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E61 Mi viaje a Neverland

Updated: Jul 15, 2024



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Episodio 61: Mis vacaciones en “Neverland”


Hola, te habla César. ¿Cómo lo llevas?, ¿cómo estás?


Yo ya estoy de vuelta en Londres, acabo de volver de vacaciones, y de eso precisamente te voy a hablar hoy.


Antes de empezar, quiero recordarte que puedes leer la transcripción del episodio de forma gratuita. Además, tengo buenas noticias. En el episodio anterior hablábamos de los beneficios de escuchar pódcasts para mejorar tu español, y he decidido que a partir de ahora, además de la transcripción vas a tener la posibilidad de acceder a tarjetas de vocabulario que he creado con palabras y expresiones de cada episodio para poder revisarlas cuando quieras. También voy a incluir preguntas de comprensión, para que puedas evaluar cuánto has entendido del episodio. Todo ello lo puedes encontrar gratis en www.spanishlanguagecoach.com


No tenía la intención de hacer este episodio pero voy de camino a Cornualles, Cornwall en inglés, una región preciosa al suroeste de Inglaterra. Realmente no está tan lejos de Londres, pero el tren es un poco lento así que el trayecto, el viaje, tomará unas 5 horas.


Aquí empieza mi viaje a “Neverland” o en español “El país de Nunca Jamás” donde vive Peter Pan. Obviamente no voy a este país imaginario sino a unas islas que están situadas en el suroeste de Inglaterra. Las llamo así por dos razones. Primero porque me recuerdan a este país ficticio. Por otra parte, en la historia de Peter Pan este lugar mágico hace que los niños no crezcan nunca. Ir a esta isla por primera vez me ha hecho volver a experimentar el verano como un niño. Pero eso te lo contaré luego.


Empiezo a escribir este episodio en el tren. El tren es sin duda mi forma de viaje favorita. Cuando voy en coche o en barco me mareo. Marearse es el verbo que viene de la palabra mar, claro. Marearse es esa sensación que tienes cuando parece que todo se mueve y sientes nauseas. Pues eso, que cuando voy en coche o en barco me mareo y tengo que tomar una pastilla. En el tren no me mareo normalmente, aunque en esta ocasión estoy sentado en la dirección opuesta al movimiento del tren y es un poco extraño.


En el avión tampoco me mareo pero es un verdadero aburrimiento tener que llegar con dos horas de antelación al aeropuerto. El tren es perfecto, con llegar con 15 minutos de antelación a la estación es suficiente.


Salimos de la estación de Paddington. Si nunca has estado en esta estación quizás conozcas la historia del oso imaginario Paddington, un oso que llega de Perú a Londres y que usa ese nombre porque una familia lo encuentra en esta estación. Son las 10:45 , las once menos cuarto de la mañana, pero mi novio y yo nos hemos comprado un pequeño “gin tonic” en forma de lata en el supermercado de la estación. Creo que es la primera vez que bebo ginebra por la mañana. Bromeo con mi novio, que es inglés y le digo que bebiendo esto a estas horas de la mañana deberían darme la nacionalidad británica. ¡Es broma! En realidad estás latas de gin tonic tienen una graduación muy baja, apenas tienen alcohol. Acompaño mi lata con un bocadillo que me hice en casa anoche, aprovechando toda la comida que quedaba en la nevera. No quería desperdiciar la comida, así que me hice un bocadillo con una cebolla, un pimiento verde, humus y un poco de queso vegano. ¡Sorprendentemente está muy bueno!


Londres es una ciudad que me encanta. Me encanta salir de la ciudad en tren y ver las casas cercanas a las vías del tren. Antes me preguntaba si a las personas que viven en esas casas no les molestaba el ruido de los trenes pasando a escasos metros de sus habitaciones. Ahora ya no me hago esa pregunta porque en 2018 estuve viviendo un año al lado de las vías del tren. La verdad es que al ruido me acostumbré muy pronto, ni siquiera me despertaba cuando estaba durmiendo. A lo que sí me costó acostumbrarme fue a los trenes de mercancías que pasaban a las 5 de la mañana y hacían temblar toda la casa. ¡Parecía que se iba a caer de un momento a otro!


