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E233 ¿Por qué los bares españoles son cada vez más chinos?

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Episodio 233 - ¿Por qué los bares españoles son cada vez más chinos?

Imagina que estás en tu país, por ejemplo en el Reino Unido si eres de allí, y que poco a poco los pubs tradicionales británicos empiezan a ser comprados por familias españolas. Imagínate entrar en tu pub favorito, pedir una pinta de cerveza y ver que en el menú, junto al clásico fish and chips, aparece una tortilla de patatas o unas croquetas españolas. Imagina escuchar detrás de la barra a alguien con acento español diciéndote: “¡Hola, guapo! ¿Otra pinta como siempre?”


¿Cómo te sentirías? ¿Te parecería raro? ¿Te parecería interesante? ¿O te daría igual, no te importaría, mientras la cerveza siguiera estando fría y el ambiente fuera el de siempre?


Te propongo que pienses en esa imagen, porque algo muy parecido está ocurriendo en España. Pero en este caso, los protagonistas no son españoles que se van al extranjero, sino ciudadanos chinos que han decidido tomar el control, la propiedad, de bares tradicionales españoles. Hoy vamos a hablar de ese fenómeno curioso y muy presente en muchas ciudades: los bares tradicionales españoles en manos chinas.


Antes de empezar, te recuerdo como siempre que puedes leer la transcripción gratuita del episodio, con la traducción al inglés y las tarjetas de vocabulario, en la web www.spanishlanguagecoach.com. Así podrás seguir el episodio, aprender palabras nuevas y mejorar tu comprensión. También puedes echar un ojo en esa misma web a mis cursos online de español, y dejar tu email en la lista de espera para que te avise cuando se abran las inscripciones a nuevos estudiantes.


Y ahora sí, vamos con el tema de hoy, que tiene que ver con algo muy típico de España: los bares. Pero atención, porque la palabra "bar" en español no significa lo mismo que en inglés. En inglés, un "bar" suele ser un lugar para beber alcohol por la noche, a veces con música alta o ambiente de fiesta. En cambio, en España un bar es un sitio donde puedes desayunar, tomar un café, comer un menú del día, ver el fútbol o simplemente charlar con amigos tomando una Coca Cola a las seis de la tarde. Es un espacio social muy importante en la vida cotidiana. De hecho, España es el país con más bares por habitante del mundo. ¡Hay bares por todas partes!


Pero imagina esto: entras en un bar de barrio, de los de toda la vida, con suelo de terrazo, ventilador en el techo y jamones, la pata de cerdo, colgando del techo… y detrás de la barra están los propietarios, porque este tipo de negocios suelen ser familiares. Y estos propietarios resultan ser una familia china.


Y lo más interesante no es solo quién lleva el bar, sino cómo lo llevan. Hoy vamos a descubrir por qué ha ocurrido esto, qué cambios ha traído y qué opinan los españoles de esto.


Hace unas semanas leí varios artículos sobre este tema, y me pareció muy interesante contártelo aquí. En los últimos 20 años, especialmente desde la crisis económica de 2008, muchas personas chinas en España han empezado a comprar bares que antes estaban en manos de españoles.


Te explico un poco el contexto. Muchos bares tradicionales, los de barrio, han tenido que cerrar por jubilación del dueño o por falta de relevo generacional. Es decir, los hijos de los dueños ya no querían continuar con el bar de sus padres. No es fácil trabajar en hostelería (bares, restaurantes…), ya sabes: muchas horas, poco descanso, márgenes pequeños de beneficios. Así que muchos bares empezaron a buscar nuevos dueños.


Y ahí es donde entra la comunidad china.


Durante la crisis, muchas personas chinas ya vivían en España, tenían ahorros y una red familiar sólida. No necesitaban pedir préstamos a los bancos. Usaban el dinero de la familia, de la comunidad. Esto les permitió comprar locales a buen precio, en momentos en los que nadie más podía invertir. Según los datos, en 2017 había más de 10.000 bares en España gestionados por ciudadanos chinos. Solo en Madrid, unos 2.000. En Barcelona, otros tantos.


Es impresionante, ¿no?


Y si ahora te estás preguntando: “¿Pero sirven tapas españolas de toda la vida? ¿O sirven comida china?”, la respuesta es: depende.


Hay bares que han mantenido la esencia española. Siguen ofreciendo tortilla, croquetas, ensaladilla, jamón… pero con gestión china. Otros han mezclado los dos mundos. Puedes pedir unas bravas y también unos tallarines fritos. Incluso he visto cartas donde ofrecen dumplings junto a paella española. Una fusión curiosa, pero que funciona.


Y claro, también hay bares que han cambiado por completo el menú y solo ofrecen platos asiáticos, pero son los menos. La mayoría intenta adaptarse al gusto local. Quieren integrarse. Quieren formar parte del barrio. E imagino que sobre todo quieren ofrecer lo que los clientes van a pedir.


Y hablando de barrios… este fenómeno se ha dado sobre todo en zonas urbanas y populares: Lavapiés, Pacífico, Embajadores, en Madrid. El Raval, Sant Antoni o l’Eixample en Barcelona. También en Valencia, en barrios tradicionales. Incluso en pueblos pequeños, donde el único bar que quedaba fue salvado por una familia china. Gracias a ellos, el bar no cerró y el pueblo sigue teniendo su bar, que como he dicho antes, muchas veces actual de centro social.


