E57 ¿Por qué no te puedes comprar una casa?
- César

- Jun 15, 2021
- 11 min read
Updated: Jul 12, 2024
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Episodio 57: ¿Por qué no te puedes comprar una casa?
Hola, soy César, profesor de español. Te doy la bienvenida a Spanish Language Coach. El pódcast para estudiantes de español de nivel intermedio. El objetivo de este pódcast es poder incorporar a tu rutina de estudio contenido comprensible que te ayude a mejorar tu comprensión del idioma, y al mismo tiempo pasarlo bien aprendiendo sobre temas interesantes.
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El título del episodio de hoy es bastante claro y directo: “¿por qué no te puedes comprar una casa?” Vale, no es aplicable para todo el mundo, pero si eres una persona con un salario medio y menor de 40 años es muy probable que esta pregunta resuene contigo. Si no estas dentro de este grupo de edad y ya tienes una casa porque la compraste hace algunos años, enhorabuena. Tomaste una muy buena decisión con la compra seguramente.
Antes de responder a esa pregunta, a esa cuestión, vamos a hablar de esos miembros de tu familia un poco secundarios. Esos primos de tu madre o esos tíos que ves de uvas a peras. “De uvas a peras” significa poco, con poca frecuencia, hacer algo de uvas a peras.
¿Cuáles son las preguntas más frecuentes que te hace tu familia cuando la ves? Esas preguntas que se repiten cada vez que ves a los miembros de tu familia en ocasiones especiales como una celebración familiar o durante la Navidad. Dependiendo de la edad que tengas estas preguntas serán diferentes. Si eres un veinteañero o una veinteañera o incluso más joven te preguntarán por tus estudios. Te preguntarán por tus notas o por qué carrera universitaria piensas estudiar. Probablemente te pregunten también por si tienes novio o novia. Es probablemente la pregunta más típica en las cenas de Navidad a los solteros españoles, y para mi gusto, de las más incómodas. ¿Qué obsesión tienen los miembros de las familias por la situación sentimental de los jóvenes? No lo puedo entender.
Si tienes treinta y tantos, lo más probable es que te continúen preguntando por si hay alguien especial en tu vida, en el caso de que seas soltera o soltero. Si no lo estás, te preguntarán por la boda si todavía no te has casado. Y si ya te has casado, os preguntarán a ti y a tu pareja por el bebé. Si ya tienes un bebé, un niño, por ejemplo, os preguntarán que si estáis buscando la parejita. La parejita es el niño y la niña. En fin, que siempre va a haber algunas preguntas que responder en este tipo de reuniones.
Creo que a todos nos preguntan esto alguna vez. Sin embargo hay algo que me llama mucho la atención, que me parece muy curioso. Yo soy treintañero y me han hecho este tipo de preguntas varias veces pero nunca, nunca, me han preguntado si me he comprado una casa o tengo planeado comprarme una casa. Es algo que me llama la atención porque estoy casi seguro de que esto no era así hace unos años. Mis padres y todos mis tíos se compraron sus casas en propiedad con veinte o treinta años. Ninguno de ellos fue a la universidad y siempre han tenido trabajos y salarios muy normales. Sin embargo, todos sin excepción han podido permitirse, han podido comprar una casa sin la ayuda económica de nadie. ¿Por qué a los jóvenes de esta generación nos resulta tan complicado poder comprar una casa entonces?, ¿trabajamos menos?, ¿ganamos menos dinero? Pues no, la respuesta no es esa. Estoy seguro de que ya sabes la respuesta. Efectivamente, los precios de las casas no paran de subir, incluso durante la pandemia. El pronóstico es que esta tendencia continúe así. ¿Pero es esto malo o bueno? Y ¿cómo hemos llegado a este punto?
Para ver cómo hemos llegado a este punto necesitamos volver a la década de los 50. Cada país tiene una situación particular pero en general la información de la que te voy a hablar en este episodio se puede aplicar a cualquier país de Occidente. Los países occidentales o “western countries” en inglés es el grupo de países formados por la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y el resto de países influenciados por los que acabo de mencionar como Australia, Nueva Zelanda o los países latinoamericanos. No es una definición muy precisa, porque realmente no existe, pero estoy seguro de que entiendes lo que quiero decir.
