E157 Abandono antes de Navidad
- César

- Dec 21, 2023
- 15 min read
Updated: Jul 12, 2024
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Flashcards de vocabulario: E157 Abandono antes de Navidad
Episodio 157: Abandono antes de Navidad
Hola, estudiante. Te doy la bienvenida al último episodio del año. La semana que viene nos vamos de vacaciones de Navidad. Es muy probable que tú también lo hagas, así que nos escucharemos de nuevo durante la primera semana del 2024.
Te recuerdo que puedes leer la transcripción gratuita del episodio y usar también las flashcards de vocabulario disponibles en la página web www.spanishlanguagecoach.com
En la web también verás que puedes unirte a la lista de espera de mis cursos online: Español Ágil para estudiantes de nivel intermedio, Español PRO, para estudiantes más avanzados, y uno nuevo: Español Claro, para estudiantes con un nivel principiante alto o un nivel intermedio bajo. Este nuevo curso, lo he hecho con El Inglés, que si escuchas el pódcast de Spanish for False Beginners ya sabes perfectamente quién es. Si no lo sabes, El Inglés es mi pareja, no voy a dejarte con la intriga. Si te interesa alguno de los cursos, a partir del 9 de enero podrás inscribirte. Hasta entonces te recomiendo dejar tu email en la lista de espera.
Y como sabes, estudiante, la Navidad también es un buen momento para reflexionar sobre el año que acaba. Yo solo puedo darte las gracias como cada año que termina. Gracias por estar ahí, por recomendar mi contenido educativo a otras personas, por tus comentarios, los leo absolutamente todos, por las recomendaciones, por confiar en mis cursos online para mejorar tu español y en definitiva por apoyar mi trabajo de una forma u otra. No quiero ser repetitivo, ni pesado, pero sí que tengo la necesidad de expresar esta gratitud, porque creo que los que nos dedicamos a esto tenemos la gran suerte de sentirnos tremendamente apreciados. Al menos así me siento yo, muy, muy apreciado. Te deseo unas felices fiestas, estudiante, y una buena entrada al año 2024. Ahora te dejo con el episodio de hoy.
Esta es la época de ver películas románticas navideñas. ¿Quién no ha visto alguna vez en estas fechas títulos como Love Actually o The Holiday? También hay títulos de películas con un poquito menos de presupuesto y un guion e historia un poco más cuestionables, todas disponibles en Netflix, cuyas portadas son dos personas vestidas con colores rojos y verdes, para recordarte que es una comedia romántica, navideña claro. Títulos como Navidad en el camino, Soltero en Navidad, Operación Navidad o Un Príncipe de Navidad del año 2017 donde una periodista se enamora de un príncipe mientras cubre una historia en un país europeo ficticio.
Y ficticia también es la historia que te traigo hoy. O quizás no lo sea. Hace tanto tiempo que ya no me acuerdo. El título de mi historia es Abandono antes de Navidad.
Todo empieza un 21 de diciembre de 2013, hoy justo hace diez años. ¿O quizás debería mejor decir que todo acaba ese día?
21 de diciembre de 2013. La ciudad de Londres ya está vestida de Navidad. Las luces del centro de la ciudad brillan y se juntan con los flashes de las cámaras de fotos y teléfonos móviles de los turistas. Las tiendas están a rebosar de gente, hay muchísimas personas. Llama la atención especialmente la cola de personas en la tienda Apple de Covent Garden. Cientos de personas esperando para poder comprar el flamante iPhone 5, a pesar del frío. No nieva, pero hace un frío terrible. Bueno, perdón, rectifico. Vamos a ponerle nieve a la escena, que es una historia navideña y el toque blanco siempre ayuda. Cientos de personas esperando para poder comprar el flamante iPhone 5, a pesar de la nieve. Grandes copos de nieve caen acumulándose en los paraguas y gorros de los fanáticos del gigante tecnológico.