Por un error al comprar nuestros billetes online estamos un vagón de primera clase. La verdad es que no hay tanta diferencia a un vagón normal. El de primera clase tiene unos asientos ligeramente más cómodos que se pueden reclinar para dormir y además te dan una botella de agua y un té o café gratis. Hay una señora detrás de nosotros que dice que no tiene un billete para el vagón de primera clase pero que va a intentar quedarse ahí si no la pillan. Pero el revisor la pilla. A los 5 minutos llega el revisor y nos pide los billetes, a ella le dice que tiene que ir a otro vagón. Nos despedimos de nuestra simpática vecina.


Llevamos una hora de camino. Acabamos de pasar una ciudad que se llama Reading. Se escribe como “reading”, el gerundio del verbo leer en inglés, pero se pronuncia diferente. ¡Los hablantes de inglés debéis de estar encantados con la consistencia de la pronunciación del español!


Reading no es el único nombre de ciudad o pueblo inglés que tengo problemas pronunciando. En el camino a Cornualles pasamos por lugares en los que no podría vivir porque me es muy complicado pronunciar los nombres; Redruth o Truro por ejemplo.


El viaje es largo, pero es bastante agradable. Ya llevamos más de 3 horas y estamos en pleno campo. Vemos caballos, ovejas e incluso vacas. Hoy hace mucho calor, el calor aprieta. El verbo apretar indica que se ejerce presión sobre algo o alguien. Si uso un pantalón pequeño para mí, me apretará. El calor aprieta y un grupo de 20 vacas se refugia en la sombra de un gran árbol.


Este es el punto del viaje que más me gusta. Hay silencio.


Ya han pasado con el carrito para vender bebidas, chocolatinas y patatas de bolsa. Todos los pasajeros estamos en nuestro asiento. Muchos durmiendo, otros viendo una peli en su tableta, otros leen, y luego estoy yo que escribo para contarte lo que ven mis ojos ahora mismo.


Se me cierran los ojos. Esta mañana hemos madrugado y quiero echar una cabezadita. Una cabezadita es una siesta, dormir unos minutos. Cierro la tapa de mi ordenador portátil.


La cabezadita se ha convertido en una siesta con todas las letras. Ya hemos llegado a Penzance, el fin de viaje en tren.


Digo el fin de viaje en tren porque nuestro viaje continúa. En Penzance tenemos que coger un gran barco que nos acerque a St. Mary’s, la isla más grande de un grupo de islas llamadas Scilly. Embarcamos y dejamos nuestra maleta en un gran container. Solo podemos llevar la maleta de mano, como en un avión. El barco son 2 horas y 45 minutos más. Hemos comprado unas pastillas para evitar el mareo. El tiempo en el barco se me pasa volando, muy rápido, y para cuando me doy cuenta ya hemos llegado.


Ahora solo queda el último viaje. En el puerto de St. Mary’s embarcamos en un pequeño barco que nos llevará al País de Nunca Jamás. Se trata de una isla de 3 kilómetros de extensión, donde viven menos de 200 personas. Nunca he estado en un lugar así, y estoy ansioso por conocerla.


Bajamos del barco, recogemos nuestro equipaje, nuestras maletas, y vamos a buscar la casa. La familia de mi novio nos ha invitado a pasar una semana con ellos. Se trata de una casa tradicional inglesa, un “cottage”.


Lo primero que me llama la atención son las vistas desde la casa. No da a la playa pero podemos ver un pequeño lago con vacas marrones alrededor y una montaña justo detrás.


Rápidamente dejamos nuestras maletas en la habitación y vamos a explorar lo que hay en la isla; una cafetería, un pub, un restaurante y un pequeño supermercado. Los precios son prohibitivos, todo es carísimo. Para que te hagas una idea, la caja de leche de avena por la que pago 2 libras en Londres, en la isla cuesta casi 3. Pero bueno, estamos de vacaciones. En Valencia usamos una expresión un poco vulgar que dice “el dinero y los cojones para las ocasiones”.