Te decía que vamos a analizar la situación desde la década de los 50, y más concretamente en Estados Unidos como lugar representativo de Occidente y de las economías capitalistas. En esta década los trabajos se concentraban en las ciudades, la gente trabajaba principalmente en la ciudad. El problema en esa época es que comprar una casa en la ciudad era muy caro y los trabajadores solo podían permitirse alquilar. Todo esto cambia cuando mejoran las conexiones entre las ciudades y las afueras de las ciudades. Ahora los trabajadores pueden vivir alejados de la ciudad, en las afueras, y viajar cada mañana a la ciudad en coche, tren o autobús. Además los precios de las casas en las afueras son obviamente mucho más asequibles. Algo asequible es algo con un precio moderado, que la mayoría de personas podemos permitirnos, pagar.
En esta década el precio medio de una casa en EEUU era de 7.400 dólares. Ahora esto nos parece superbarato, tirado de precio. ¿Pero era esto un precio asequible en los 50? Pues si tenemos en cuenta que los ingresos medios de una familia, es decir, la cantidad de dinero que entraba en la casa, en el mismo año era de 2.900 dólares, podemos ver que sí, que comprar una casa en esos años era perfectamente asequible para la mayoría de ciudadanos.
De hecho en esos años era fácil que una familia normal tuviera suficientes ahorros para pagar la casa a tocateja. Pagar algo a tocateja es pagarlo en mano, sin necesitar pedir dinero al banco, por ejemplo. A pesar del precio tan asequible de las casas, la mayoría de ciudadanos pedían una hipoteca al banco, pedían dinero, ya que los tipos de interés estaban muy bajos después de la Segunda Guerra Mundial.
Para que te hagas una idea de cómo de diferentes son los precios hoy en día, en esos años, para comprarse una casa tenías que invertir, gastar, el mismo dinero que al comprarte dos coches.
Ahora vamos a viajar en el tiempo 20 años, hasta los años 70.
En la década de los 70 el precio de una vivienda media ha subido hasta los 17.000 dólares, pero en realidad comprar una casa es más asequible que hace 20 años ya que los ingresos medios por familia son de 8.700 dólares. Es decir, si en los 50 una familia tenía que invertir 2.55 veces los ingresos medios en un año para pagar una casa, en los 70 solo necesitaban invertir esta cantidad 1.9 veces. Estarás de acuerdo conmigo en que este escenario es hoy en día inimaginable.
Había varias razones por las que era tan fácil convertirse en dueño o dueña de una casa en los 70. Para empezar la oferta de casas superaba la demanda. Ya sabemos cómo funciona la ley de la oferta y de la demanda. ¡Y es que en los 70 éramos muy pocos humanos! La población era solo dos tercios de lo que es hoy en día. Además en esta década los tipos de interés subieron y pedir una hipoteca al banco era más caro y tampoco se consideraba la compra de una vivienda como una inversión excelente, era simplemente una necesidad.
Y ahora nos movemos hasta la década de los 80 donde llega el gran punto de inflexión. Los 80 fueron unos años complicados. No solo por su estética y porque la mayoría de personas experimentaban con estilos de pelo imposibles, sino porque hubo una gran crisis económica, una recesión. Por primera vez las personas empiezan a ver la compra de viviendas no solo como una necesidad, sino también como una forma de inversión, una inversión estable perfecta en tiempo de recesión o crisis económica. Comprar una casa ahora con la esperanza de que suba el precio y poder venderla en unos años, obteniendo un beneficio. La gente empieza a ver el ladrillo como una inversión jugosa. El ladrillo es la pieza rectangular y de color marrón generalmente con la que se construyen las casas. Así podemos hablar de invertir comprando una casa o invertir en ladrillo.
Además de ver el ladrillo como una buena inversión, en los 80 muchas personas quieren volver a la ciudad. Vivir en la ciudad es un signo de prestigio social y eso hace subir los precios todavía más. De nuevo la ley de la oferta y la demanda.