Toni comprueba la hora en su Samsung Galaxy de segunda mano que se compró hace unos meses en Gumtree, una web de compra-venta. Son las 17:00, se quita el delantal rápidamente, se pone la chaqueta, los guantes y el gorro, y sale de la cafetería en la que trabaja desde hace un año. Trabaja en un Caffè Nero, pero que no te engañe el nombre en italiano. Caffè Nero es una cadena creada por un hombre de negocios estadounidense y residente en Londres, Gerry Ford. Toni no sabe el nombre de su jefe, o de su jefazo, mejor dicho. A Toni no le gusta especialmente trabajar allí, y no es porque ser camarero le parezca un mal trabajo. De hecho lo fue durante su época como universitario varios años en España. El problema es que siente una gran frustración porque ya tiene más de treinta años, una carrera universitaria como ingeniero mecánico y un Máster en Ingeniería de la Automoción que todavía está pagando después de cinco años. En España, país hundido por una tremenda crisis económica y con más del 50% de jóvenes sin trabajo, su extensa educación no servía absolutamente de nada. Así que la mejor opción fue mudarse a Londres, trabajar de lo que fuera, en este caso camarero, y al menos tener la posibilidad de mejorar su inglés. Lo cierto es que Toni es un verdadero vampiro emocional. Su energía es tóxica y negativa, a pesar de sus esfuerzos por intentar ser más positivo. Esa tarde había sido su turno para limpiar los baños de la cafetería. Por primera vez se había visto desde fuera y había pensado: “titulado universitario, con un máster, y estoy limpiando la mierda de otros en un país que no es el mío” (*1).
El ambiente navideño de las calles contrastaba con lo harto que estaba Toni de todo. Toni estaba hasta las narices. Lo único que le consolaba era pensar que en un par de días Ana, su chica, y él viajaban a Barcelona, España para pasar la Navidad allí. Su familia iba a conocer a Ana. Aunque ella también era española, se habían conocido en Londres, y eran de ciudades distintas.
Continúa nevando y Toni pasa por al lado de la tienda Apple de Covent Garden, maldice a la gente que hace cola. Dice para sí mismo: “serán gilipollas, pagando casi mil pavos por un móvil de mierda”. Después de decirlo se siente un poco mal, acordándose de cuánto le gustaba la Navidad cuando era pequeño. Se mete en el metro rápidamente y coge uno de los periódicos gratuitos que le ofrece un hombre mientras cruza la barrera. Mientras bajan en el ascensor lee rápidamente los titulares del Evening Standard:
“El diputado conservador Mark Field advierte a David Cameron que insistir en materia de inmigración podría poner a las personas “de piel oscura” en contra del partido”.
“Britney Spears revela la lista de canciones que llevará en su show en Las Vegas. La coreografía es la más difícil que he hecho hasta ahora - dice la cantante con entusiasmo.”
También hay noticias que vienen desde España: “El Atlético de Madrid gana por primera vez al Barcelona”. Toni recuerda con melancolía cómo también le solía gustar el fútbol cuando vivía en España, y cómo de indiferente le parecían este tipo de noticias ahora.
Hoy ha tenido suerte y ha podido coger un asiento libre en el metro para la hora de trayecto que tiene hasta una zona del este de Londres en zona 4 donde vive, cuyo nombre todavía no sabe pronunciar muy bien. En el trayecto siente algo de incomodidad un par de veces cuando ve que hay alguna persona mayor a la que seguramente debería ceder su asiento, pero no lo hace. Él sigue el ejemplo del resto y mira su periódico. Va a la sección del horóscopo, le gusta leer la predicción de los signos del zodíaco. Aunque jamás le contaría a nadie su extraña afición a lo místico. Lee la predicción de esa semana para su signo:
Piscis, aunque las cosas parezcan complicadas ahora, confía en el proceso. Estás aprendiendo y creciendo con cada desafío. Recuerda que grandes cosas te esperan. Sé paciente y mantén la fe; pronto verás cómo todo se alinea a tu favor y te trae oportunidades maravillosas. Mantente abierto a lo que viene y prepárate para recibir lo bueno que está en camino.
