E40 La cultura de la inmediatez
- César

- Jan 14, 2021
- 7 min read
Updated: Jul 12, 2024
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Episodio 40: ¿Te domina la cultura de la inmediatez?
Hola, soy César, profesor de español. Te doy la bienvenida a Spanish Language Coach, el pódcast para estudiantes de español de nivel intermedio. Un pódcast para mejorar tu comprensión, escuchar temas que te interesan y además tener la transcripción del audio de forma gratuita.
Puedes leer la transcripción en www.spanishlanguagecoach.com Y si quieres más contenido para estudiantes de nivel intermedio puedes visitar mi cuenta de Instagram o el canal de YouTube: Spanish Language Coach. En el último vídeo te ayudo a entender cuál es tu nivel de español y explico qué significa ser un estudiante de nivel intermedio y cuáles son las diferencias entre un estudiante B1 y B2. Te recomiendo que lo veas ya que te puede dar algunas indicaciones sobre qué hacer para continuar progresando.
Si eres oyente de este pódcast y te está ayudando a mejorar tu español, te pido por favor que lo recomiendes, que lo compartas con otras personas que aprenden español. Y además, si escuchas el pódcast en iTunes y puedes dejar un pequeño comentario, te lo agradeceré muchísimo.
Por último dar las gracias a las personas que os habéis preocupado por mi salud. Estoy mucho mejor afortunadamente y los doctores me han dicho que todo está bien. Así que estoy muy, muy contento.
Ahora sí, empezamos.
Uno de mis primeros trabajos fue en una tienda de teléfonos móviles, trabajaba como dependiente o vendedor de teléfonos por la mañana y por la tarde estudiaba en la universidad. La tienda se llamaba The Phone House o Carphone Warehouse en otros países europeos. Si me escuchas desde un país europeo probablemente conozcas esta cadena de tiendas de telefonía. Si había algo característico de estas tiendas en esos años es que tenían un dispensador de turnos. Es decir, cuando llegabas a la tienda, lo más probable es que hubiera mucha gente esperando a ser atendida, servida, por uno de los vendedores, así que tenías que coger un número del dispensador de turnos y esperar a que uno de los vendedores te llamara. Digo que esto es característico porque normalmente solo las tiendas de alimentación usaban este tipo de sistema. El caso es que el ritmo de trabajo era frenético. En esa época las compañías de telefonía móvil te regalaban los teléfonos a cambio de un contrato de permanencia y los clientes cambiaban de modelo de teléfono más frecuentemente que ahora. Al final del día mis compañeros de trabajo y yo acabamos agotados, exhaustos, pero la verdad es que a mí me gustaba el trabajo. Siempre había clientes y era imposible aburrirse, las horas pasaban volando. Nunca lo consideré un trabajo pesado o excesivamente estresante. Sin embargo había algo que me molestaba un poco, la parte más negativa de este trabajo era tener que soportar, tener que aguantar la cara de los clientes que estaban esperando. Cada vez que hablaba con un cliente podía estar perfectamente entre 20 y 40 minutos con esa persona ya que a veces había que firmar contratos, enseñar diferentes modelos, explicar el funcionamientos del teléfono, etc. En definitiva no podía ser un servicio express. Muchos de los clientes que esperaban tenían cara de impaciencia, resoplaban. Esto es resoplar: “pufff”. Movían las piernas de forma nerviosa e incluso en alguna ocasión directamente nos preguntaban: “perdona, ¿te queda mucho tiempo con este cliente?, o ¿por qué no contratáis a más vendedores?”. Cuando finalmente les llegaba su turno, yo los recibía con una gran sonrisa en la cara y les decía algo como: “Disculpa la espera pero necesitamos dar un servicio correcto a cada cliente y toma tiempo. Ahora es tu turno y te voy a ayudar con mucho gusto, con mucho placer”. Eso me aseguraba que el cliente se relajara y pudiéramos empezar a hablar tranquilamente.
Te contaba esto porque esa impaciencia que veía en algunos de estos clientes es cada vez más habitual, más frecuente. Yo mismo me veo a veces resoplando y siendo impaciente cuando mi conexión a Internet funciona más lento de lo habitual, o cuando el siguiente tren tarda 4 minutos en llegar en lugar de 1 minuto. Vivimos en la cultura de la inmediatez. El progreso tecnológico nos ayuda a tenerlo casi todo y además a tenerlo ahora. Nos hemos convertido en niños mimados, esos niños que nunca reciben un no por respuesta y tienen una baja tolerancia a la frustración.
¿Recuerdas ir al videoclub?, esos lugares donde alquilabas películas en VHS y luego en DVD durante un par de días y que después tenías que devolver. Ver una película a la carta, a demanda requería un mínimo nivel de esfuerzo. Tenías que ir al videoclub, alquilarla, verla en tu casa y luego devolverla. E incluso a veces, había una lista de espera si la película era muy famosa y tenías que volver otro día para alquilarla.
O si queríamos ver una serie de televisión teníamos que esperar una semana entera para ver el siguiente episodio. Estábamos emocionados porque llegara ese día y ver cómo continuaba la historia. Hoy en día esa emoción se ha perdido, podemos ver casi cualquier serie en Netflix, HBO u otra plataforma de video bajo demanda y hacer una maratón de episodios, es decir, ver muchos episodios seguidos, uno detrás de otro. No solo podemos hacer maratones de series, además podemos clicar el botón de “skip intro” o “saltar cabecera” para consumir directamente el episodio. Estoy seguro de que la mayoría de centenials o jóvenes de la generación Z no se aprenderán la famosa sintonía que dice: “So no one told you life was gonna be this way”. Ya sabes cómo continúa, no voy a cantar más.