Decía que los 80 eran el punto de inflexión en los precios del sector inmobiliario o del ladrillo. Desde esta década existe una preocupante tendencia. El precio de las casas crece, se incrementa, mucho más rápido que el salario de los trabajadores. Imagina un gráfico con la evolución de las dos cifras. Tanto el precio de las casas como el salario de los trabajadores tienen una evolución ascendente, suben, sin embargo, no lo hacen al mismo ritmo. Hay una diferencia cada vez más grande entre las dos.
Obviamente desde los 80 hasta este momento ha habido burbujas inmobiliarias, en España por ejemplo hubo una muy grande, pero en general los precios de la vivienda no paran de subir a un ritmo muy superior al de los salarios.
Y entonces llegó ella, o él. El COVID si hablamos del virus o la COVID si hablamos de la enfermedad. Llegó la pandemia mundial y los precios de las viviendas en términos generales continuaron subiendo, sorprendentemente. Pero, ¿por qué?
¿Por qué han continuado los precios con esta tendencia ascendente durante la pandemia?
Pues lo cierto es que hay varios motivos que han provocado esta situación:
Para empezar los tipos de interés continuan siendo muy bajos, es decir, es relativamente barato pedir dinero a los bancos para invertir en ladrillo.
Además durante la pandemia pasó algo verdaderamente excepcional. Los gobiernos aprobaron una serie de medidas de estimulación económica nunca vistas en nuestra época. Es decir, inyectaron dinero a la economía. Aunque con buena intención, imagino, este dinero no siempre ha acabado en las manos de los que más lo necesitan. Según la ONG OXFAM Intermón las personas con más necesidades económicas, es decir, las más pobres, necesitarán más de 10 años para recuperarse de la crisis provocada por el COVID. Sin embargo, las grandes fortunas, los megaricos ya lo han hecho y además la fortuna de los 10 hombres más ricos del mundo se incrementó durante estos meses.
Otro de los motivos es el efecto confinamiento. No debemos olvidar que las decisiones económicas de los humanos no siempre son muy razonables. Al parecer en este momento estamos dispuestos a pagar más por una casa que antes de la pandemia. Después de haber estado tantos meses encerrados en casa, vemos la vivienda como una necesidad aún mayor. Si a esto le sumas que la gente está ahorrando más dinero que nunca, tienes la fórmula perfecta. La demanda de casas sube y con ella, su precio. La gente ha podido ahorrar dinero porque no ha podido salir de vacaciones o gastar su dinero en otras cosas, además de por miedo. Esos ahorros le permiten poder pagar la entrada o depósito de la casa, que normalmente es alrededor de un 20% del total del precio.
El último factor que ha hecho subir los precios del ladrillo en el último año es la escasez de construcción, la falta de construcción. La producción de materiales se hizo más complicada y eso hizo que se produjeran o construyeran menos casas de lo previsto. Y ya sabes, nuestra ya famosa ley de la oferta y la demanda volvía a mantener los precio al alza, subiéndolos.
Quizás te preguntes si esta subida de los precios es algo positivo o negativo. La respuesta no es tan fácil como parece.
La subida de precios de las casas da una sensación de seguridad a los propietarios de casas que aumentan, incrementan su consumo de otros productos, lo que es bueno para la economía en general.
Además tenemos el fantasma de la futura crisis de las pensiones de jubilación. La subida de precios de las casas puede suavizar el problema de las personas que no han ahorrado para este momento de la vida. Al parecer la compra de viviendas es una buena forma de financiar tu jubilación. Cuando te retires, cuando te jubiles puedes vender tu casa e ir a otro sitio, alquilarla o quedarte allí. Para entonces probablemente ya hayas pagado toda tu hipoteca y no tengas demasiados gastos mensuales para poder vivir una jubilación tranquila.
Está claro que no queremos que los precios de las casa bajen dramáticamente, que se hundan como el famoso barco Titanic. Pero tampoco queremos que continúen creciendo a este ritmo de forma que cada vez sean menos y menos asequibles para las personas con salarios normales.