En los últimos minutos del trayecto en metro Toni empieza a dormitar, no puede evitar que se le cierren los ojos y de repente ese asiento se convierte en el lugar más cómodo donde uno puede pegarse una pequeña siesta.
En casa le espera su novia, Ana. A Ana le han ido mejor las cosas. Ella llegó a Londres desde un pueblo del País Vasco dos meses más tarde que Toni. Empezó como él, de camarera en un hotel, después le ofrecieron empezar a trabajar en las oficinas del mismo hotel como administrativa y unos meses más tarde la promocionaron a organizadora de eventos. Ahora ganaba más dinero que antes y tenía horario de oficina, dejando libres sus fines de semana.
Nuestros protagonistas se conocieron en una fiesta española llamada Spanish Party, o mejor dicho Espanish Party, en la discoteca Scala. La fiesta estaba llena de españoles que habían venido a Londres para mejorar su inglés. A los pocos meses de salir juntos decidieron que lo más lógico y rentable económicamente era irse a vivir juntos y dividir las 700 libras del precio del alquiler de la habitación.
Ana y Toni compartían piso con un chico búlgaro que no salía nunca de la habitación y que nunca respetaba los turnos de limpieza, y con una chica italiana con la que se llevaban muy bien, sin llegar a convertirse en amiga de la joven pareja española.
Cuando Toni llegó a casa le dio un pico a su novia, se quitó chaqueta, guantes y gorro, y fue directo a la nevera mostrando su decepción al verla casi vacía:
Toni: “Cariño, ¿qué cenamos? ¿Vamos al súper juntos?”
Después de ofrecer ir al supermercado, Toni recibe una propuesta inesperada de Ana.
Ana: “Oye, ¿y si en vez de cocinar vamos a la pizzería de abajo? Me apetece cambiar un poco de aires.”
Toni, sorprendido pero aliviado por no tener que cocinar, acepta con una sonrisa. “Claro, me parece perfecto.”
Durante la cena en la pizzería, Ana se muestra distante, perdida en sus pensamientos, jugueteando con los bordes de su pizza sin mucho apetito. Toni intenta iniciar conversaciones triviales, pero nota que Ana responde con monosílabos o miradas ausentes. A pesar de esto, Toni decide no presionar, pensando que quizás solo ha sido un día largo y estresante para ella.
Regresan a su piso comentando que las pizzas hoy no estaban igual de buenas que habitualmente. En casa, el ambiente es tenso. Se preparan para dormir, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
En la cama, justo antes de apagar la luz Ana se sienta y se gira hacia Toni. Su expresión es seria, sus ojos evitando el contacto directo.
Ana: “Toni, tenemos que hablar. No es fácil para mí, pero... creo que debemos tomar caminos separados. No me siento feliz, y creo que tú tampoco. Lo siento mucho, pero creo que es lo mejor para los dos.”
Toni, mirando fijamente los ojos de Ana no responde. Un segundo, dos segundos, tres segundos. No dice nada, está en shock.
En el cuarto segundo continúa en silencio, pero empieza a asentir con la cabeza. No está en shock porque esté muy sorprendido. De hecho desde hacía semanas él mismo sentía que algo pasaba, y por la noche, cuando se acostaba en la misma cama que Ana, sentía que no quería estar ahí, que ahí no era.
Estaba en shock porque nunca le habían dejado, nunca habían roto con él. De hecho la relación con Ana era su primera relación sería, y la primera que había superado los dos años.
“Tienes razón” respondió Toni rompiendo el silencio incómodo.
Después pensó en algo, un pensamiento que le pareció tremendamente patético, pero necesitaba verbalizarlo:
Toni: “¿Podemos…?” Ahora que había empezado a decirlo le parecía incluso más patético.
Toni: “¿Podemos decirle a la gente que hemos tomado la decisión los dos? No quiero que sepan que me has dejado.”
¡Mierda! Ahora, escuchando la frase completa le parece incluso más patética.
Pero Ana le comprende perfectamente. Le responde con un sí acompañado de una sonrisa ligera y comprensiva.