La cultura de la inmediatez también ha llegado al amor. Las relaciones personales han encontrado una nueva forma de crearse con aplicaciones como Tinder donde instalando y usando la app podemos empezar a hablar con potenciales parejas. De esto ya hablamos en el primer episodio. La aplicación nos da acceso a un gran número de personas de forma rápida pero no garantiza nada, porque el amor y una relación solida se trabaja día a día, no es algo de naturaleza inmediata.
Otra cosa que caracteriza a la cultura de la inmediatez es que no solo podemos conseguir las cosas de una forma casi inmediata, muy rápidamente, sino que también hay una cantidad grande de opciones. Si no te gustan los primeros 10 minutos de una película, tienes 600 más entre las que elegir. Otro ejemplo, si quieres buscar cualquier tipo de información en Internet vas a tener miles de resultados, miles de recursos. A mí este exceso de información es algo que me estresa. Hace unos días compré un curso para aprender a gestionar el tiempo, a administrarlo de forma correcta. La experta hablaba de este exceso de información y proponía como solución volver a los recursos clásicos. Decía que si alguien tenía interés en la arquitectura por ejemplo, tener una suscripción a una revista de arquitectura podría ser una solución mucho más efectiva. Las personas que son encargadas del contenido de la revista son profesionales del sector y reciben un salario por seleccionar los artículos que aparecen en ellas. Es una forma de asegurarse consumir contenido de calidad en lugar de tener una gran cantidad de información en Internet de alta, media o baja calidad. Este curso de gestión del tiempo me está resultando fascinante. Si estáis interesados quizás pueda hacer un episodio sobre el tema.
Y hablando de cursos. Como siempre estoy consumiendo contenido sobre el aprendizaje de idiomas y el algoritmo lo sabe, siempre tengo banners con publicidad, con anuncios de cursos de idiomas. He notado que muchos cursos, especialmente los que enseñan los niveles iniciales o principiantes usan las palabras “fácil” o “rápido” para atraer a los estudiantes que quizás estén un poco frustrados por su falta de progreso. El marketing sabe que los que estudiamos idiomas también estamos inmersos en la cultura de la inmediatez. Como sabes estoy creando, haciendo un curso para estudiantes de nivel intermedio y ya tengo la estructura del curso preparada; sé cómo van a ser las lecciones en video, la duración, los ejercicios de expresión oral, etc. Sin embargo, no tengo ni idea de qué nombre puedo ponerle. De hecho, te pido ayuda, si tienes alguna idea sobre un buen nombre para el curso, envíame un correo con tu sugerencia. Mi idea es encontrar un nombre, en español o en inglés. El curso está pensado para las personas que escuchan este pódcast. Es por eso que usa temas similares a los que hablo en el pódcast pero con una diferencia, en el curso el estudiante será el protagonista. Muchas personas me han dicho que el pódcast les ayuda a mejorar su comprensión, a revisar la gramática y a ganar vocabulario. Sin embargo, soy consciente de que cualquier pódcast es un recurso limitado. En la guía del estudiante que preparé, ya te hablé de que había actividades de producción del idioma o activas y otras de no producción o pasivas. Escuchar un pódcast es genial pero no estás produciendo el idioma. El objetivo del curso es que el estudiante practique el español de forma activa con mi ayuda a través de videos. Ahora que ya sabes un poco más del curso, si me quieres ayudar con el nombre y quieres enviarme un mail con tu propuesta me harás un gran favor.
Tú que me escuchas ahora mismo y eres estudiante de un idioma. ¿Cómo crees que afecta esta cultura de la inmediatez al aprendizaje?, ¿cómo nos afecta cuando aprendemos un idioma?
Pues probablemente eres un estudiante de nivel intermedio o avanzado y sabes que las palabras “fácil” y “rápido” no se aplican a aprender un idioma. Eso no quiere decir que sea un proceso excesivamente complicado o tedioso, simplemente es un proceso que requiere tiempo. Aprender a disfrutar de ese proceso, de ese camino es la mejor de la elecciones. La inmediatez es la antítesis de los resultados sólidos. La inmediatez puede acabar con nuestra motivación y hace que nos sintamos frustrados. La constancia y el esfuerzo y disfrutar del proceso y de los pequeños resultados nos llevan donde queremos estar.
Isaac Newton decía: “Si he hecho descubrimientos valiosos ha sido por tener más paciencia que cualquier otro talento”.
Como profesor de español te puedo asegurar que los estudiantes que mejores resultados obtienen no son necesariamente los más jóvenes o los más inteligentes. Son los que saben que como dice la expresión española es mejor hacer las cosas “despacio y con buena letra” y no rápido y mal.
Te deseo una semana magnifica y te espero aquí la semana próxima.
¡Un abrazo grande!
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✅🙏🏽 Gracias César
Hola Wim, imagino que lo dices porque muchas veces se enseña el verbo ser como algo permanente y estar como algo temporal. Lo cierto es que no es así, hay muchos más matices. En el caso de una persona impaciente se pueden usar ambos. “Ser impaciente con algo” o “estar impaciente por algo”. Un saludo!
Hola Cesar, una pregunta de gramática en este podcast. "Yo mismo me veo a veces resoplando y siendo impaciente cuando mi conexión a Internet funciona más lento de lo habitual". ¿ Por qué escribes "siendo impaciente" en lugar de "estando impaciente" ?
saludos,
Wim
Gracias Korbel por la propuesta! He pensado en ese nombre también. Un saludo!