Me gustaría decirte que hay una solución simple, pero no lo hay. Al menos no la he encontrado.
Lo que voy a decir ahora es una reflexión mía después de haber leído bastante sobre el tema. Yo acepto que muchos jóvenes no podamos comprarnos una casa. Es decir, vivimos en economías capitalistas y las viviendas se han convertido en un producto de inversión. Vale, lo acepto. El problema es que el acceso a la vivienda es un derecho constitucional. Ahora sí, voy a hablar más concretamente de la situación de España.
El artículo 47 de la Constitución Española dice:
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.
En resumen dice que los españoles tenemos el derecho de tener acceso a una vivienda digna, no habla de tener la propiedad. Ya he dicho que acepto que los jóvenes no podamos comprar una casa, no pasa nada. ¿Pero alquilar una casa?, ¿poder independizarnos y crear nuestras propias familias en casas alquiladas?
Pues la situación es bastante mala, al menos en España. En 2015 los españoles dedicaban un 28% de su salario al alquiler de la casa y solo en 5 años este porcentaje subió radicalmente hasta el 40% y continúa con tendencia ascendente. Esto ha provocado que algunos jóvenes que ya se habían independizado, hayan tenido que volver a casa de sus padres. También hay personas que no tienen esa opción y simplemente tienen que aceptar la subida de los precios.
Entiendo que nuestra amiga, la ley de la oferta y la demanda debe regular los precios en un mercado capitalista. Pero también recuerdo que mis profesores de economía de la universidad hablaban de fallos del mercado capitalista, y de cómo los gobiernos deben actuar frente a estos fallos para evitar que la gente no pueda acceder a una vivienda, que ya hemos dicho, es un derecho. Y no es solo una cuestión de ser independiente. El alto precio del ladrillo, en propiedad o alquiler retrasa la creación de nuevas familias y reduce la tasa de natalidad de muchos países occidentales. Nacen menos niños y esto tendrá un efecto bastante negativo en las economías de estos países a largo plazo.
De nuevo, la solución no es nada fácil. Podríamos pensar que limitar los precios de los alquileres sería una buena solución, por ejemplo. Pero algunas veces el remedio es peor que la enfermedad y esta política ha reducido la oferta de casas en ciudades donde se ha intentado. Cada gobierno, cada economía puede buscar la solución más adecuada. El problema, desde mi punto de vista, es que la inacción es la tendencia de muchos gobiernos; no hacer nada, mirar para otro lado y esperar a que el mercado solucione el problema.
Bueno, hasta aquí el episodio de hoy. Espero que te haya resultado útil y hayas podido aprender conceptos nuevos. Te deseo una muy buena semana y te espero en el próximo episodio. ¡Un abrazo grande!
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¡Aquí existe la misma situación con los precios de las casas y los costos de vida! ¡Probablemente sabes que no solo tenemos un gobierno corrupto (régimen) sino también sanciones impuestas por los EE. UU. y la UE que han convertido la vida diaria de las personas en Irán en un infierno!
Por supuesto, he sido uno de los pocos afortunados que compró un apartamento hace algunos años, pero sé que la mayoría de la gente ni siquiera puede alquilar una casa en las grandes ciudades, y mucho menos pensar en comprar una. y exactamente de nuevo, esa es una de las razones de la baja tasa de natalidad en los últimos años en Irán. Algo interesante es que nuestros políticos…
Muy interesante, y bien hecho Cesar.
Puedo decirte que el fenomeno que nos contaste, existe en la misma forma aqui en Gales.
Ademas, hay una complicacion. Desde la pandemia, mas personas estan trabajado en casa. Asi que, no le importa donde viven. Eso resulta en la gente mudarse de los ciudades al campo, cual hacer subir el precio de las casas al campo. Los veintianieras y los treintaneiras que viven alli no tienen ninguna oportunidad comprar en este mercado.
Well done but also the mentality change of modern society: why owning a house if u can pay lower rent comparing with mortgage or keep on moving to other counties or places?