Toni se puso rápidamente en modo práctico. En un par de días se suponía que tenían que volar juntos a Barcelona, su ciudad, donde su familia iba a conocer por fin a su novia.
Toni: “Vas a tener que cancelar el vuelo a Barcelona conmigo, ¿no? ¿Vas a ir a tu pueblo?”
Ana: “No te preocupes por eso, Toni. Al final he decidido quedarme aquí en Navidad”.
A Toni le venía una ola de emoción desconocida que no quería surfear. No se sentía preparado. Así que continuó forzando la conversación a aspectos más prácticos de la ruptura. Cuando volviera de España en enero podría irse a vivir con su amigo Miguel. Además también tenían que cancelar el hotel y los vuelos de un viaje a Roma, organizado para principios de marzo.
Por mucho esfuerzo que hiciera Toni, esa ola de emoción desconocida continuó acercándose, y de repente no pudo evitar pensar en otras cosas: la noche en la que se conocieron, su primera cita, su primer beso, irse a vivir juntos y comprar los muebles de Ikea de segunda mano, su conversación sobre el nombre de sus futuros hijos… Y de repente esa ola de emoción empezó a coger una forma más y más definida. Era una ola de pena, melancolía, amargura, tristeza y miedo. Dos grandes lágrimas se formaron en los ojos de Toni y empezaron a caer mientras continuaba pensando no solo en lo que habían vivido juntos, sino en lo que ya no vivirían. En esa versión de ellos en un universo paralelo donde se casan, se compran una casa y tienen hijos. Esa versión que ya no va a existir en el mundo real.
Ana no puede evitar ponerse a llorar también al ver a Toni como nunca lo había visto. Para romper un poco con el dramatismo del momento le dice:
Ana: “Hasta llorando como un niño estás guapo, Toni. No me puedo creer que esté rompiendo con un tío tan guapo”.
Toni se lanza a abrazarla.
Ana acepta su abrazo y entrelazan sus cuerpos. Toni le hace una pregunta cerca de la oreja, hablando bajito:
Toni: ¿Vamos a continuar siendo amigos?
Ana: Pues claro que sí, tonto.
El abrazo se convierte en algo más intimo y comienzan a besarse. Entremezclan sus salivas y también sus lágrimas que continúan cayendo. Esa noche hicieron el amor por última vez, y fue tan especial como la primera.
A la mañana siguiente fueron a desayunar a la cafetería de al lado de la estación de metro llamada Redemption. Toni quería aclarar algo. Hace un par de semanas había visto por casualidad en la pantalla del teléfono de Ana, que estaba sobre la mesa de la cocina, un mensaje de WhatsApp de un tal Isaac que decía: “Morning kisses”. Toni le preguntó por ese mensaje, y Ana le dijo que era un cliente pesado que no dejaba de mandarle mensajes inapropiados, y que no se preocupara.
Toni: Ana, ¿esto no tiene nada que ver con ese cliente, no?
Ana: Por supuesto que no. Respondió ella, con una sonrisa honesta.
Desayunaron un café y compartieron un trozo de tarta de chocolate, la favorita de los dos, a pesar de que ninguno tenía mucha hambre.
En la cafetería empezó a sonar la canción de Fix you, de Coldplay, cuyas letras dicen:
Y las lágrimas bajan por tu cara.
Cuando pierdes algo que no puedes reemplazar.
Cuando amas a alguien pero al final no funciona.
Toni y Ana no pueden evitar emocionarse viéndose en esa situación, escuchando juntos esa canción, y recordarán para siempre ese café como el café más triste de la historia.
Al día siguiente Toni voló a Barcelona y pasó las vacaciones de Navidad allí con su familia. Intentaba hacerse a la idea de su nueva situación, que Ana y él ya no estaban juntos. La echaba de menos como nunca antes la había echado de menos. Intentaba tener contacto con ella a través de WhatsApp, pero ella tardaba cada vez más tiempo en contestar, mostrándose reticente a tener demasiado contacto con él.
