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E217 La envidia no es tan mala como parece

Updated: Jun 12



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Flashcards de vocabulario: La envidia no es tan mala como parece

 

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Ejercicio de comprensión:



Episodio 217 - La envidia no es tan mala como parece


Dime una cosa… ¿alguna vez has sentido una sensación un poco desagradable cuando alguien que conoces consigue algo muy bueno? Por ejemplo, cuando un compañero de trabajo recibe un ascenso, o cuando una amiga te enseña las fotos de sus vacaciones en un lugar espectacular. No estás triste exactamente, pero tampoco estás feliz por esa persona. Hay algo raro dentro de ti. Esa sensación… tiene nombre. Se llama envidia.


Me ha pasado a mí y te ha pasado a ti. Y lo sabes.


Hoy vamos a hablar de esta emoción que todos, absolutamente todos, hemos sentido alguna vez. Es una emoción universal. Y lo más interesante es que muchas veces la negamos o la escondemos, porque nos hace sentir incómodos.


Pero no te preocupes, porque hoy vamos a hablar de la envidia sin juicios. Vamos a intentar entender qué es, por qué aparece, cómo nos afecta, y también cómo la podemos transformar en algo más positivo.


Y recuerda, estudiante, que si quieres aprovechar al máximo este episodio, puedes usar los recursos gratuitos que tienes en mi página web: www.spanishlanguagecoach.com


Allí puedes encontrar la transcripción completa de este episodio en español, la traducción al inglés, las tarjetas de vocabulario y también (y esto es nuevo), un ejercicio para ayudarte a recordar las palabras y expresiones más importantes. Que las cosas nuevas que aprendan no solo se queden como aprendizaje pasivo, sino también que empieces a usarlas de forma activa.


Además te recuerdo que la semana que viene, el lunes 9 de junio abren las inscripciones a mi nuevo curso Español Camaleón, un curso de pronunciación realista. Te animo a echar un vistazo y dejar tu email en la lista de espera si quieres mejorar la forma en la que pronuncias este bonito idioma.


Así que ahora sí, ponte cómodo o cómoda, abre bien los oídos… que empezamos.


Vamos a empezar desde el principio. ¿Qué es exactamente la envidia?


La envidia es una emoción. Y como todas las emociones, no es ni buena ni mala en sí misma. Es simplemente una respuesta natural a algo que sentimos o percibimos. En este caso, la envidia aparece cuando queremos algo que otra persona tiene. Ese “algo” puede ser cualquier cosa: una casa bonita, un trabajo interesante, una relación feliz, un cuerpo atlético, o incluso una personalidad carismática.


Cuando otra persona tiene eso que deseamos, podemos sentir frustración, tristeza… o incluso rabia. Esa mezcla de emociones es lo que llamamos envidia.


En español usamos frases como:“Siento envidia” o “Me da envidia”.Por ejemplo:"Me da envidia tu trabajo" significa que deseo tener un trabajo como el tuyo.


Pero atención, porque es muy común confundir envidia con celos. No son lo mismo.Te explico la diferencia.

  • La envidia es cuando quiero lo que tiene otra persona.Por ejemplo: Siento envidia de tu coche nuevo (yo no lo tengo, tú sí, y yo lo quiero).

  • Los celos, en cambio, aparecen cuando tengo algo y tengo miedo de perderlo.Por ejemplo: Siento celos de tu amiga porque hablas mucho con ella y tengo miedo de que ya no me prestes atención a mí.


La envidia mira hacia fuera (lo que tiene el otro).Los celos miran hacia dentro (lo que tengo yo y no quiero perder).


Y una cosa importante: la envidia es una emoción natural. Todas las personas la sentimos. No es algo de lo que tengamos que avergonzarnos. El problema no es sentir envidia, sino lo que hacemos con esa emoción.


En los próximos minutos vamos a hablar de cómo manejarla, cómo entenderla mejor… y hasta cómo usarla para crecer como personas.


Si yo pienso en las veces que más envidia he sentido en mi vida… tengo que decirte, estudiante, que han sido por cosas bastante superficiales, la verdad. De hecho, creo que muchas veces sentimos envidia precisamente por cosas materiales, por cosas visibles, por cosas que se pueden comparar fácilmente.


La primera vez que recuerdo haber sentido envidia con fuerza fue cuando tenía 18 años. Me saqué el carnet de conducir, el permiso para poder conducir un coche. Y claro, muchos de mis amigos tuvieron un coche como regalo por haber aprobado. Algunos de segunda mano, otros nuevos… pero todos tenían su propio coche. Y yo no. Mis padres, aunque me apoyaban muchísimo, no podían permitirse hacerme ese regalo.


Y te confieso que me daba un poco de rabia. No porque mis padres no me quisieran, al contrario. Mis padres son maravillosos, y no los cambiaría por nada. Pero simplemente, no tenían la misma situación económica que los padres de mis amigos. En ese momento no lo decía, pero por dentro… sentía envidia.


