampoco lo es. Y si tuviéramos menos vergüenza sobre nuestra sexualidad, sería genial. Pero para mí, la comparación del sexo con el brócoli fue un poco incompleta.


Cuando escuché…


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César
César
May 28, 2023
Replying to

Hola, Kevin. Disculpa el retraso en mi respuesta (3 meses!) Siéntete libre de expresar cualquier tipo de crítica constructiva por favor. :)


Yo creo que el sexo, como el brócoli, aunque saludable, también requiere moderación. Todo en su justa medida. 😊


Gracias por compartir esos recursos!


Un abrazo

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