Ana: “Toni, no podemos hablar tanto. No es bueno. Disfruta de la Navidad y dejemos que pase el tiempo para acostumbrarnos a la nueva situación”.
Toni entendió perfectamente el mensaje de Ana y respetó su decisión de no hablarse demasiado. Ella tenía ventaja. Ella había tenido más experiencias, pero para Toni era su primera ruptura y se sentía perdido frente a las olas de emociones desconocidas que le iban viniendo esos días.
Si esto fuera una de esas películas navideñas Ana hubiera aparecido por sorpresa en Barcelona durante la cena con su familia. Ana y Toni habrían decidido darse una segunda oportunidad, intentarlo de nuevo y tomarse un chocolate caliente en el sofá de los padres de Toni mientras ven Love Actually con el calor de la chimenea.
Pero lo que pasa es que esto no es una comedia romántica de Navidad. Esta historia no se llama Navidad en el camino, Operación Navidad o Un Príncipe de Navidad. Se llama Abandono antes de Navidad.
El último día del año Toni recibió la confirmación de algo que se le había pasado por la cabeza. Hablando con su amiga de Londres, Laura, Toni se lamentaba por haber sido tan negativo durante los últimos meses, no podía evitar pensar en todo lo que había hecho mal. Su amiga le pidió que no fuera tan duro consigo mismo. Y le dijo que Ana tampoco había sido exactamente la novia perfecta.
Toni: “¿Por qué dices eso, Laura?”
Laura: “Joder, Toni. Pues porque Ana lleva más de dos meses viéndose con otro chico. No ha hecho las cosas bien. Creo que te mereces saberlo, la verdad.”
Toni lo conectó todo. Ese mensaje del tal Isaac dándole los buenos días con besos, y esos eventos de trabajo nocturnos a los que Ana tenía que ir tan frecuentemente en las últimas semanas ahora tenían sentido. Le había estado engañando con él. Se sintió el tío más estúpido del mundo.
Además, hizo lo peor que se puede hacer en estos casos. Saber más sobre este Isaac. Quería conocer a su sustituto, porque era exactamente así como se sentía: sustituido. Como el que se cambia de coche por uno más bonito, más completo, y en definitiva mejor. Lo encontró fácilmente en una red social profesional dándose cuenta de que efectivamente Ana le había cambiado por alguien más bonito, más completo, mejor. Teniendo en cuenta el trabajo del tal Isaac probablemente ganaba diez veces más que Toni, y se podía permitir alquilar, o incluso comprar, un apartamento para él solo donde había estado viendo a la que era su novia.
El día de 1 enero Toni volvió de vuelta a Londres. Al día siguiente tenía que volver al trabajo.
Fue especialmente triste ver que, como Ana no había podido cancelar el vuelo, su asiento, el 21A, junto a la ventanilla, estaba vacío. Toni se sentó en el suyo y se acordó de la predicción del horóscopo que había leído hace unos días:
Piscis, aunque las cosas parezcan complicadas ahora, confía en el proceso. Estás aprendiendo y creciendo con cada desafío.
Toni: “¿Confía en el proceso? Y una mierda. Y una gran, gran, gran mierda”. Pensó Toni para sí mismo.
Cuando el avión despegó, Toni, mirando el asiento vacío donde debería haber estado sentada Ana, volvió a sentir que llegaba esa ola que ocupaba gran parte de sus días. Una ola de pena, melancolía, amargura, tristeza, miedo, y ahora también de enfado, humillación y resentimiento, después de enterarse de que Ana le había estado engañando con ese tal Isaac.
Comprendió entonces por qué había tantas canciones que hablaban de amor y de desamor. De rupturas, decepciones y traiciones. Se acordaba de las canciones de Julio Iglesias que su padre ponía en el coche cuando era pequeño, y de las letras de las canciones de Adele que sonaban todo el tiempo en el hilo musical de la cafetería donde trabaja. Ahora, por primera vez, se podía identificar con cada una de esas letras que antes le parecían cursis, y ahora parecían contar su historia.