Y años más tarde, me pasó algo muy parecido. Ya de adulto, cuando empecé a ver que algunos amigos o amigas compraban su primer piso o su primera casa… y lo hacían con la ayuda económica de sus padres. No me malinterpretes: me alegro por ellos. Pero una parte de mí pensaba: “Ojalá yo también pudiera contar con ese tipo de ayuda”.


Y luego está la envidia del gimnasio. Esa, creo que muchos la hemos sentido alguna vez, ¿no? Ves a un chico con unos bíceps espectaculares, o con un “six pack” perfecto, marcado como si fuera de revista… y piensas: ¡yo quiero eso también!Y lo digo riéndome, porque claro, muchas veces no vemos todo el trabajo y el esfuerzo que hay detrás. Solo vemos el resultado. Y claro, sentimos envidia.


Pero fíjate, estudiante, que en todos estos casos, no se trata de querer hacerle daño al otro, ni de desear que no tenga lo que tiene. La envidia no es odio. Es simplemente una mezcla entre deseo y comparación.


Y eso nos lleva a una idea importante: muchas veces sentimos envidia cuando nos comparamos con otras personas. Cuando sentimos que estamos en desventaja. Que el otro está por delante. Que a nosotros nos falta algo. La comparación es el gran combustible, la gasolina, de la envidia.


Y claro… ahora con las redes sociales, con Instagram, TikTok, y todo eso, compararse es todavía más fácil.


Además, cuando escuchas la palabra “envidia”, probablemente piensas en algo negativo. Algo feo. Una emoción de la que no te sientes orgulloso, ¿verdad?


Y sí, es verdad que muchas veces la envidia puede hacernos sentir mal. Nos puede hacer sentir pequeños, inseguros, o incluso un poco tristes. Pero… ¿es siempre mala?


La respuesta corta es: no necesariamente.


La envidia puede ser peligrosa si no la reconocemos. Si la ignoramos o si intentamos esconderla. A veces, una persona siente envidia y actúa de forma pasivo-agresiva con la otra. O intenta sabotearla. O la critica por detrás. Ahí sí que hablamos de una envidia destructiva. Una envidia que no aporta nada.


Pero también hay otro tipo de envidia. Lo que algunas personas llaman en español envidia sana. Una envidia que nos motiva. Que nos inspira. Que nos empuja a hacer algo, a mejorar.


Por ejemplo, si ves a alguien con una vida profesional interesante y eso te hace pensar:"Yo también quiero eso. ¿Qué puedo hacer para conseguirlo?",esa envidia no es mala. Esa envidia es una señal. Una señal de que tú también tienes un deseo, una ambición. Una señal de que hay algo que valoras.


El problema no es sentir envidia. El problema es quedarse ahí, sin hacer nada, y dejar que la envidia se convierta en frustración o resentimiento.


Entonces, estudiante, cuando sientas envidia, puedes hacerte dos preguntas importantes:


  1. ¿Qué me está diciendo esta envidia sobre lo que quiero?La envidia puede ayudarte a descubrir tus propios deseos.¿Quieres más libertad? ¿Más tiempo? ¿Más reconocimiento? ¿Una relación más sana?

  2. ¿Qué puedo hacer con esta emoción?¿Puedo usarla como gasolina? ¿Como energía para moverme, para tomar decisiones?


Te doy un ejemplo muy simple: si ves a alguien que habla español con mucha fluidez, con seguridad, usando expresiones naturales y entendiendo todo sin problema… puedes dejar que la envidia te frustre… o puedes dejar que te motive.


Puedes pensar: “Yo también quiero eso. ¿Qué puedo hacer para mejorar?”No necesitas hablar exactamente igual que esa persona, pero sí puedes usar esa sensación para mejorar tu propio nivel.


Y lo mismo pasa con otras cosas: con el trabajo, con los proyectos, con las relaciones… con cualquier aspecto de la vida.


La envidia, bien entendida, puede ser como una brújula. Puede mostrarte lo que de verdad deseas. Pero tienes que mirarla de frente. No ignorarla. No disfrazarla.


Así que, en resumen: la envidia no es buena ni mala. Depende de lo que hagas con ella.


Y hablando de envidia, quiero enseñarte algunas expresiones en español que usamos cuando hablamos de esta emoción. Son expresiones comunes, naturales, y que puedes escuchar en conversaciones, películas o canciones de muchos países de habla hispana:


Vamos con ellas:


1. “Morirse de envidia”


Esta expresión no es literal, claro. Nadie se muere por envidia. Pero la usamos cuando alguien siente mucha envidia. Es una exageración, una forma expresiva de hablar.


Ejemplo:"Cuando vio el coche nuevo de su vecino, se moría de envidia."


2. “Estar verde de envidia”


Otra expresión visual. En español, el color verde se asocia con la envidia. Esta expresión significa lo mismo que la anterior: sentir mucha envidia.