La verdad es que son unas vacaciones de verano en Inglaterra, pero muy españolas y no solo por el tiempo magnífico que hace. Todas las cosas que hacemos en la isla me recuerdan a mis veranos de pequeño en España, empezando por la bicicleta. En la isla nadie tiene coche, la mejor forma de moverse es andando o en bicicleta. Echaba de menos esa sensación de estar en una bicicleta en verano, sentir el viento en tu cuerpo mientras bajas por una montaña, esa libertad.


Otras cosas que me recuerdan al verano español son los olores. Es increíble cómo los olores te pueden transportar a un recuerdo de hace años. El olor de la crema solar factor 50 en tu piel todo el día, el olor del mar, pero también el olor del cloro de la piscina. Yo soy más de piscina que de playa, la verdad. Y en la piscina soy más de bucear que de nadar. Bucear es nadar por debajo del agua. La piscina de este lugar es pública, así que siempre está llena de niños haciendo la bomba y tirándose de cabeza. Solo en la hora de comer se vacía y es cuando nosotros aprovechamos para ir. Mi novio se cansa muy pronto del agua y se va. Me quedo yo solo, toda la piscina para mí. ¡Qué maravilla y qué a gusto se está! Estar a gusto es estar muy cómodo. No sé si calientan el agua de alguna forma pero está piscina tiene un agua sospechosamente templada. Cuando salgo de la piscina me tumbo en una de las hamacas, me vuelvo a poner crema solar, con tanta crema seguro que no me pongo moreno y empiezo a leer. La lectura es otra de las cosas con la que asocio el verano. Nunca he sido un gran lector, la verdad, pero cuando era pequeño siempre me enganchaba a algún libro que compraba. Engancharse a algo es convertirse en adicto. En el colegio teníamos lecturas obligatorias y casi nunca disfrutaba de esos libros que tenía que leerme por obligación. Como adulto leo más, pero casi siempre son cosas relacionadas con trabajo así que aprovecho las vacaciones para desconectar. Mi madre me regaló una novela el año pasado y la he empezado a leer estas vacaciones. ¡La historia me ha enganchado por completo! Es una historia de un grupo de policías y prisioneros en la cárcel, en la prisión.


El libro me ha enganchado tanto y me he metido tanto en la historia que el otro día tuve una pesadilla, un sueño malo. Yo me convertía en prisionero por haber descargado ilegalmente una película de Internet hace años. Esta pesadilla me despierta a las 6 de la mañana y me da rabia, me molesta, porque es la hora a la que habitualmente me despierto cuando no estoy de vacaciones. Una de las cosas buenas de estar de vacaciones es que no suena el despertador, no te pones la alarma la noche anterior.


Y es que no hay nada mejor como acostarse tarde en verano. Quedarse hasta las tantas, hasta tarde viendo una peli o jugando a las cartas, que también es algo muy veraniego, del verano.


No puedo olvidarme de mencionar el mar. Las playas de este lugar son increíbles; arena blanca y aguas cristalinas. Yo nací en el Mediterráneo, en Valencia. Estoy acostumbrado a playas muy grandes de agua templada, ni fría, ni caliente. Playas donde hay muchísima gente, ruido por todos lados, vendedores, personas jugando al volley-playa… Estas playas en la isla no tienen nada que ver. No hay un alma, no hay nadie. Solo se escuchan a las gaviotas y a algún otro pájaro, las olas del mar… Estar tumbado en esta playa vacía te hace sentir un naufrago en una isla desierta. Decía que el agua de la playa de Valencia está templada, pero aquí el agua está helada. No consigo nadar en las frías aguas del Océano Atlántico. He visto a algunas personas bañarse pero con traje de neopreno, tomo nota para la próxima vez.


Es en esta cala, en esta pequeña playa, donde pienso que esta isla me recuerda tanto al país de Nunca Jamás de Peter Pan. Me recuerda por las dos razones que te he mencionado al principio pero también por una tercera; las personas y los animales aquí parecen estar bajo un hechizo mágico que los hace ser más amables, están más tranquilos. Los pájaros no tienen miedo de los humanos y se acercan a ti, de hecho en una ocasión un pajarillo me robó un trozo de pan de mi plato. Los humanos tampoco tienen miedo de los otros humanos. Todo el mundo te saluda, te desea buenas tardes o te regala una sonrisa, algo poco habitual en Londres.