Por supuesto, a la vuelta a Londres, la promesa que se hicieron Ana y Toni de continuar siendo amigos nunca se cumplió. Nunca más se volvieron a ver. Toni recogió las cosas de la habitación que tenían en común mientras Ana estaba fuera de la casa y nunca más volvieron a hablar.
Desde luego la historia de una comedia romántica navideña no era su realidad, pero eso no significa que sus vidas estuvieran exentas de aprendizaje y crecimiento. El tiempo, siempre un maestro implacable, ofrecía sus lecciones, aunque a un ritmo más lento de lo esperado.
Toni pasó un tiempo (una eternidad para él) navegando por aguas desconocidas, enfrentando el abandono, algo completamente desconocido para él, y también el sentimiento de ser reemplazado. Aprendió con el tiempo, que no podía compararse con nadie, ni siquiera consigo mismo. Con el tiempo también, su resentimiento hacia Ana comenzó a desaparecer. Como le dijo su padre en un momento de sabiduría: "No necesitas perdonarla, hijo. Estas cosas pasan y te podrían haber pasado a ti también". Toni comprendió que para salir del agujero, primero tenía que estar en él y poco a poco se recompuso. La frase que le repetía todo el mundo en esos momentos “el tiempo todo lo cura” resultó ser verdad.
Por su parte, Ana, quien no se sentía nada orgullosa de cómo hizo las cosas también aprendió. La experiencia con Toni le sirvió como un espejo en el que pudo ver las consecuencias de sus acciones y la importancia de tomar decisiones más conscientes y consideradas en el futuro.
La vida no les ofreció un final de cuento de hadas, pero les dio algo posiblemente más valioso: la oportunidad de conocerse mejor a sí mismos y de aprender a navegar la complejidad de las relaciones entre esos seres llamados humanos con más sabiduría y madurez.
Ana se casó en 2017 con Isaac, cuatro años después de nuestra historia, y en 2020, durante la pandemia volvió a vivir a su pueblo del País Vasco, ya felizmente divorciada.
Toni continúa en Londres y nunca llegó a usar su título de ingeniero mecánico ni su máster en automoción. Continúo trabajando en el mundo de la hostelería, y se dio cuenta de que podía ser un muy buen trabajo para él. Ahora es el encargado de un conocido restaurante en Chelsea y a pesar del estrés, adora su trabajo.
Hoy, diez años después del principio de nuestra historia Toni ha pasado con el coche por el barrio de Londres donde vivió con Ana hace ya una década. Ha parado por la cafetería Redemption que todavía sigue allí y ha comprado un café y un trozo de tarta de chocolate de la que les gustaba tanto.
Todo está igual a como lo recordaba. Desde su mesa puede ver a una pareja joven comiéndose a besos en la misma mesa en la que Ana y él hace años se vieron por última vez.
Decide hacer una foto al café y a la tarta de chocolate y enviársela a Ana junto con el siguiente mensaje:
¡Ana, mira donde estoy! Siguen haciendo la tarta igual de buena que siempre. Por cierto, creo que es el décimo aniversario de nuestra ruptura, jaja. ¡El tiempo vuela! Espero que estés bien. ¡Feliz Navidad y feliz año nuevo! Un abrazo grande.
Fuentes:
*1) La experiencia real de un inmigrante español en 2013 en Londres. Su publicación se hizo viral.
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¿Quieres estudiar conmigo? Echa un ojo a mis cursos:
NUEVO: Curso de Español PRO - Nivel avanzado
Flashcards de vocabulario: E157 Abandono antes de Navidad







Como el título de la canción por el cantautor británico Cat Stevens dice, el primer corte es el más profundo.
Tío, eres el rey de la melancolía, de verdad.
¡Qué historia! Pero tienes razón, hay que equilibrar las escalas. Es bueno leer una historia que contiene un grano de verdad en lugar de los cuentos azucarados habituales.
Jolín, me encanta esta historia. ¿La has realizado tu mismo? ¡Qué buen trabajo! 👍