Porque sí, estudiante, en España el bar no es solo un sitio para comer o beber. Es un punto de encuentro. Es donde se comenta el fútbol, se habla de política, se celebra un cumpleaños o se ve la televisión por la tarde. Por eso, muchos vecinos al principio tenían dudas: “¿Van a cuidar nuestro bar como lo hacían los anteriores dueños? ¿Van a seguir sirviendo lo mismo? ¿Entenderán lo que significa este lugar para nosotros?”


Y lo sorprendente es que la mayoría ha respondido que sí. Han aprendido las recetas, han mantenido la decoración, incluso han conservado el nombre del bar. Y lo han hecho muy bien. Por ejemplo, en Barcelona, un bar llamado “Esterri” sirve solo comida catalana. Lo llevan desde hace más de diez años una familia china, pero no han tocado nada del menú original. Al contrario: lo han perfeccionado.


En otros casos, la fusión ha sido más creativa. En el bar Ruipe, por ejemplo, puedes pedirte una caña con una tapa de arroz tres delicias. Y funciona. Los vecinos lo aceptan con naturalidad. Dicen que lo importante es la calidad, el precio justo y el trato cercano.


Y aquí hay algo muy bonito. Muchos de estos nuevos taberneros han aprendido no solo a cocinar tortilla, sino también a hablar como se habla en un bar español. Obviamente el trato es mucho más cercano, no tan distante a cuando vas a un restaurante. En un bar de barrio te conocen y no te preguntan: ¿Qué le gustaría tomar?, sino que se dicen frases del tipo: “¿Qué te pongo, cielo?”, o “Lo de siempre, ¿verdad?”. Los nuevos dueños chinos han aprendido a tratar al cliente con ese cariño y esa cercanía tan típicamente del bar español.


Y hay otra práctica común en la que los dueños de estos establecimientos deciden adoptar nombres españoles para sus negocios o incluso para ellos mismos. Se cambian el nombre y dicen que se llaman Juan, Manolo o María, en lugar de usar sus verdaderos nombres. A ver…Como inmigrante que ha vivido en otro país, entiendo que a veces se busca facilitar la memorización del nombre por parte de la gente, y yo mismo pronunciaba mi nombre en inglés la mayoría de las veces. No obstante, también creo que es importante recordar y reafirmar la propia identidad, tanto para uno mismo como para los demás. Esta elección de adoptar un nombre español, aunque práctica, a mí me genera sentimientos la verdad. Pero bueno, que cada uno haga con su nombre lo que quiera.


Yo recuerdo cuando vi por primera vez un bar tradicional de mi barrio en Valencia gestionado por una familia china. Al principio me sorprendió. Era el típico bar al que iba con mi padre a comer muchas veces. Pero luego, con el paso del tiempo, vi que seguían sirviendo el mismo almuerzo de siempre, incluso mejor en algunos casos. Y la atención era muy amable. Me hizo pensar en cómo cambian las cosas, pero también en cómo muchas veces cambian para seguir igual. O incluso para mejorar.


Y quizás te parezca curioso que hable de bares con tanta emoción, pero para mí y para muchas personas en España, el bar del barrio es un lugar especial. No es solo negocio. Es un punto de referencia emocional. Y ver cómo muchas familias inmigrantes lo han cuidado y han contribuido a que no desaparezca, me parece algo muy valioso.


Además, es que este fenómeno también nos obliga a reflexionar sobre los prejuicios. Todavía hay personas que usan el término “bar chino” de forma despectiva, como si significara baja calidad. Pero esos prejuicios desaparecen cuando pruebas las tapas, el servicio, y te das cuenta de que hay cariño y trabajo detrás en la mayoría de los casos. Al final, el origen del camarero no importa. Lo que importa es cómo te sientes allí. Y mucha gente dice: “Me siento como en casa”. Y ese es el sentimiento exacto que quieres sentir en un bar español. O mejor dicho, en un bar en España.


Este episodio también me hace pensar en cómo cambia la cultura. Y ahora que se habla tanto de inmigración, de inmigrantes, de expatriados, de cómo evoluciona nuestra forma de vivir y nuestras costumbres, creo que es importante hablar con matices. No todo es perfecto. No todo es maravilloso. Y no todos los cambios culturales son necesariamente buenos. Hay choques, hay resistencias, hay cosas que se pierden. Pero en este caso concreto, el de los bares de barrio en manos de inmigrantes chinos, a mí me parece un buen ejemplo de integración. Una integración que no impone, sino que se adapta, transforma, que suma, que respeta lo que ya existe y lo mantiene vivo.


Los bares gestionados por chinos en España no han eliminado la tapa española. Al contrario, la han preservado, e incluso han añadido sabores nuevos. Y como profesor, como español, y como cliente de bar, eso me parece una muestra de cómo la convivencia puede funcionar.


¿Tú qué opinas de todo esto? ¿Te gustaría un día tomarte una caña con una tapa de tortilla y unos dumplings al lado? ¿Has visto algo parecido en tu país?


Me encantaría que me dejaras un comentario con tu opinión. Así también puedes practicar tu expresión escrita, que ya sabes que es importante. Cuéntame si has visto ejemplos de fusión cultural en la gastronomía, en tu ciudad, en tu vida… Yo te leo.


Y si este episodio te ha parecido interesante, te agradecería muchísimo que te suscribas al pódcast, que dejes una valoración con estrellitas en Spotify o Apple Podcasts, o que lo recomiendes a otros estudiantes de español. Eso me ayuda mucho a seguir creando contenido para ti.


Un abrazo grande.


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