Séptimo día en el país de Nunca Jamás, nuestro último día. Tenemos que volver y hacer el viaje inverso a Londres. Barco pequeño a St. Mary’s, barco grande a Penzance y tren de Penzance a la estación de Paddington en Londres.


Escribo las últimas frases de este episodio cuando estamos entrando en la gran ciudad de nuevo.


¡Bueno, tengo que bajar! Hemos llegado a Londres.


Espero que hayas disfrutado del episodio. Te recuerdo que puedes leer la transcripción pero también trabajar el vocabulario y la comprensión con un pequeño ejercicio que he preparado en www.spanishlanguagecoach.com


Si escuchas este pódcast desde iTunes o Apple Podcasts y puedes dejar una pequeña valoración te lo agradeceré mucho.


Ahora me despido hasta la próxima semana.


¡Un abrazo grande!


PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN (soluciones al final)


1) ¿Por qué César come ese bocadillo tan extraño en el tren?


a) No quería tirar las sobras (leftovers) de comida que tenía en casa.


b) Era lo que encontró en el súper de la estación.


c) Era el único bocadillo vegano que vendían en el tren.



2) ¿Cuánto duerme César en el tren?


a) Quiere echar una cabezadita pero no lo consigue.


b) Duerme una siesta más larga de lo esperado.


c) Duerme un poco y después ve una peli en la tablet.



3) ¿Cuáles son las vistas desde la casa?


a) Se ve el mar y unas vacas en la montaña.


b) No se ve el mar pero se ven unas montañas a lo lejos.


c) Se ve una montaña, un lago y animales.



4) ¿Cómo te hace sentir estar en esa playa sin gente?


a) Como alguien que ha sufrido un naufragio.


b) Como un isleño más.


c) Es un poco agobiante (overwhelming).



5) ¿Cuál es conjuro que parecen tener las personas en la isla?


a) Hay muy poca gente y todo el mundo se conoce.


b) Todos son grandes amantes de los animales.


c) Todos son muy majos y contentos.


***


Soluciones:


1-a

2-b

3-c

4-a

5-c

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10 Comments


Randy
Sep 27, 2021

Gracias. Yo visité Cornwall cuando yo era niño hace mas de 50 años.

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madeleine
Aug 18, 2021

Muchísimas gracias!! me gusto mucho tus vacaciones. nunca he visitado las islas de scilly. Parecen maravillosas. mi pueblo se llama Uttoxeter, es muy dificil de prononciar por primera vez ! Thank you again!!

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César
César
Aug 24, 2021
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Creo que también tendría problemas pronunciadnos tu pueblo, Madeleine :)

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Sorcha Murphy
Aug 02, 2021

Un episodio muy evocador! Cuando vivía en Londres, siempre quería conocer esta parte del país pero no tenía un coche y el viaje en transporte público me parecía como un "faff" como dirían los ingleses :-) Gracias a este episodio siento que he estado allá.

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César
César
Aug 06, 2021
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La verdad es que es un viaje largo, Sorcha, pero merece la pena :)

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Ewa
Jul 30, 2021

Hola, César! Que podcast excelente! Gracias! Yo he escuchado con mucha curiosidad. Muy interesante, con muchas expresiones nuevas para mí y muy útiles. Muy bien hecho. Escuchar este episodio es como una aventura, como viaje contigo. Muchas gracias! Saludos!

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César
César
Aug 06, 2021
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Qué bien que me digas esto, Ewa. Era exactamente lo que pretendía con el episodio:)

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Robert
Jul 29, 2021

Hola César!!! Muchísimas gracias de verdad por este episodio precioso! Me gusto mucho y ha sido un placer seguirte por tu trabajo al "Neverland". Sigue así por favor es de tan ayuda para mi. Un saludo, Robert

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César
César
Aug 06, 2021
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Gracias a ti, Robert. Un placer!

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