También se puede decir:"¡Qué envidia (me das)!" — Esta frase se usa mucho, incluso entre amigos, y no siempre de forma negativa. A veces se dice con tono amistoso o simpático.


Ejemplo:"Estás en Roma comiendo pasta con vistas al Coliseo… ¡qué envidia!"


3. “La envidia es muy mala consejera”


Esta expresión es más seria. Significa que cuando tomamos decisiones motivados por la envidia, no solemos tomar buenas decisiones. La envidia nos puede nublar el juicio, puede hacernos actuar mal.


Ejemplo:"Dejó su trabajo solo porque no soportaba ver a su compañero ascender. Pero ahora se arrepiente. La envidia es muy mala consejera."


Aunque no sea literal, esta expresión muestra lo peligrosa que puede llegar a ser la envidia cuando no se maneja bien.


Todas estas expresiones reflejan lo importante y lo presente que está la envidia en la cultura hispana. La usamos en el lenguaje cotidiano, y cómo vamos a ver en el siguiente punto, también en la literatura, el cine y la música.


Porque como te decía antes, la envidia no es solo una emoción que sentimos tú y yo. Es una emoción universal, y por eso ha aparecido en muchas formas de arte y expresión humana: en la literatura, en la religión, en la música, en las películas, en las redes sociales…


Una de las historias más antiguas sobre la envidia está en la Biblia: Caín y Abel.Caín siente envidia de su hermano Abel porque Dios acepta la ofrenda de Abel y no la suya. Y esa envidia lo lleva a hacer algo terrible: asesinar a su propio hermano.


En la literatura universal también encontramos ejemplos muy claros. Uno de los más conocidos es “Otelo” de Shakespeare. Aunque ahí hablamos también de celos, el personaje de Yago actúa por pura envidia: envidia la posición de Otelo, su éxito, su respeto. Y su envidia lo convierte en uno de los villanos más famosos de la historia del teatro.


En la literatura española también hay muchos ejemplos. Por ejemplo, en Don Quijote de la Mancha, el personaje del bachiller Sansón Carrasco siente envidia de la fama de Don Quijote y quiere vencerlo para quitarle protagonismo. No es odio, es deseo de tener el mismo reconocimiento.


Y si hablamos de teatro, en La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, las hijas de Bernarda sienten envidia entre ellas. Envidia por la libertad, por el amor, por la atención. Esa envidia es parte de la tensión de la obra.


Pero la envidia no vive solo en los libros antiguos. La vemos todos los días, especialmente ahora con las redes sociales.


Instagram, TikTok, Facebook… son escaparates donde las personas muestran las mejores partes de su vida. Y cuando las vemos, muchas veces pensamos:"¿Por qué esa persona tiene eso y yo no?"Y sin darnos cuenta… estamos comparándonos. Y aparece la envidia.


También hay muchos ejemplos en el cine y la televisión.¿Conoces El Rey León? El personaje de Scar, el hermano del rey Mufasa, siente una envidia profunda. Quiere ser él el rey. Esa envidia lo lleva a traicionar a su hermano.


O en películas como Mean Girls (Chicas Malas), donde las protagonistas se relacionan entre ellas con una mezcla de amistad y envidia. La popularidad, la belleza, la atención… todo se convierte en una competición.


En la música también hay referencias directas. En el mundo latino, hay canciones que hablan abiertamente de la envidia.Por ejemplo, Romeo Santos tiene una canción llamada “Envidia”, donde dice:"La envidia viene cuando el éxito llega, y duele más si el que triunfa era colega."


Y bueno, estudiante, hemos hablado bastante sobre la envidia: qué es, cómo se siente, cómo la vivimos y cómo aparece en la cultura, en los libros, en las canciones, en las redes sociales...


Y ahora quiero dejarte una idea sencilla para terminar.


La próxima vez que sientas envidia, porque seguro que volverá a pasar, como a todos, no hace falta que lo veas como algo malo. Simplemente pregúntate: “¿Qué me está diciendo esto? ¿Qué parte de mí quiere eso también?”A veces, solo con darte cuenta de eso, ya cambia la forma en la que lo sientes.


Y si alguien siente envidia de ti… bueno, puede que no tenga mucho que ver contigo. A lo mejor es solo que esa persona está en otro momento. No pasa nada.


Y nada más. Si te ha gustado el episodio, te animo a que te suscribas al pódcast, que dejes una valoración o unas estrellitas en la app donde lo escuches. Y si quieres practicar tu expresión escrita, puedes dejar un comentario contándome:


¿Alguna vez has sentido envidia? ¿Recuerdas una situación concreta? Yo he confesado las cosas por las que he sentido envidia, ahora te toca a ti.


Y ya sabes que tienes todos los recursos en la web: transcripción, traducción al inglés y tarjetas de vocabulario en www.spanishlanguagecoach.com.


Un abrazo grande.


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